La promesa de una efectivización que se transformó en despidos
LOMAS DE ZAMORA 10 Nov(AUNO).-Desde el cambio de gobierno, fueron desplazando de los baños de las estaciones del tren Roca decenas de trabajadores de limpieza que vivían de la colaboración de los pasajeros. Tras 10 años de reclamar que los pusieras en blanco, fueron echados de sus espacios de trabajo sin mediar explicación. “Nos partieron al medio”, expresó una de las trabajadoras desplazadas.Lomas de Zamora, noviembre 09 (AUNO) – En el hall de Plaza Constitución hace un mes que un cartel está en alto, a la vista de los millones de pasajeros que caminan apurados. Sólo un par se detiene a leerlo, algunos le sacan fotos y otros se acercan de curiosos a averiguar qué está pasando. “Sus servidores, necesitamos una firma para que nos reincorporen a nuestro trabajo”, dice la pancarta. Cuatro mujeres lo mantienen atado a un tacho, se reúnen allí todos los días con su equipo de mate y su planilla, en la que juntan las peticiones de los usuarios para que las ayuden en su causa. Durante más de diez años limpiaron los baños de la estación, desde el 3 de octubre reclaman que las dejen trabajar.La promesa de una efectivización que nunca llegó. El sueldo que nunca se cobró. La empresa que nunca las reconoció. La antigüedad que nunca se tuvo en cuenta. El 3 de octubre, Sandra, Andrea, Gabriela y Micaela llegaron como todos los días a trabajar, pero ya no podían entrar. “Nos partieron al medio”, dijo Sandra, enfatizando la frase.“Cuando fuimos a preguntar qué había pasado nos dijeron que era una orden del Gobierno, que no podía haber gente trabajando en negro y que iban a poner gente nueva en los baños de arriba”, explicó la mujer a AUNO.Y así pasó. Desde hace un mes la empresa Línea General Roca comenzó a remodelar los más de 30 baños del subsuelo de la estación: sacó los inodoros, sus puertas y la obra se paralizó. Es por esto que se abrieron ocho nuevos sanitarios en el piso de arriba, pero quienes los mantienen limpios son nuevos empleados contratados. El beneficio que a ellas nunca les otorgaron.Según contó a esta agencia un vocero del Roca, “es una movida política”: el Gobierno “fue bajando línea” primero para Plaza y eso se trasladó “a lo largo de todo el ramal”. Pero no es algo que comenzó en la actualidad sino que “hay una problemática que viene de hace varios años ya. De hecho hay personas que están en juicio”.Jefas de familia, madres solteras, madres de chicos discapacitados, inquilinas: todas hace más de diez años que contaban con la plata que recaudaban de la propina que les daban los usuarios del tren. Y, de un día para el otro, tuvieron que pararse en el medio del hall para así visibilizar su reclamo y comenzar una lucha.“Lo que juntábamos nos lo repartíamos para comprar los elementos de limpieza, lo demás era lo que quedaba para nosotras. Era nuestro día a día”, comentó Gabriela, otra de las trabajadoras. “Siempre laburamos con la promesa de que íbamos a formar parte de la planta permanente de la empresa para realizar tareas de limpieza. Durante este tiempo la gente que lo prometió fue pasando de firma en firma. Ahora están en Trenes Argentinos, nosotras quedamos afuera”, lamentó.Comenzó en Plaza Constitución pero la problemática abarca a todas las estaciones de la línea. “Hay algunos baños que siguen ‘tomados’ históricamente. Los llamamos ‘tomados’ a los sanitarios en donde la gente que limpia no pertenece específicamente a la empresa, por lo tanto no tiene un sueldo”, informaron las fuentes del Roca en referencia a las demás paradas de la zona sur.
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En la plaza San Martín, frente a la estación de Adrogué, Marcelo Saavedra se sienta a tocar el teclado. Ensimismado, hace sonar las teclas y comparte su música con los usuarios que pasan enfrente suyo, apurados para llegar a tomarse el tren. Una señora se le acerca, le da un beso en la cabeza, lo conoce: por nueve años ensayó en el baño y desde hace unas semanas la empresa decidió sacarlo de allí.“Vino el vicepresidente de la empresa de esta nueva gestión y me sacó. Creo que le molestaba que tuviera el baño así de limpio. Entró de mala manera a decirme que ya no podía estar más ahí”, recordó el músico.A su vez, se mostró preocupado por los trabajadores de limpieza “Yo hubiese ido a todos los baños preguntando qué precisan, si tienen jubilación, si cobran un sueldo. También averiguar de qué vivirían si ya no trabajaran más ahí. Ahora van a empezar a sacar a todos los demás. ¿El que no tiene para rebuscársela, qué come al otro día?”, se preguntó el trabajador.Para este músico, tocar dentro de ese lugar era “su felicidad”. Llamaba la atención por su peculiar forma de decorar su lugar de ensayo: “Las decoraciones eran mías, los cuadros, los perfumes; era mi manera de vivir. Todo estaba prolijo, por más de que fuese un baño público”, añoró.Aún no hay respuesta por parte de la línea Roca en relación a alguno de los reclamos de los trabajadores. Todos ellos coinciden en que no tenían un sueldo fijo, que vivían de la propina de la gente y que jamás, en tantos años, la empresa les preguntó qué necesitaban.Ahora están levantando carteles, tocando en una plaza o con miedo a que los desalojen. Pero se quedaron cerca. Cerca de donde por muchos años dejaron sus fuerzas por unos pesos. Cerca de los lugares que hicieron suyos y para todos: lugares que el privado no mantenía y de los cuales se ocuparon para dar un servicio público.
