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miércoles, 26 de septiembre de 2018

Colecciones íntimas

Colecciones íntimas: Larga vida a los trenes


CORDOBA 26 Sept(La Voz).-Ariel Rassetto colecciona faroles de ferrocarriles, también telégrafos, insignias y otros artículos que recuerdan la gloria de un pasado ferroviario.  

Nací en Ceres. Es un pueblo ferroviario como todos los pueblos pequeños. Pero nadie de la familia es ferroviario.

Todo empezó cuando fui a saludar a un amigo al que se le había muerto el padre ferroviario. Me regaló un farol que era de él. Quería tener un solo farol, pero me fueron gustando y ahora no paro más.

Después, empecé con las insignias, los telégrafos y otros artículos operativos de los ferroviarios. La insignia de inspector es la más difícil de conseguir, porque había un solo inspector por zona. Cuando creo que tengo todas, aparece una nueva.

Los faroles eran para señalar el paso. Venían de Inglaterra y después cada ramal le ponía su propia identificación. Por eso hay muchos y todos diferentes. Quiero tener todos. Soy fanático.

Hay distintas funciones de los faroles. Servían de indicación, de señal, de comunicación. Son objetos de precisión. Todo articulado y diseñado para iluminar lo más lejos posible.Lo apasionante es el diseño y variedad de los objetos del ferrocarril. Cada farol es una pieza única, porque eran terminados a mano. Lo importante del farol es su diseño y su función. No podían fallar.

A los 7 años coleccionaba cajitas de cigarrillos que todavía guardo. Después, empecé con estampillas. ¿Quién no empezó coleccionando estampillas? El coleccionista tiene etapas: se va pasando a algo más grande o que lo marque más.

Casi todos los faroles que tengo son del Ferrocarril Central Argentino. Los dejo lo más originales posible. Me gusta que hasta tengan la tierra y el óxido que tenían originalmente, porque siempre estaban sucios.

Mi secreto es comprar los que están incompletos porque son más baratos, y luego voy buscando en los mercados de pulgas las partes que faltan. Los hay de torre, de andén, de altura, de frente de locomotora, de furgón de cola, de mano, de cinturón, de carburo. Cada farol tiene su historia y la historia de la estación en el que se usó.

Tomando unos vinos con amigos, comenté que no me alcanzaba la plata para comprar uno que no tenía, y entre todos me regalaron la plata para tenerlo. Así que en esta colección hay muchos agradecimientos.

La gracia está en conseguir de a poco las cosas e ir completando la colección. Si fuera millonario y comprara la colección completa, no sería el mismo placer.

Con mi mujer hago bromas de que le voy a dejar de comprar la leche a mi hijo para comprar un farol que no tengo. El coleccionista capaz que no come durante días para comprar algo que le falta. 

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