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jueves, 30 de agosto de 2012

Aniversario de nuestros ferrocarriles


155 Años del primer ferrocarril en la Republica Argentina

Un día como hoy 30 de Agosto, pero hace 155 años, se inauguraba el primer ferrocarril de la Argentina, El "Camino de Hierro al Oeste de Buenos Aires", entre la estación Del Parque y Floresta.

La locomotora llegó de Londres y fue bautizada como "La Porteña". Venía con una gemela que fue llamada "La Argentina". También llegaron los vagones que completarían el tren. Era una pequeña locomotora, que había sido construída en 1854 en Inglaterra y que a su vez era veterana de la guerra de Crimea. Fue transportada hasta Buenos Aires en el vapor Borland, atracando en el muelle porteño en la navidad de 1856. Unas semanas más tardes desfiló por las calles de la ciudad en un enorme carro, tirado por 30 caballos.Llegaron también los hermanos Juan y Thomas Allen, contratados para conducirla, junto con el ingeniero Guillermo Brogge, encargado de la instalación de los rieles, varios capataces y 160 obreros especializados en instalaciones ferroviarias, todos ingleses. El primer ensayo fue el 28 de enero de 1857, entre la Estación del Parque (actual Plaza Lavalle) y San José de Flores. Las pruebas fueron exitosas y se decidió que la fecha inaugural sería el sábado 29 de agosto. Ese día, sobre la única vía, salió de la Estación del Parque a la una de la tarde. El tiempo acompañaba los festejos de los vecinos que vivaban la partida, en medio de Flores y banderas donadas por familias de abolengo. Corría a 24 Km. por hora. La formación iba en busca de La Floresta, una zona de quintas de veraneo en las afueras de la ciudad, distante diez kilómetros. Salió así por la actual calle Libertad, y tras dos curvas y contra curvas, encaró por el trazado de la calle Lavalle. Al llegar al Boulevard Callao, el riel hacía una curva (que es el trazado del ex pasaje Rauch) para desembocar a la avenida Corrientes y correr hasta Centro América (hoy avenida Pueyrredón). Tras girar a la izquierda, llegaba a La Piedad (calle Bartolomé Mitre) donde se levantaba la primera estación: Once de Setiembre. Allí La Porteña fue recibida con fuegos artificiales y la banda musical del Regimiento Patricios. A partir de esa estación, el recorrido era la avenida Rivadavia, y así fueron quedando atrás las humildes estaciones de Almagro y Caballito. Más tarde, su paso fue saludado por intermitentes campanadas desde la histórica iglesia de Flores, y cuando habían transcurrido 35 minutos de viaje, ya estaba a la vista la estación de La Floresta. Entre los pasajeros se destacaban Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Valentín Alsina, Dalmacio Vélez Sarsfield y Pastor Obligado. Enfundados en sus trajes de gala, iban también los socios de la empresa Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste: Felipe Llavallol, Francisco Balbín, Benicio Larroudé, Mariano Miró, Daniel Gowland, Manuel Guerrico, Norberto de la Riestra, Adolfo Van Praet, Esteban Rams y Vicente Basavilbaso. El maquinista John Allen y el veterano fogonero italiano Alfonso Covazzi no perdieron el tiempo para bajar en aquel breve espacio que tenía la estación, entonces ubicada a la altura de la actual calle Caracas.

Anécdotas:

Se cuenta que el tramo que servía de prueba a La Porteña era el que iba de la Estación Parque hasta la calle Montevideo. En las cercanías vivía un personaje, dueño de fuertes caballos de tiro, el cual le hizo saber a los hermanos Allen, que quería jugar con ellos una apuesta: disputarían una cinchada entre el caballo del buen vecino y la novísima locomotora. Al darse la señal se comenzó el forcejeo. Grande fue la sorpresa de los presentes al ver retroceder a la mismísima Porteña arrastrada por el caballo. Cuando estaban por llegar a la raya de sentencia, la locomotora pegó un resople y avanzó con velocidad, quedando el caballo sentado, tirando al jinete y cortando el lazo entre ambos. Los Allen estaban dispuestos a jugarles una broma a los curiosos presentes haciendo que la locomotora fuera, por un momento, marcha atrás.

El 7 de abril, en otra prueba, descarriló, pero la velocidad era baja y no hubo que lamentar víctimas. En junio se hizo otra prueba y en agosto se realizó un viaje de ensayo, con un tren de un vagón de encomienda y otro de pasajeros conducidos por La Porteña, que llevaba a algunos miembros de la Sociedad. La ida no presentó inconvenientes, pero en la vuelta la euforia llevó a pedir más velocidad al maquinista, el inglés John Allan, lo que provocó un descarrilamiento a la altura de la estación Almagro rompiendo varios metros de vía. Algunos pasajeros sufrieron heridas leves. Uno de los testigos lo comentó así: "El viaje se hizo despacio y el tren llegó sin novedad alguna a Floresta. Dispuesto este para el regreso y satisfechos los señores de la comisión del primer ensayo, ordenaron al señor Allan volver con más celeridad hasta que, a la mitad del trayecto y estando el tren sobre un terraplén, zafó la locomotora, corrió por alguna distancia sobre los durmientes, rompiendo unos 60 o 70 metros. El choque fue muy violento; las cabezas de los señores Van Praet y Gowland se encontraron, saliendo el último con una herida en la cara en sangre. El señor Moreno fue lanzado de cabeza contra el cuerpo del señor Llavallol y el señor Miró, que fumaba, se encontró con el cigarro en la nuca, entre la camisa y la carne que le quemaba".

