Cambio ferroviario y ruido cordobés en el gabinete de Meoni
Por Antonio Rossi
BUENOS AIRES 17 Ene(LetraP).-Nueva gestión en ADIF con restructuración gerencial y obras para modernizar las líneas Belgrano Sur y Mitre. Tironeos por una secretaría vacante.
El Ministerio de Transporte, la cartera conducida por el massista Mario Meoni, arrancó el año con un gabinete “encarrilado” por el lado de los trenes, pero incompleto en el área de colectivos y camiones.
En el sector ferroviario se concretó el desembarco del nuevo presidente de la estatal ADIF -también conocida como Trenes Argentinos Infraestructura (TAI)-, Alexis Guerrera, en remplazo de Ricardo Lissalde, quien se vio obligado a dejar el cargo a fines de noviembre en medio de una disputa interna que tenía semiparalizada la toma de decisiones en la empresa.
Con el respaldo del timonel del Frente Renovador y presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, Lissalde -exconcejal de Saladillo y exsenador de la provincia de Buenos Aires- había asumido en diciembre de 2019 al frente de la compañía que se encarga de ejecutar y contratar las obras de renovaciones de vías y los proyectos de infraestructura ferroviaria.
Sin embargo, tras una serie de desencuentros y diferencias operativas sobre el manejo de la ADIF, Massa optó por bajarle el pulgar a Lissalde y habilitar la llegada de otro referente de su espacio político para reordenar la estructura interna y encarrilar el funcionamiento de la empresa.
Como había anticipado Letra P, el elegido para pilotear la ADIF fue el exintendente de General Pinto y exdiputado provincial Alexis Guerrera.
Tras haber ganado en 2011 la elección para intendente de General Pinto, Guerrera fue reelecto en 2015 con la boleta del Frente para la Victoria (FPV) y un año después se incorporó al Frente Renovador. En 2019, dejó la intendencia y, con la boleta del Frente de Todos, logró acceder a una banca como diputado provincial por la Cuarta sección electoral.
Una de las primeras medidas que adoptó el nuevo presidente de ADIF fue la eliminación de la gerencia general que estaba en manos de Mariano Puccio, exsubsecretario de Administración de Tigre y hombre de confianza de Massa.
Ese cambio implicó la salida de Puccio y el arribo de Germán Cervantes, subdirector de la ANSES durante la gestión de Diego Bossio y exdiputado nacional del Frente Renovador, al frente de la nueva Gerencia de Administración.
Fuentes de la cartera de Transporte dijeron que la nueva gestión permitirá “oxigenar” y hacer más ágil el accionar de ADIF en un año electoral clave, en el que se pondrán en marcha varias licitaciones y proyectos ferroviarios que cuentan con financiamiento del Banco Mundial, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Gobierno de China.
Una de las obras más destacadas, cuya licitación ya está en curso con el fin de abrir las ofertas el próximo 10 de febrero, es la “Renovación de la Infraestructura de Vías y Señalamiento Integral del Ramal M de la Línea Belgrano Sur”.
Las obras, que beneficiarán a los partidos de La Matanza, Morón y Moreno, comprenden la renovación de 47 kilómetros de vías entre Tapiales y Marinos del Crucero General Belgrano, la duplicación de seis kilómetros de vías entre Libertad y Marinos, un nuevo viaducto sobre el ferrocarril Roca y la reconstrucción de la estación Marinos del Belgrano.
Los trabajos, que demandarán un plazo de ejecución de dos años, serán pagados con crédito de 197 millones de dólares proveniente de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina.
Otro de los proyectos relevantes que pondrá primera en marzo es el destinado a la “Repotenciación y Renovación de Vías de la Línea Mitre”.
El “paquete de obras, que comenzará a licitarse en el segundo semestre del año, abarca la renovación de 38 kilómetros de vía doble en el tramo Retiro-Tigre, la electrificación de 16,5 kilómetros, la construcción de dos nuevas estaciones y la remodelación de otras 20 estaciones de la línea. En este caso, la inversión prevista ascenderá a 393 millones de dólares y será financiada con un préstamo del Banco Mundial.
Secretaría acéfala
La Secretaría de Gestión de Transporte, que tiene entre sus tareas y funciones principales todo lo relacionado con la actividad de los colectivos y camione, enfrenta una situación atípica. Desde el primer minuto del año se encuentra acéfala y a la espera de que se defina quien será el sucesor del cordobés Walter Saieg.
Por ese extraño y complejo loteo de cargos que implementó la administración de Alberto Fernández en diciembre de 2019, los dos puestos más encumbrados de la Secretaría de Gestión de Transporte habían quedado en manos de hombres que responden al senador nacional por Córdoba Carlos Caserio.
Por el aporte del Justicialismo cordobés al Frente de Todos, Caserio había sido el primer elegido por Alberto Fernández para ocupar el cargo de ministro de Transporte, pero, tras un acuerdo con la vicepresidenta Cristina Kirchner, el senador mediterráneo optó por quedarse como titular de la Comisión de Presupuesto de la Cámara Alta y, a cambio, colocar a dos referentes de su espacio en el gabinete de Transporte.
En ese marco, aterrizaron inicialmente en el ministerio Gabriel Bermúdez como Subsecretario de Transporte Automotor y Saieg al frente de la Secretaría de Gestión de Transporte.
Por diferencias internas con Meoni, Bermúdez tuvo que dejar el cargo en octubre y ese lugar fue cubierto por su coterráneo Marcos Farina, exministro de Gobierno y Seguridad de José Manuel De la Sota.
Quince días antes de que expirase 2020, emprendió la retirada Saieg. Presentó su renuncia a partir del 31 de diciembre, la cual fue rápidamente aceptada por Meoni y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quienes no esperaron conocer el nombre del remplazante que debía salir del bloque cordobés.
Como sustituto de Saieg, Caserio salió a promover al exintendente de La Calera y actual legislador provincial Rodrigo Rufeil, quien hasta ahora no ha logrado el visto bueno de la cartera de Transporte.
El principal cuestionamiento que pesa sobre Rufeil es que tiene abierta en la Fiscalía Anticorrupción de Córdoba una investigación por presunto enriquecimiento ilícito a raíz de una denuncia presentada en agosto de 2019 por la entonces diputada nacional Elisa Carrió.
Como Caserio no acepta bajar a Rufeil, ahora el tema se encuentra empantanado y a la espera de que las partes se pongan de acuerdo antes de que la controversia se haga más visible y se convierta en un problema mayor para la Casa Rosada.
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