Ascárate: “Toda solución tiene que involucrar la reutilización de los trenes de Tafí Viejo”
TUCUMAN 31 Agos(El Tucumano).-“Toda solución tiene que involucrar reutilizar los trenes de Tafí Viejo, eso me interesa tanto a mí como representante del Gobierno Nacional y al municipio también”, apunta el funcionario nacional, y explica que con la recuperación del ramal Lules – Tucumán – Tafí Viejo como primera medida, “la segunda sería una escala de metrobuses”. En ese sentido recalca que hoy las unidades de colectivos de nuestra provincia “tienen una capacidad máxima de aproximadamente 40 asientos” contra los 120 de otras provincias como Salta, que “duplica su capacidad en hora pico”.
TUCUMAN 31 Agos(El Tucumano).-“Toda solución tiene que involucrar reutilizar los trenes de Tafí Viejo, eso me interesa tanto a mí como representante del Gobierno Nacional y al municipio también”, apunta el funcionario nacional, y explica que con la recuperación del ramal Lules – Tucumán – Tafí Viejo como primera medida, “la segunda sería una escala de metrobuses”. En ese sentido recalca que hoy las unidades de colectivos de nuestra provincia “tienen una capacidad máxima de aproximadamente 40 asientos” contra los 120 de otras provincias como Salta, que “duplica su capacidad en hora pico”.
“Hay que sentarse con las empresas y analizar qué porcentaje de la flota se debe componer de esas unidades porque en hora pico permitiría desalojar algunas unidades”, indica. “La tercera etapa debería ser la generación de vías exclusivas” para metrobuses, “como en Córdoba y Mendoza”, analiza, y recuerda las modificaciones y adaptaciones que impulso durante la intendencia de Rubén Chebaia y que estableció los cambios de manos de las calles del microcentro, especialmente hacia el sur, como hoy lo conocemos y que “permitió que la ciudad sea más atravesable” principalmente gracias al “sistema de calles paralelas”.
Volviendo a la situación actual, Ascárate remarca que hay que “analizar bien la demanda” para avanzar en la implementación del mejor sistema, pero siempre considerando que “la solución debe ser ferroviaria” y con “sistemas intermedios”. Para llegar a ese norte, sostiene que “hace falta que el área metropolitana tenga un Ente de Coordinación de Transporte” por sobre la provincia y los municipios “que vele por los habitantes, que son quienes sufren los problemas del tránsito”. “Hay que estudiar los mejores modelos de transporte y ver cómo los adaptamos al diseño de cada ciudad”, afirma, instando a todos los involucrados a “tomar lo bueno que tiene cada sistema y ver qué requieren los tucumanos”. “Las líneas son para la gente, no para los empresarios”, arremetió.
Sobre el encuentro con Noguera, explicó –siempre con cariño- que “el problema de Javier es que plantea como intendente una solución global que involucra también a Las Talitas, a Yerba Buena, a San Miguel de Tucumán, a La Banda, a Alderetes, a las comunas aledañas, y desde lo jurisdiccional se salió del límite”. Por eso, reitera que es necesario “plantear la ley del área metropolitana y de transporte para el área metropolitana” en la Legislatura para desde ahí “plantear soluciones”.
En lo que respecta al proyecto de tren elevado metorpolitano, reclama “analizar las soluciones intermedias” y “no atarse a ningún sistema”: “¿cómo va a entrar en los barrios?”, se pregunta, y fundamenta que el sistema debe complementarse analizando el eje troncal de la ciudad a 150 años, ya que hoy el Gran San Miguel de Tucumán lo habitan unas 870 mil personas y el tren elevado es un sistema para 4 millones de personas, según sus estimaciones.
Ascárate apunta contra la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por la no implementación del sistema de metrobuses que estaba previsto en el Presupuesto 2017, aprobado por el Congreso de la Nación, que estipulaba 300 millones de pesos en 2017 y 20 millones en 2018. “Hoy hay calles para un solo vehículo en el microcentro: ¿por qué no podía haber carriles exclusivos para metrobuses? Así lo hicieron San Isidro, Vicente López, hasta Verónica Magario en La Matanza inauguró un Metrobús”, dispara.
“Desde Tucumán hicieron un anteproyecto al que había que hacerle algunas correcciones por los anchos de las calles, hay que adecuar los anchos y los recorridos”, explica, pero lamenta que no se completaron las exigencias del proyecto. “Fue una gran oportunidad desaprovechada, porque está en el Presupuesto nacional”, aseveró. Además, resalta la importancia de dejar de lado la Ordenanza 400 de transporte, que data de la década del ’60.
“El metrobús de la capital era municipal, pero demandaba un proyecto de área metropolitana, una coordinación metropolitana por encima de la guerra política. No puede ser que por pocas cuadras los usuarios paguen más caro un boleto de colectivo desde Yerba Buena al centro que desde la avenida Mate de Luna”, analiza. “No hay habitantes de segunda que deban pagar más caro”, concluye, insistiendo con mirar los sistemas de Rosario, Mendoza y Córdoba para poder, de una vez, avanzar hacia una solución concreta para un problema que desde hace años agobia a los tucumanos.
