Una tradición ferroviaria que regresó después de treinta años
ROSARIO 19 Agos(La Capital).-Con más de mil chicos a bordo, el gremio de La Fraternidad volvió a festejar el Día del Niño con un viaje en tren entre Rosario y Pérez
La familia ferroviaria volvió a celebrar el Día del Niño como lo hacía en los años de esplendor de los trenes argentinos.
"Todavía me acuerdo del último viaje, que fue en el 88 y yo tenía 12 años". Eduardo Della Pascua es dirigente de La Fraternidad, pero fundamentalmente es la cuarta generación de familia de empleados del ferrocarril. No se olvida de los festejos del Día del Niño que el gremio de los conductores llevó adelante durante décadas, esa única jornada al año en la que podía subirse al tren junto a su familia. A 30 años de ese último viaje que recuerda el dirigente, el sindicato logró volver a subir ayer a más de mil chicos al tren. Esta vez, no sólo fueron sus propios hijos, sino además chicos de diferentes organizaciones barriales e hijos de integrantes de otras entidades gremiales que nunca antes habían tenido la oportunidad de viajar sobre los rieles. El viaje, y no azarosamente, fue a la estación de Pérez, un enclave ferroviario tradicional donde desde hace un año los talleres están cerrados. Una fiesta para los que hicieron su primera experiencia en las vías y una forma de reclamar la vuelta de los trenes metropolitanos a la ciudad.
Santiago (4 años) y Juan (11) son primos, van sentados uno junto al otro y no dejan de mirar por la ventana. Para Juan es la primera vez, pero los trenes le son familiares. "¿Vos vas a trabajar ahí cuando seas grande?", pregunta el mayor señalando las vías y los vagones parados, y el chiquito sin dudar mueve la cabeza en un gesto afirmativo. Al lado está Valentina, también de la familia, sus mamás y su abuela.
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"El abuelo es el responsable de que todos estemos acá", dice la mujer, en referencia a Luis Robledo, un conductor con más de 25 años al mando de las locomotoras en la empresa Ferro Expreso Pampeano, que los esperaba en el andén. "Es emocionante que mis nietos puedan conocer el tren y sientan la misma emoción que tenía yo cuando era chico", admite el hombre.
La postal se repite. Hijos, sobrinos y nietos que se sacan fotos y suben a los más chicos de la familia por primera vez a una formación. Juan Carlos Gaglio se bajó hace 30 años de la máquina, pero ayer llevó a sus sobrinos nietos, los mellizos de 5 años. "Primero traje a mi sobrina y ahora vengo con ella y sus hijos", cuenta luego de la infaltable foto familiar al lado de la locomotora.
Los recuerdos se repiten. Incluso Alexis Ferreyra y su ayudante Uriel Spezia, los responsables de que la formación ayer fuera y volviera a Pérez, recordaron la tradición. "Veníamos cuando éramos chicos", comenta Uriel desde la ventanilla, acostumbrados los dos a hacer habitualmente el viaje a Córdoba y Tucumán.
La diferencia esta vez, luego de tres décadas, es que no fueron sólo los hijos de los ferroviarios los que se subieron a los vagones en la Estación Rosario Norte. Hubo hijos de trabajadores de otros gremios y fundamentalmente, chicos de los barrios rosarinos que usualmente, lejos de subirse a los trenes, los ven pasar desde sus casas, muchas veces precarias y levantadas a los costados de las vías.
El viaje
"¿Están despiertos?", grita a través de una enorme corneta y moviendo su llamativa melena de rulos el payaso Cristián, para sacarle la modorra a los pasajeros del primero de los tres viajes que se hicieron en el día, y que arrancó bien temprano. Es que a las 9.07 sonaron las campanas de Rosario Norte, el guarda Marcelo Alí tocó el silbato y la formación comenzó a moverse.
Los payasos Cristián y Sofi fueron los que animaron los 45 minutos que duró el recorrido entre Rosario y Pérez. "Yo, que soy de Sastre, me acuerdo cuando iba en tren a San Francisco, Córdoba, y desde ese entonces que no me subía", cuenta el payaso, que recorrió vagón por vagón despertando a chicos y grandes, jugando y preguntando cuántos ya conocían la experiencia del tren.
Para la mayoría de los más chicos era su primera experiencia y entre los adultos, muchos tenían los recuerdos de la infancia. Aunque no faltaban algunos como Sofi, que había usado el tren para viajar en los últimos tiempos. "Aprovechamos mucho el que va a Buenos Aires y a Córdoba", asegura.
Aunque no pudieron bajarse en la Estación de Pérez, donde hacía tres décadas que no llegaba un tren de pasajeros, el intendente de esa localidad, Pablo Corsalini, recibió a los dirigentes de la Fraternidad y al concejal rosarino Eduardo Toniolli, quien viajó como coordinador del Foro en Defensa del Transporte Ferroviario.
La celebración que los chicos esperaban cada año
La chance de darle a las nuevas generaciones la posibilidad de subirse al tren y conocerlo se cimentó en el recuerdo que muchos de los que ayer participaron de la movida tenían de su propia infancia, y esas celebraciones que "la familia ferroviaria" llevaba adelante cada año.
"En esa época los trenes de pasajeros aún circulaban y lo que se hacía era sacar un trencito que iba a localidades cercanas, como Pérez, pero también podía ser San Jerónimo, y era todo un festejo", rememoró el dirigente de La Fraternidad, Eduardo Della Pascua. Es que no sólo se trataba de la celebración del Día del Niño, sino de poder compartir ese espacio y el tren, en familia, con payasos, actividades y chocolate caliente en el predio del Club Mitre de Pérez, por entonces un enclave ferroviario.
"Son generaciones que no saben del tren, que nunca viajaron, que lo ven pasar y que nunca tuvieron la chance de tener la experiencia", repitió Della Pascua.
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