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viernes, 18 de octubre de 2019

Trasandino

Recorrerán por primera y única vez el antiguo túnel del ferrocarril Trasandino 

MENDOZA 18 Oct(Los Andes).-Este viernes 18 de octubre será un día especial para los amantes del senderismo, y sobre todo para la historia del ferrocarril argentino.

Gracias a la gestión de la Municipalidad de Las Heras junto con Vialidad Nacional, se abrirá por primera y única vez para su recorrido el Túnel Caracoles, tramo que pertenece al histórico Túnel Internacional Ferroviario, vía por donde transitaba el ferrocarril trasandino Los Andes-Mendoza.

El tunel, comunicaba Argentina con Chile a través de la Cordillera de los Andes, entre Mendoza y la región chilena de Valparaíso.

Inaugurado en el año 1910 como parte de la línea del Ferrocarril Trasandino Los Andes-Mendoza, se mantuvo activo hasta 1979, cuando circuló el último tren de pasajeros.

Una obra pública con un impacto social, cultural, económico y una huella histórica que marcó a fuego la vida de los pobladores de Alta Montaña como de aquellos que también sintieron el devenir de la vida del ferrocarril.

Así, serán más de tres mil metros de huella ferroviaria a recorrer en Las Cuevas, una vía de comunicación trasandina comparada en su momento con el Canal de Panamá o el Canal de Suez.
Dicen los pobladores que por las noches los rieles de la vieja estación Las Cuevas aún traen los sonidos del tren. El espíritu del ferrocarril sigue presente entre las montañas.

Para las familias del distrito lasherino de Alta Montaña es algo normal sentir el ruido de los motores, para ellos el tren nunca dejó de pasar por esas vías.

“Nací con el tren pasando todas las semanas, cerca de nuestra casa, era como un integrante más de las familias de acá. El humo de los vagones, la bocina de la cabina y el sonido de los motores eran parte de nuestro día a día”, graficó lo que significó en la vida de Aníbal Contrera el fenómeno social, cultural y económico del ferrocarril trasandino, y como uno de los tantos pobladores de Las Cuevas, para él el tren aún sigue marcando el pulso del lugar.

“Cuando me enteré que el viejo túnel iba a volver a ser vial me dije: 'Tengo que estar ese viernes en Las Heras'. Es el único momento que tendremos para vivir lo que se trabajó para levantar semejante obra magnánima”, afirmó Juan Kiektik, de Buenos Aires, aficionado, fotógrafo y cronista de la vida después del ferrocarril quien vendrá este viernes a Las Heras para despedir la vieja huella del Trasandino. “Quiero sentir los rieles, oler los túneles, sentir el frío”, compartió Juan sus confesiones de amor por el tren trasandino.
   Experiencia única

Acceder al Túnel Caracoles será una experiencia única por la carga histórica y emotiva que cobijan los miles de kilómetros de rieles y sus cobertizos de metal en plena Cordillera de los Andes.

“Con Vialidad Nacional gestionamos esta apertura especial para vivirlo como una experiencia de senderismo. Dentro del plan de obras de Vialidad ya comenzaron con los trabajos para convertir al antiguo túnel en una nueva vía de comunicación vial”, anticipó Guillermo Barletta, director de Turismo de Las Heras.

Rubén Adrián Lepez, presidente de Ferroclub Trasandino Mendoza, aportó: “Hay una cuestión simbólica muy fuerte en lo que será este recorrido por el viejo túnel ferroviario, porque será caminar por las vías centenarias de un tren que ya que no volverá”.

“La relación de Las Heras con el Trasandino ha sido determinante en la vida de toda la población de ambos países, ya que la mayor parte del recorrido va por la margen norte del río Mendoza, sector que corresponde a Las Heras”, detalló Lepez.

Miriam Monzalvo, por su parte, es hija de Julio Monzalvo, maquinista que dirigió los destinos del Trasandino a más de tres mil metros sobre el nivel del mar, entre Chile y Argentina.

“Mi papá llegó a Polvaredas en 1956 desde Buenos Aires, aquí formó su familia e hizo amigos de todas partes del mundo”, contó la hija de uno de los últimos testigos de la vida de la máquina trasandina entre las montañas y su gran impacto para la sociedad de aquellos años.

“Cada vez que regresaba a casa me contaba historias antes de dormirme sobre los amigos extranjeros que conocía en cada recorrido”, rememoró Miriam Monzalvo.

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