Algunas de las solcuiones que plantea Ascárate:
"El Metrobus Juan B. Justo en Buenos Aires. Es la prueba de cómo funciona el sistema en 22 metros de ancho. 2 trochas por mano de 3.50 m y una contratrocha de metrobús de 2,40 m. Ni siquiera tiene cordones; sino que está separado por señalización demarcatoria y pretiles de PVC. En el centro, las estaciones en 2,80 m. Es la muestra que si entra en cualquier avenida tucumana".
En el unico lugar que hay tranvía de superficie es en Mendoza; que reutiliza las vias del FFCC San Martín. Esto es lo que plantea mi ordenanza de 1997: Ferrobuses urbanos sobre las vias del FFCC Belgrano. En la segunda imagen es la línea Roja: usa las vías del FFCC San Martín que atravesaba la ciudad de Mendoza.
Volviendo a la situación actual, Ascárate remarca que hay que “analizar bien la demanda” para avanzar en la implementación del mejor sistema, pero siempre considerando que “la solución debe ser ferroviaria” y con “sistemas intermedios”. Para llegar a ese norte, sostiene que “hace falta que el área metropolitana tenga un Ente de Coordinación de Transporte” por sobre la provincia y los municipios “que vele por los habitantes, que son quienes sufren los problemas del tránsito”. “Hay que estudiar los mejores modelos de transporte y ver cómo los adaptamos al diseño de cada ciudad”, afirma, instando a todos los involucrados a “tomar lo bueno que tiene cada sistema y ver qué requieren los tucumanos”. “Las líneas son para la gente, no para los empresarios”, arremetió.
Sobre el encuentro con Noguera, explicó –siempre con cariño- que “el problema de Javier es que plantea como intendente una solución global que involucra también a Las Talitas, a Yerba Buena, a San Miguel de Tucumán, a La Banda, a Alderetes, a las comunas aledañas, y desde lo jurisdiccional se salió del límite”. Por eso, reitera que es necesario “plantear la ley del área metropolitana y de transporte para el área metropolitana” en la Legislatura para desde ahí “plantear soluciones”.
En lo que respecta al proyecto de tren elevado metorpolitano, reclama “analizar las soluciones intermedias” y “no atarse a ningún sistema”: “¿cómo va a entrar en los barrios?”, se pregunta, y fundamenta que el sistema debe complementarse analizando el eje troncal de la ciudad a 150 años, ya que hoy el Gran San Miguel de Tucumán lo habitan unas 870 mil personas y el tren elevado es un sistema para 4 millones de personas, según sus estimaciones.
Ascárate apunta contra la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por la no implementación del sistema de metrobuses que estaba previsto en el Presupuesto 2017, aprobado por el Congreso de la Nación, que estipulaba 300 millones de pesos en 2017 y 20 millones en 2018. “Hoy hay calles para un solo vehículo en el microcentro: ¿por qué no podía haber carriles exclusivos para metrobuses? Así lo hicieron San Isidro, Vicente López, hasta Verónica Magario en La Matanza inauguró un Metrobús”, dispara.
“Desde Tucumán hicieron un anteproyecto al que había que hacerle algunas correcciones por los anchos de las calles, hay que adecuar los anchos y los recorridos”, explica, pero lamenta que no se completaron las exigencias del proyecto. “Fue una gran oportunidad desaprovechada, porque está en el Presupuesto nacional”, aseveró. Además, resalta la importancia de dejar de lado la Ordenanza 400 de transporte, que data de la década del ’60.
“El metrobús de la capital era municipal, pero demandaba un proyecto de área metropolitana, una coordinación metropolitana por encima de la guerra política. No puede ser que por pocas cuadras los usuarios paguen más caro un boleto de colectivo desde Yerba Buena al centro que desde la avenida Mate de Luna”, analiza. “No hay habitantes de segunda que deban pagar más caro”, concluye, insistiendo con mirar los sistemas de Rosario, Mendoza y Córdoba para poder, de una vez, avanzar hacia una solución concreta para un problema que desde hace años agobia a los tucumanos.
Algunas de las solcuiones que plantea Ascárate:
"El Metrobus Juan B. Justo en Buenos Aires. Es la prueba de cómo funciona el sistema en 22 metros de ancho. 2 trochas por mano de 3.50 m y una contratrocha de metrobús de 2,40 m. Ni siquiera tiene cordones; sino que está separado por señalización demarcatoria y pretiles de PVC. En el centro, las estaciones en 2,80 m. Es la muestra que si entra en cualquier avenida tucumana".
En el unico lugar que hay tranvía de superficie es en Mendoza; que reutiliza las vias del FFCC San Martín. Esto es lo que plantea mi ordenanza de 1997: Ferrobuses urbanos sobre las vias del FFCC Belgrano. En la segunda imagen es la línea Roja: usa las vías del FFCC San Martín que atravesaba la ciudad de Mendoza.
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