La reformulación del museo ferroviario de Tafí Viejo
TUCUMAN 28 Ene(La Gaceta).-Durante varios lustros fueron un referente ineludible de la provincia y el motor de un pueblo. Tras el esplendor llegó el ocaso y se cerró la principal fuente de trabajo que daba vida y progreso a Tafí Viejo. Durante muchos años, sus habitantes soñaron con su regreso, atesoraban objetos, fotografías y otros recuerdos que evocaban ese pasado rico de hechos y testimonios en los Talleres Ferroviarios. En 2005, se creó el museo que funcionó intermitentemente. La actual gestión municipal ha decidido reformularlo y jerarquizarlo, convocando a un especialista que ya trabajo en otros museos de nuestra provincia, y de Buenos Aires y Salta.El experto que diseñó el Museo de Alta Montaña en Salta, señaló que Buenos Aires y Rosario cuentan con museos ferroviarios, pero el taficeño es más grande porque posee más de 1.000 piezas, entre ellas una enorme sirena de barco, que es hermana a la que sonó en el Titanic por última vez el 14 de abril de 1912, antes de chocar contra el témpano. El aparato de bronce de casi dos metros de alto, sonó durante décadas en los Talleres; se escuchaba en toda la ciudad y convocaba a los trabajadores a sus tareas a las 5, 5.20 y 5.30 de la mañana. Aunque no forma parte del museo, es una pena que la chimenea, un ícono de la ciudad, se esté deteriorando en su parte superior. El museólogo explicó que la idea es contar lo que significaron los ferrocarriles para el país y Tafí Viejo y señaló que los museos son una forma de comunicación, su misión es transmitir historia. “Para tener un tema tengo que tener en claro el mensaje y a quién está destinado: si al turista o a los locales, o principalmente a los turistas y luego a los locales. Los museos transmiten y a veces también omiten. Pero por discurso o por omisión el museo habla. Pero insisto: la gente del lugar es la que debe saber qué es lo quiere contar... hoy los museos compiten con el entretenimiento cultural. Entonces uno necesita tecnologías. Si los chicos están acostumbrados a lo digital, a jugar con la tablet, a tener un teléfono inteligente, uno no puede pedirle que vuelva para atrás porque el código de comunicación hoy es la tecnología. Un museo hoy necesita inversión en tecnologías y en comunicación, porque si hago un gran museo, pero nadie se entera de que está, no sirve.”, dijo.El 25 de mayo de 1910, el entonces gobernador Próspero Mena inauguró los talleres ferroviarios, que habían comenzado a construirse en 1902. Se invirtieron $5,5 millones para construir los edificios y $1,1 millón en maquinarias. Su chimenea de 52 metros de alto por ocho de diámetro presidió durante años las almas taficeñas. En la década de 1950, trabajaban 5.663 personas, se fabricaban por mes 24 vagones de carga, 11 coches de pasajeros y dos locomotoras a vapor, y cinco toneladas de repuestos. Se construyeron allí el primer tren presidencial y los primeros vagones con aire acondicionado. Los talleres dejaron de funcionar en 1977 durante la última dictadura militar y fueron reabiertos con la llegada de la democracia, por el entonces presidente Raúl Alfonsín en 1984. Fueron transferidos a la provincia en 1994 y un año después, durante la administración de Antonio Bussi, fueron cerrados. Néstor Kirchner anunció su apertura parcial en 2003. La jerarquización del museo ferroviario es, sin duda, una buena noticia; tal vez podrían incluirse representaciones teatrales que relataran en vivo momentos de ese pasado valioso. El museo bien podría convertirse en un paso obligado para los alumnos taficeños de la primaria y el secundario, así como para los turistas. “Los museos de verdad son los sitios en los que el tiempo se transforma en espacio”, afirma el escritor turco Orhan Pamuk.
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