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domingo, 11 de julio de 2021

San Francisco

Ferrocarriles y la transformación del espacio en San Francisco

Aquí, la primera estación de una serie de relatos de Arturo Bienedell sobre los ferrocarriles y sus influencias en el desarrollo urbano de la ciudad.

Una locomotora y vagones circulando en 1903, en el sitio donde ahora está construído el Superdomo Municipal.

Por Arturo A. Bienedell para LVSJ
1ra. Parte

SAN JUSTO Cordoba 11 Jul (LVSJ).-Los ferrocarriles fueron, desde el comienzo de la colonización en San Francisco, un fuerte factor transformador de los espacios. A diferencia de otros lugares donde la estación se instaló, fue eje de una gran movilidad en su entorno, y se convirtió en una dependencia pública cuando los trenes dejaron de pasar; aquí se constituyeron en ejes de polémicas y juicios, influyeron en la traza urbana y fueron motivo de proyectos para dar nuevas funciones a sus predios.

El primer tren que llegó a San Francisco, lo hizo el 15 de octubre de 1888, para unir Córdoba con la Villa de San Francisco de la Frontera. Lo hizo en medio de una cuestión de litigio que se prolongó hasta 1915: el juicio que los hermanos Casalis entablaron contra José Bernardo Iturraspe, fundador de la colonia, gobernador de Santa Fe y fuerte empresario allá y acá, con la explotación molinera cuyo negocio conocía perfectamente.

El trazado de la vía, que luego seguiría por territorio santafesino hasta Rosario y, desde allí a Buenos Aires, no sólo planteó aquel juicio (que en 1915 ganaron los Casalis), sino que motivó que el pueblo de Plaza San Francisco, punto urbano de la colonia, quedase muy lejos de la estación que los ingleses construyeron donde hoy está nuestro Centro Cívico Comercial. Se planteó entonces el primer cambio, a dos años nomás de fundada la colonia.

La distancia, la falta de caminos buenos y los precarios medios de transporte para el traslado de personas y cargas, determinaron que el mismo Iturraspe encargara los planos para un nuevo pueblo y más grande que el de Plaza. Surgió entonces el pueblo Estación San Francisco, formado en torno a la estación y sobre los terrenos que antes había vendido a los Casalis y por lo cuales estos le iniciaron juicio. Mientras el pleito iba por tribunales santafesinos, aquí, esas tierras se vendían a buen precio y rápido ritmo, de modo que cuando terminó el juicio, aquellos campos ya eran ciudad.

El 14 de febrero de 1891, se inauguró la estación y la línea San Francisco - Morteros, del Ferrocarril Central Argentino (de trocha ancha y de capitales británicos), que venía desde Rosario, cuyos problemas veremos luego.

Con el desarrollo de San Francisco, que fue muy rápido, ocurrió lo que en muchos otros sitios sucedió, no solo con ferrocarriles sino también con fábricas en cuyo entorno se forman barrios, cuyos vecinos luego reclaman por la presencia del establecimiento ferroviario o fabril.

Nuestro pueblo, no era muy extenso a 20 años de su fundación, pero formado al Norte y Sur de la estación ferroviaria, en el centro tenía solo dos calles que permitían ir hacia cada uno de esos puntos cardinales. Eran los actuales pasajes Lisandro de la Torre y Champagnat. Mucho más lejos, casi en extramuros en aquella época, dos calles de tierra que fueron luego los bulevares Juan B. Justo e Hipólito Yrigoyen. Igualmente, en esas cuatro arterias había pasos a nivel; pero los dos de los pasajes, imposibles de ser traspuestos durante varias horas al día por el movimiento de trenes que llegaban o salían, más los que hacían maniobras enganchando o desenganchando vagones. Los peatones más impacientes se arriesgaban a pasar entre los convoyes -a veces detenidos y otras en sorpresivo movimiento-, y hubo quienes pagaron con lesiones, cuando no con su vida, ese atrevimiento.

Los vecinos se organizaron y comenzaron a reclamar que la estación fuera retirada de ese lugar. Hubo autoridades municipales que a veces los acompañaron en los pedidos, pero las notas debían ser remitidas a Londres, sede de la empresa, donde se deben haber preguntado qué motivos había para mover una estación y sus vías, que pocos años antes habían instalado con beneplácito de autoridades y que el público utilizaba para todo lo que fuesen eficientes comunicaciones: transportes de pasajeros y cargas, correo postal y telégrafo, traslado de cereales y animales, además de puntualidad y ser fuentes de trabajo.

Playa de Cargas Estación Central Córdoba, 1915. (Gentileza: Archivo Gráfico y Museo Histórico)

En 1913, un desgraciado y trágico accidente se cobró la vida de un escolar que intentó cruzar entre dos vagones que se pusieron en marcha, mientras él no había alcanzado a pasar. Fue lo que más movilizó a la población y se logró que en 1915, se habilite un puente sobre las vías para evitar que se repitan estos accidentes. La Voz de San Justo señaló a los pocos días que las autoridades de la empresa tuvieron que poner guardianes para obligar a los peatones a pasar por sobre el puente y no lo sigan haciendo por las vías.

Pero, esto no fue suficiente, y los reclamos siguieron por años. Ya en los ´30, la ciudad se había extendido y, para el Cincuentenario (1936), los bulevares Justo e Yrigoyen tenían adoquinado y "no quedaban tan lejos", así que muchos circulaban por ellos para ir de Norte a Sur, o viceversa. Pero, "como la dicha nunca es completa", nuevos reclamos se hicieron escuchar a lo largo de las décadas: al corte que la estación imponía en un total de cinco manzanas céntricas, se sumaron los ruidos de las máquinas, sus silbatos, el hollín que en días de viento invadía todas las propiedades -casas y comercios- inmediatas al predio, y, lo peor, los casos de tifus que las pulgas transmitían luego de frecuentar con ratas y ratones que pululaban por la estación y sus galpones, donde el cereal se almacenaba sin mayor cuidado y al granel, y luego visitaban a los domicilios cercanos.

Sintetizando, la solución al reclamo llegó en 1948, luego de la nacionalización de los ferrocarriles. El 3 de noviembre, a cargo del ingeniero Antonio Enrique Talbot, comenzaron los trabajos para el traslado de la estación ferroviaria del centro de la ciudad y la construcción de los desvíos hacia la estación del exFerrocarril Santa Fe (actual Belgrano). Los trabajos comenzaron en proximidades del cruce de vías que existían en nuestra ciudad y Estación Frontera, lugar en el que se empezó el trazado de una curva para tomar una entrada paralela a las vías del exFerrocarril Santa Fe. El mismo día el gobierno nacional cambió el nombre del Ferrocarril del Estado por Ferrocarril "General Belgrano" y el Central Argentino, "General Mitre".

Hasta aquí, la primera estación en este relato sobre los ferrocarriles y sus influencias en el desarrollo urbano de San Francisco. En la nota siguiente, veremos qué nos revela la historia, sobre cómo siguieron los acontecimientos.

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