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lunes, 18 de mayo de 2020

A 150 años de la inauguración

A 150 años de la inauguración del Ferrocarril Central Argentino

SANTA FE 18 May (ElLitoral).-Planeado por Justo José de Urquiza junto a Juan Bautista Alberdi y Guillermo Wheelwright, el Ferrocarril Central Argentino (FCCA) entre Córdoba y Rosario fue la obra fundacional en el desarrollo del sur santafesino. Este 18 de mayo de 2020 se celebra el sesquicentenario de la inauguración de la línea completa.
Crédito: Gentileza

Este lunes 18 se cumplen 150 años de uno de los hitos de la historia argentina. El Ferrocarril Central Argentino fue mucho más que una vía férrea. Fue un camino que unió Rosario y la ciudad de Córdoba en una época en que sólo los caballos podían ser el medio de locomoción más rápido que las piernas de los hombres. Esos durmientes hermanaron las dos localidades y generaron un movimiento económico y de desarrollo nunca visto hasta aquel entonces. Fue un antes y un después en la zona que une a ambas ciudades. 400 kilómetros que se enlazaron por el tren y que fueron poblados por inmigrantes que le dieron un gran impulso al sur de nuestra provincia y al este de la provincia vecina. Este sendero fue el primero de muchos más que llevaron prosperidad a nuestra Santa Fe.

El 18 de mayo de 1870 se inauguró oficialmente la línea en todo su recorrido. Dalmacio Vélez Sarsfield, autor del primer código civil argentino y ministro bajo la presidencia de Domingo Sarmiento, pronunció el discurso más importante aquel día en la estación cordobesa.

Allí estuvieron el estadounidense Guillermo (William) Wheelwright, concesionario de la línea férrea, junto al gobernador local, Félix de la Peña. “Para esta provincia el ferrocarril tiene un valor de posición inconmensurable. Córdoba, el centro de la república, centro de los telégrafos que extenderán su brazo hasta el Alto Perú, hasta la capital del Paraguay, hasta la capital del imperio del Brasil, hasta las costas del Pacífico, verá llegar a su vasto y rico territorio las ciencias que le descubran los tesoros que ella encierra”, afirmó Vélez Sarsfield aquel día en La Docta. La estación terminal en Córdoba tomó el nombre de esta ciudad y quedó emplazada muy cerca del centro. Las edificaciones de aquella época llegaron hasta nuestros días y están operativas en algunos servicios contados. La entrada principal está en bulevar Perón 101.

Wheelwright dirigió la construcción de la primera línea interprovincial de la República Argentina entre 1863 y 1870.

Había trabajado en Chile con el tendido del ferrocarril entre las minas de Copiapó y el puerto de Caldera sobre el océano Pacífico, ramal que empezó a operar en 1851. La idea del emprendedor extranjero era unir Rosario con Córdoba, de ahí seguir hasta las provincias de La Rioja y Catamarca y cruzar los Andes para terminar en Caldera a través del paso de San Francisco. Sin embargo, la ineptitud y falta de visión de futuro del porteño Bartolomé Mitre y de sus sucesores truncaron los planes y las vías llegaron sólo hasta Tinogasta (Catamarca) como punto extremo al oeste recién en 1911. El plan de Guillermo Wheelwright de unir el Atlántico y el Pacífico con el ferrocarril, algo que sí se pudo concretar en Estados Unidos de América, quedó trunco para siempre.

   Foto: Gentileza

El gran mentor

El proyecto para conectar a la Cuna de la Bandera con La Docta comenzó en los años 1850. El primer presidente constitucional de Argentina, el general Justo José de Urquiza, fue la mente brillante que vio en aquel tiempo el mundo en el 1900. Suyo fue el proyecto de dotar a Rosario su rango de ciudad y puerto de la Confederación Argentina en agosto de 1852. También fue suya la idea de traer el tren, un medio de transporte novedoso en aquella época y que permitiría unir un país como el nuestro con núcleos urbanos desperdigados en un territorio muy grande.

El gran político abrazó las ideas de Juan Bautista Alberdi. Justamente fue Alberdi quien conoció a Wheelwright en Chile. Este trío pensante sobresaliente dio los primeros pasos hacia el tren que cambiaría para siempre el paisaje en la región sur de nuestra provincia. Alberdi, redactor de la Constitución nacional que se promulgó en 1853, dejó asentadas estas palabras: “El ferrocarril innova, reforma y cambia las cosas más difíciles sin decretos ni asonadas. Él hará la unidad de la República Argentina mejor que todos los congresos”, según transcribe el historiador Gerardo Álvarez en su reseña sobre los 150 años del FCCA para la revista porteña Todo es historia.

“Por decreto del 28 de enero de 1854 queda decidido contratar en Estados Unidos algún ingeniero práctico en construcciones ferroviarias”, escribió Juan Alvarez en su célebre libro Historia de Rosario.

“Allan Campbell acepta, comprometiéndose a efectuar el reconocimiento y trazado de un ferrocarril entre Rosario y Córdoba, y además, sondajes en la costa para instalar un muelle conectable con los rieles”, aseguró el historiador unas líneas más abajo. Es decir que el proyecto original, que se plasmó finalmente, era enlazar la estación ferroviaria y el puerto fluvial. Es por eso que la terminal Rosario Central (transformada hoy en la sede del distrito Centro municipal), cabecera del Central Argentino, se ubicó a pocos metros del río Paraná.

