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martes, 28 de enero de 2020

Decadencia del Subte

Cómo revertir la decadencia del subte: un debate cada vez más necesario

CAPITAL FEDERAL 27 Ene(La Izquierda Diario).- Frente a las declaraciones radiales del secretario general del sindicato del subte, Roberto Pianelli, y con una nueva licitación en puerta, desde la agrupación Bordo analizamos la situación en la que se encuentra dicho transporte y planteamos como solución la estatización bajo gestión y control de trabajadores y usuarios.

María Agustina Chaves
Trabajadora Subte - Línea D

Pablo Peralta
Agrupación Bordó | Línea H

La historia del subterráneo en nuestro país es una larga historia de negociados y decadencia. Inaugurado el primer tramo en 1913 (Línea A, de Plaza de Mayo a Plaza Miserere), fue el primer subte de América Latina, de todos los países de habla hispana y del hemisferio sur. Incluso comenzó a construirse antes del Metro de Madrid y proyectaba ser una de las redes más importantes a nivel mundial. Pero hoy en día está muy por detrás del resto: 57 kilómetros tiene el subterráneo porteño, contra 294 kilómetros de la red madrileña, o 103 kilómetros de la chilena.

Desde el año 1963 el estado gestiona la red a través de Subterráneos de Buenos Aires, pero recién en 1977 es convertida en Sociedad del Estado con plena autonomía. En el año 1994 se privatiza el subte que había sido estatal hasta ese momento, y pasa a manos de Metrovías, empresa que detenta la concesión hasta el día de hoy. Sbase continúa como la entidad del estado que debe controlar a la privada del Grupo Roggio.

Si tenemos en cuenta por ejemplo los kilómetros hechos con Metrovías como concesionaria, sólo podemos contabilizar 16 en 25 años. Y si bien las obras de extensión de la red están a cargo del organismo estatal (Sbase), queda a la vista que la privatización no significó ninguna mejora para la realidad del subte, sino todo lo contrario.

Ahora además estamos transitando un nuevo proceso de licitación, donde participan la propia Metrovías y Keolis, de capitales franceses.

La contaminación a los trabajadores se suma al mal servicio

En los dos últimos años, además del servicio cada vez más deplorable se sumó el escándalo por la presencia de asbesto. Durante 2019 hemos tomado conocimiento de al menos 15 trabajadores con su salud complicada por la presencia de este material. No sólo Metrovías (con el aval de Sbase) negó durante más de un año la presencia del material cancerígeno en dichas formaciones, sino que aún después de que fuera denunciado por los trabajadores, y sólo bajo esta presión, se comprobó la existencia de dicho material. Desde el año 2000 que está prohibido en nuestro país, pero ni Sbase ni Metrovías hicieron los controles necesarios.

Hace algunos días, el secretario de la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro, Roberto Pianelli, dio una entrevista a Radio El Destape por la aparición de piezas con asbesto en formaciones de las líneas C (Nagoya) y E (Fiat). En la misma manifestó que sienten "frustración porque manipulamos piezas con amianto y nos lo ocultaban" y exige que estos "elementos sean retirados porque el amianto provoca enfermedades a largo plazo con 15 años de latencia". Pero además se refirió a una posible solución, según su propia visión, a las malas condiciones en las que se encuentra la red subterránea.

El periodista radial, frente a las declaraciones del entrevistado de lo malas que son las empresas privatizadas, sugiere que el camino entonces sería la reestatización. En ese momento el secretario general dice que él es "un estatista". Sugiriendo que estaría a favor de la estatización y de políticas públicas de transporte. Pero si hoy existe un organismo estatal que debe controlar a una privatizada y no lo hace, ¿qué más hace falta para que el servicio funcione como corresponde?

La crisis del subte, que en los últimos años nos costó la muerte por condiciones inseguras de 6 compañeros y que hoy reconoce 15 compañeros con afecciones por asbesto, es la misma que hace que cientos de miles de pasajeros viajen muy mal día a día. ¿Cuál es la solución entonces?

Para nosotros también hay que acabar con las empresas privatizadas que han saqueado el servicio en función de sus millonarias ganancias. Por eso desde la Bordo peleamos por la estatización bajo gestión de trabajadores y usuarios, los únicos realmente interesados en servicio seguro, eficiente y de calidad. Para avanzar en este camino, necesitamos poner en pie organismos democráticos y participativos, que se basen en asambleas con mandato de base, que unifiquen las fuerzas de los trabajadores y usuarios, y que sean el embrión de una nueva forma de organización independiente de los gobiernos de turno y de las empresas. Empezando por erradicar definitivamente el asbesto del subte.

Para los que formamos la agrupación Bordó, la única manera de que los servicios dejen de ser un negocio para unos pocos, es la participación activa y directa de trabajadores y usuarios. Y para que eso sea posible, se debe realizar la apertura de los libros contables y ver adonde fue a parar el dinero de subsidios, pasajes, y otras empresas satélites que prestan servicios a la actividad del subterráneo y que son todas propiedad del mismo grupo (como Prominente, BRf y otras). De igual manera, hay que investigar qué pasó con el FONDO SUBTE , que según la ley 4472 votada en diciembre de 2012, está destinado a “contribuir a la financiación de la prestación y mejora del servicio de transporte de Subterráneos y Premetro transferido a la Ciudad”.

Además sería bueno que alguna vez los responsables de los saqueos a los trabajadores y el pueblo paguen lo que nos han robado, más cuando estamos frente a una empresa que reconoce públicamente que devolvía como coimas parte de los subsidios que recibía.

El amparo que presentaron los diputados porteños del PTS en el Frente de Izquierda, Patricio Del Corro y Myriam Bregman, junto a Claudio Dellecarbonara, miembro de la minoría del sindicato del subte, y trabajadoras docentes y estudiantes, posibilitó que el aumento del viaje en subte se frenara durante tres meses. Y junto a la presión popular, hizo que no siguiera aumentando el boleto del subte a 21 pesos como querían Larreta y Roggio.

Con la crisis del asbesto, también se realizó un pedido de informe al presidente de Sbase por la presencia del material. Pero el oficialismo de Cambiemos lo frenó, y otras fuerzas que se dicen opositoras, como el PJ y el massismo, no acompañaron.

El Frente de Izquierda si puede denunciar y pedir explicaciones a quienes deben darlas, y todo esto es posible gracias a ser independientes de los poderosos.

El planteo de estatización de las empresas de servicios públicos y de transporte con control de trabajadores y usuarios de la izquierda, no es solo una consigna, sino la idea que tiene que guiar la búsqueda de soluciones de fondo y de política cotidiana para conquistarla. Con ese mismo objetivo, desde las bancas de nuestros compañeros Nicolás Del Caño y Myriam Bregman, junto a las agrupaciones nucleadas en el Movimiento de Agrupaciones Clasistas, hemos realizado distintos planteos para buscar la alianza estratégica con los usuarios y cambiar las empresas de servicios y transporte de raíz para que deje de ser un negocio que enriquece a unos pocos.  

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