El subte para porque Metrovías está poniendo en riesgo nuestra salud y la de los usuarios
CAPITAL FEDERAL 4 Mar(La Izquierda Diario).-Con la complicidad del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, la empresa del Grupo Roggio montó una nueva provocación al intentar burlar los protocolos de seguridad rompiendo las burbujas sanitarias.
El subte para porque Metrovías está poniendo en riesgo nuestra salud y la de los usuarios
Claudio Dellecarbonara
Diputado FIT PBA - Miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP (Subte)
Metrovías se caracteriza por descuidar deliberadamente la salud de sus trabajadoras, trabajadores, usuarias y usuarios. Y no hablamos solamente de los seis compañeros muertos, cuyos fallecimientos la empresa aduce a "problemas técnicos" para ocultar su responsabilidad respecto a estos verdaderos asesinatos laborales. Que podían evitarse de no ser por la desinversión y la falta de controles por parte del Estado.
Ni tampoco hablamos solamente de la gran cantidad de contagios de coronavirus que hay en el subte por la gran concentración y circulación de gente. De lo que hablamos es de que la empresa, desde que comenzó la pandemia, se negó sistemáticamente a tomar las medidas necesarias para evitar mayor propagación del virus. Así lo hemos denunciado los trabajadores desde el año pasado. Y solo con la lucha logramos imponer un protocolo de seguridad que resguarde la salud de trabajadores y usuarios.
Hace semanas la empresa intentó hacer volver a trabajar a compañeras y compañeros mayores de 60 años y no deja de hostigar a quienes tienen enfermedades previas o que son grupo de riesgo a que abandonen la licencia que les corresponde y vuelvan al puesto de trabajo.
Ahora Metrovías intenta romper las burbujas sanitarias que fueron creadas para cuidar la salud de todos los trabajadores y conquistadas con la lucha.
Obviamente a nosotros no nos sorprende esto. Se trata de la misma empresa que admitió pagarle coimas al Estado y que logró la concesión por doce años más, donde ganarán por kilómetro recorrido. Por eso quieren que el subte funcione a toda costa, a costa de la salud de trabajadores y usuarios.
No podemos soslayar que para eso cuentan con el acompañamiento de muchas empresas de medios, que reproducen el discurso patronal con el argumento de que por nuestra culpa hoy no pueden viajar 55.000 usuarios. Pero no dicen que somos quienes peleamos día a día por un mejor servicio y nos preocupamos por el confort de millones de pasajeras y pasajeros. Si este jueves los dejamos sin viajar es para que puedan seguir viajando sin quedar en una absoluta exposición al contagio del covid-19.
Esta situación la ve y sufre cotidianamente toda persona que utilice el servicio. Con los accidentes reiterados en varias líneas (como vimos días atrás en la Línea E). O con el asbesto en los trenes, donde la empresa sigue sin plantear un plan para quitar todo el material cancerígeno de las formaciones.
Las trabajadoras y los trabajadores del subte exigimos que se respeten los protocolos que le impusimos a la empresa con nuestras medidas de fuerza en el marco de la pandemia. Pero también convocamos a todos los usuarios y usuarias a que se sumen a esta pelea por priorizar la salud de la población y no las ganancias de Metrovías.
Y en esa pelea no podemos dejar de denunciar a los diferentes actores del Estado, que acompañan al Grupo Roggio en sus actitudes criminales. Por acción o por omisión. Especialmente hablamos de Horacio Rodríguez Larreta, quien parece formar un buen equipo con Metrovías a la hora seguir amasando fortunas a costa de flexibilizar el servicio, desgastar a las trabajadoras y los trabajadores y demostrarle a millones de usuarios que sus vidas no les interesan.
El subte de Buenos Aires era una empresa estatal que quedó en manos privadas gracias a las políticas privatizadoras de Carlos Menem, el mismo al que hace unos días el conjunto del peronismo homenajeó como si fuera un patriota. De quella privatización se benefició el Grupo Roggio, un fiel exponente de la "patria contratista" que hizo fortunas con los negociados de la obra pública, con todos los gobiernos. Un grupo que con la dictadura genocida multiplicó exponencialmente sus empresas.
Metrovías no ha realizado las obras que debía hacer, no extendió la red del subte. Mientras, sus ganancias no dejan de multiplicarse a través de la venta de boletos y de múltiples negocios asociados, como el transporte de cableado de fibra óptica, alquileres comerciales, publicidad en las estaciones, etc. Y además recibe subsidios millonarios, es decir que los pagamos los trabajadores, por una "tarifa técnica" que no se discute con nadie.
El Gobierno de Larreta, a pesar de que se hacen audiencias públicas y todo el mundo el aumento del boleto, decide por su cuenta llevar el pasaje a $ 30, un 43 % de incremento. Desde hace siete años Metrovías aumentó la tarifa un 1.500 % con aval total del Estado.
Si el transporte público, sobre todo el que resulta central para la actividad laboral y educativa, estuviera en manos de sus trabajadoras y trabajadores, sin CEO ni gerentes millonarios, en sociedad con comités de usuarias y usuarios para poder debatir y recolver democráticamente cómo conducir ese servicio fundamental, la cosa sería totalmente diferente.
Porque la salud y la seguridad de la población trabajadora no puede cuidárselas más que ella misma, la que conoce hasta la última necesidad y la que tiene la capacidad para atenderla.
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