“Una ley del 30 de junio de 1855, dispuso que el Poder Ejecutivo podía conceder su construcción”, indica Gerardo Álvarez en otra parte de su artículo. La escasez de recursos del Estado argentino bajo la presidencia de Urquiza postergó esta obra tan costosa. En aquellos años, la Provincia de Buenos Aires se había separado del resto del país. Este Estado escindido boicoteó a más no poder la economía de la Confederación Argentina con acciones asfixiantes para la nación con sede en Paraná.
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Comienzan los trabajos

Tras la retirada de la batalla de Pavón, los porteños retomaron el control político y económico nacional. A orillas de aquel arroyo, el general Urquiza se retiró y cedió la victoria a Mitre el 17 de septiembre de 1861. El porteño tomó la presidencia el 12 de octubre de 1862 y el país nunca abandonó su tendencia unitaria pese al espíritu federal de la constitución de Alberdi. No obstante su afán de privilegiar a Buenos Aires en detrimento del resto de Argentina, Bartolomé Mitre vio las virtudes del proyecto de JJ Urquiza y le dio viabilidad a la construcción de la línea férrea. Así, el 19 de abril de 1863 el político porteño visitó la Cuna de la Bandera y supervisó el comienzo de los trabajos.

Según describe Juan Alvarez en su Historia de Rosario, William Wheelwright afirmó aquel día: “Hemos establecido una nueva era en la historia de este país”. Los primeros durmientes se pusieron en la esquina actual de la avenida que lleva el nombre del estadounidense y Corrientes. Un monolito recuerda en esa zona aquel día histórico.

El proceso de tendido de vías fue realizado por expertos británicos que trabajaron desde aquel año en tierras argentinas. Algunos se radicaron definitivamente en suelo albiceleste y otros regresaron a Gran Bretaña con las tareas finalizadas. Pese a la Guerra del Paraguay de aquella década, se fue avanzando en la pampa y se fueron construyendo estaciones cada 20 kilómetros, según se había planificado. Así surgieron las paradas de Bernstadt (hoy Roldán), Carcarañá, Cañada de Gómez y Tortugas.

El tendido llegó hasta esta localidad pegada al arroyo del mismo nombre, el límite natural entre las dos provincias, en 1866. El 1º de mayo de aquel año se realizó el primer viaje inaugural Rosario-Tortugas.

Posteriormente, el trazado siguió rumbo a la localidad de Fraile Muerto, renombrada Bell Ville por Sarmiento, y de allí hasta Villa María, adonde llegó el 1° de septiembre de 1867. Según constató Juan Jorge Gschwind en su libro Origen de los primeros ferrocarriles de Rosario, se abrieron distintos tramos.

El 10 de agosto de 1869, estaba listo el tramo de Villa María a Chañares. Las demás secciones se libraron al servicio público en estas fechas: de Chañares a Oncativo, el 17 de septiembre de 1869; de Oncativo a Laguna Larga, el 17 de marzo de 1870; de Laguna Larga a Río Segundo, el 1º de mayo de 1870. Aquel mayo se habilitó el servicio hasta la capital de Córdoba.

Tierras expropiadas

La construcción del camino que unió a Córdoba con Rosario no fue gratuita para el Estado argentino. Como parte del acuerdo con los capitalistas extranjeros que aportaron los fondos para hacer semejante emprendimiento, a los aportantes se les cedió una legua (4,828 kilómetros) de tierras a cada lado de las vías en casi todo el trayecto entre las dos ciudades. “Para introducir inmigrantes y colonizarlas, creó la Compañía de Tierras del Central Argentino, que nombró como superintendente a Guillermo Perkins, que viajó a Europa y logró interesar a varias familias, en especial suizas, deseosas de radicarse en las colonias a crearse”, rememora Gerardo Alvarez en su reseña.

Esta expropiación generó problemas con algunos propietarios argentinos que se vieron obligados a vender forzosamente sus propiedades. Los juicios fueron perdidos por los antiguos dueños y la compañía formada se quedó con grandes ganancias al otorgar las propiedades a europeos. Así comenzó la población estable y más numerosa de parte del sur provincial.

Los británicos trajeron los deportes

Los británicos llegados en aquellos años del siglo XIX para construir el Ferrocarril Central Argentino trajeron con ellos los deportes modernos. Aquellas eran actividades completamente desconocidas para los nativos. En 1867, un grupo de estos europeos fundó el Rosario Cricket Club, actual Club Atlético del Rosario, decano nacional en rugby y tenis. El inglés Isaac Newell llegó en 1869 a la Cuna de la Bandera. Este docente fue uno de los principales impulsores del fútbol albiceleste y le dio el nombre al Club Atlético Newell’s Old Boys surgido de la escuela que dirigió. En 1882, nació en La Docta el Córdoba Athletic Club de la mano de británicos afincados en esa ciudad. Mientras en 1889, surgió el actual Club Atlético Rosario Central en los talleres del FCCA con el liderazgo del escocés Colin Calder.

Urquiza no vio su proyecto terminado

Justo José de Urquiza no llegó a ver la inauguración de uno de sus grandes proyectos políticos. El primer presidente constitucional fue asesinado el 11 de abril de 1870 en el Palacio San José. 37 días antes de los actos oficiales en Córdoba liderados por Vélez Sarsfield.

Autor: Hernán Alvarez 

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