La trocha del ferrocarril (distancia que separa los rieles) era de 1,676 m (5 pies 6 pulgadas) que correspondía con la utilizada por los ferrocarriles coloniales ingleses. Para seguridad de los peatones el tren avanzaba por entre dos altas rejas. El camino de Fierro tenía su estación cabecera en la Plaza del Parque, sitio donde hoy se encuentra el teatro Colon, allí estuvo hasta 1880, la misma ocupaba un terreno de 7650 metros cuadrados, con el frente hacia la calle Libertad, donde se encontraban las oficinas, el Salón de Pasajero y la Plataforma que tenia una extensión de 4 metros de ancho por 50 metros de largo. Sobre la calle Cerrito se hallaban los talleres, para obtener el agua para las locomotoras, se construyo un aljibe indispensable de unos 500 metros cúbicos de capacidad en el que se volcaba el agua que traían del río carros aguateros. La estación Floresta era su terminal y la misma constaba de un galpón de madera con cabriada de hierro. Frente a la estación se había levantado una construcción de madera y ripio, que hacia las veces de café y restaurante y a la que se llamaba La Floresta. El tren partía desde la Estación Parque (ubicada frente a la plaza Lavalle, por aquel entonces Plaza del Parque, llamada así pues desde 1822 se encontraba frente a la misma el edificio del parque de Artillaría), cruzaba la actual Plaza Lavalle en dos curvas y contracurvas, tomaba por la actual calle Lavalle, hasta el Boulevard Callao, desde allí por el pasaje Los Hornos de Bayo (luego De los Jesuitas, más tarde Rauch, hoy calle Enrique Santos Discépolo), llegaba al terraplén de la calle Corrientes, continuaba hasta Centro América (hoy Pueyrredón), girando a la izquierda seguía hasta Piedad (hoy Bartolomé Mitre) entrando a la estación Once de Septiembre y desde allí en forma paralela al camino Real (hoy Rivadavia) hasta Floresta, eran los primeros 10 kilómetros de recorrido.

Don Alfonso Corazzi fue el primer maquinista de La Porteña, Era un italiano nacido en Liboria; había trabajado ocho años como fogonero y uno como maquinista de la Compañía Strada Ferrata Leopoldina, que se encontraba en Toscana, Italia. En 1856, renunció y se embarcó como mecánico en un barco que vino a la Argentina para realizar la exploración del río Bermejo. Más tarde el Ferro-carril Oeste lo contrató, ingresando como primer maquinista.

El 27 de agosto se realizó una nueva y exitosa prueba. Por fin, el 29 de agosto de 1857 (sábado soleado) se realizó la ceremonia de inauguración presidida por el gobernador de Buenos Aires, Valentín Alsina. Lo acompañaron en viaje inaugural, entre otros, Bartolomé Mitre, Domingo F. Sarmiento, Dalmacio Vélez Sárfield, Estanislao del Campo, miembros de la Sociedad Caminos de Hierro e invitados especiales como el cacique José María Yanquetruz, con uniforme militar. Por la mañana se celebró una misa y el obispo Abeiros bendijo a las locomotoras La Porteña y La Argentina. La Porteña y sus vagones, conducida por Alfonso Corazzi, quien también actuaba como fogonero, partió de la engalanada estación Del Parque saludada por una multitud, y llegó al pueblo de San José de Flores, donde una banda tocó la Marcha a Lavalle. Finalmente llegó a la estación terminal, La Floresta, donde la muchedumbre le dio la bienvenida y la empresa brindó un servicio de refrescos a los pasajeros en el Café Restaurant del lugar.

El 30 de agosto de 1857 comenzó a ofrecer al público un servicio regular de dos frecuencias diarias en ambos sentidos. Aparentemente se habilitó luego un nuevo servicio nocturno. El viaje en primera clase costaba $ 10 y en segunda o carruaje descubierto $ 5. Se sabe que desde el primer viaje al 31 de diciembre de 1857 transportó 56.190 pasajeros y 2.257 toneladas de carga. En Buenos Aires la población de entonces era de unos 170.000 habitantes. Durante 1858 transportó 185.566 pasajeros y 6.747 toneladas de carga.

Ya en 1873 se consideraba la conveniencia de levantar las vías desde la terminal Plaza del Parque hasta la estación Once de Septiembre debido a que la gran urbanización surgida en ese trayecto hacía peligroso el paso del tren. Un decreto de la municipalidad de abril de 1878 decidía el traslado de la terminal a la Once de Septiembre, pero la empresa fue demorando el pedido, a pesar de existir también el reclamo de los vecinos, hasta que el 1º de enero de 1883 hizo caso al pedido.

En junio de 1884 se instalaron en el edificio de la estación Del Parque las oficinas del Estado Mayor General del Ejército. El 13 de septiembre de 1886 el Concejo Deliberante autorizó al Intendente para demoler el edificio y construir allí el nuevo Teatro Colón, obra que se comenzó en abril de 1890, y es el edificio que se mantiene hasta el día de hoy. A su vez, en ese mismo año, se construyó el edificio que suplantó a la construcción de madera de la estación Once de Septiembre.

Fuente: Ferroaficionados Argentinos

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