Qué le falta al Metrotranvía para ser inclusivo
MENDOZA 11 Dic(MDZol).-Desde la fecha de su inauguración, el transporte que une Maipú con Ciudad presenta grandes falencias en materia de accesibilidad. Muchas de las estaciones no tienen rampas para sillas de ruedas, lo que hace imposible que las personas que se desplazan sobre ese medio puedan bajar o subir del vagón en tales puntos. Mirá el video y conocé los problemas que Hernán Oros debe sufrir a diario.
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Desde que fue puesto a prueba por primera vez en abril de 2012 -aunque inaugurado con meses de anticipación, por la ex presidente Cristina Fernández, en el año 2011-, el Metrotranvía siempre fue elogiado por su comodidad, puntualidad y velocidad por todos los que viajan a diario desde Maipú a Ciudad y viceversa. O casi todos, porque desde entonces el único transporte ferroviario de pasajeros de Mendoza presenta el mismo problema: un error de diseño que hace que las personas que se mueven en sillas de ruedas puedan acceder solamente a algunas de las estaciones del trayecto.
"La rampa para discapacitados está de un solo lado del vagón y cuando ese lado no coincide con la ubicación del andén, no hay forma de subir en silla de ruedas", explica Hernán Oros, quien padece una discapacidad motriz que le impide caminar debido a un accidente de trabajo.
Lo que ocurre con el Metrotranvía es la consecuencia de una cadena de errores a los que nadie, con el correr de los años, logró dar solución. Cada una de las formaciones que viajan desde Gutiérrez hasta el centro de Mendoza está equipada con una rampa-elevador que desciende hasta el nivel del andén -muy por debajo del piso del vagón- y sube a los pasajeros en silla de ruedas hasta la cabina.
El problema comienza cuando el Metrotranvía cambia el sentido de su trayecto. Es que en el recorrido que va de Maipú a Ciudad, la rampa queda del lado de los andenes y por ello se la puede utilizar sin problema. Pero al realizar el camino de regreso, la posición de los vagones se invierte respecto los andenes por donde ingresan los pasajeros y la rampa para personas con discapacidad se vuelve inútil por quedar orientada a la nada.
"Es difícil de explicar pero más difícil es entender cómo a alguien pudo habérsele pasado por alto algo tan básico", indica Oros.
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