LOMAS DE ZAMORA 10 Nov(AUNO).-Desde el cambio de gobierno, fueron desplazando de los baños de las estaciones del tren Roca decenas de trabajadores de limpieza que vivían de la colaboración de los pasajeros. Tras 10 años de reclamar que los pusieras en blanco, fueron echados de sus espacios de trabajo sin mediar explicación. “Nos partieron al medio”, expresó una de las trabajadoras desplazadas.Lomas de Zamora, noviembre 09 (AUNO) – En el hall de Plaza Constitución hace un mes que un cartel está en alto, a la vista de los millones de pasajeros que caminan apurados. Sólo un par se detiene a leerlo, algunos le sacan fotos y otros se acercan de curiosos a averiguar qué está pasando. “Sus servidores, necesitamos una firma para que nos reincorporen a nuestro trabajo”, dice la pancarta. Cuatro mujeres lo mantienen atado a un tacho, se reúnen allí todos los días con su equipo de mate y su planilla, en la que juntan las peticiones de los usuarios para que las ayuden en su causa. Durante más de diez años limpiaron los baños de la estación, desde el 3 de octubre reclaman que las dejen trabajar.La promesa de una efectivización que nunca llegó. El sueldo que nunca se cobró. La empresa que nunca las reconoció. La antigüedad que nunca se tuvo en cuenta. El 3 de octubre, Sandra, Andrea, Gabriela y Micaela llegaron como todos los días a trabajar, pero ya no podían entrar. “Nos partieron al medio”, dijo Sandra, enfatizando la frase.“Cuando fuimos a preguntar qué había pasado nos dijeron que era una orden del Gobierno, que no podía haber gente trabajando en negro y que iban a poner gente nueva en los baños de arriba”, explicó la mujer a AUNO.Y así pasó. Desde hace un mes la empresa Línea General Roca comenzó a remodelar los más de 30 baños del subsuelo de la estación: sacó los inodoros, sus puertas y la obra se paralizó. Es por esto que se abrieron ocho nuevos sanitarios en el piso de arriba, pero quienes los mantienen limpios son nuevos empleados contratados. El beneficio que a ellas nunca les otorgaron.Según contó a esta agencia un vocero del Roca, “es una movida política”: el Gobierno “fue bajando línea” primero para Plaza y eso se trasladó “a lo largo de todo el ramal”. Pero no es algo que comenzó en la actualidad sino que “hay una problemática que viene de hace varios años ya. De hecho hay personas que están en juicio”.Jefas de familia, madres solteras, madres de chicos discapacitados, inquilinas: todas hace más de diez años que contaban con la plata que recaudaban de la propina que les daban los usuarios del tren. Y, de un día para el otro, tuvieron que pararse en el medio del hall para así visibilizar su reclamo y comenzar una lucha.“Lo que juntábamos nos lo repartíamos para comprar los elementos de limpieza, lo demás era lo que quedaba para nosotras. Era nuestro día a día”, comentó Gabriela, otra de las trabajadoras. “Siempre laburamos con la promesa de que íbamos a formar parte de la planta permanente de la empresa para realizar tareas de limpieza. Durante este tiempo la gente que lo prometió fue pasando de firma en firma. Ahora están en Trenes Argentinos, nosotras quedamos afuera”, lamentó.Comenzó en Plaza Constitución pero la problemática abarca a todas las estaciones de la línea. “Hay algunos baños que siguen ‘tomados’ históricamente. Los llamamos ‘tomados’ a los sanitarios en donde la gente que limpia no pertenece específicamente a la empresa, por lo tanto no tiene un sueldo”, informaron las fuentes del Roca en referencia a las demás paradas de la zona sur.
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En la plaza San Martín, frente a la estación de Adrogué, Marcelo Saavedra se sienta a tocar el teclado. Ensimismado, hace sonar las teclas y comparte su música con los usuarios que pasan enfrente suyo, apurados para llegar a tomarse el tren. Una señora se le acerca, le da un beso en la cabeza, lo conoce: por nueve años ensayó en el baño y desde hace unas semanas la empresa decidió sacarlo de allí.“Vino el vicepresidente de la empresa de esta nueva gestión y me sacó. Creo que le molestaba que tuviera el baño así de limpio. Entró de mala manera a decirme que ya no podía estar más ahí”, recordó el músico.A su vez, se mostró preocupado por los trabajadores de limpieza “Yo hubiese ido a todos los baños preguntando qué precisan, si tienen jubilación, si cobran un sueldo. También averiguar de qué vivirían si ya no trabajaran más ahí. Ahora van a empezar a sacar a todos los demás. ¿El que no tiene para rebuscársela, qué come al otro día?”, se preguntó el trabajador.Para este músico, tocar dentro de ese lugar era “su felicidad”. Llamaba la atención por su peculiar forma de decorar su lugar de ensayo: “Las decoraciones eran mías, los cuadros, los perfumes; era mi manera de vivir. Todo estaba prolijo, por más de que fuese un baño público”, añoró.Aún no hay respuesta por parte de la línea Roca en relación a alguno de los reclamos de los trabajadores. Todos ellos coinciden en que no tenían un sueldo fijo, que vivían de la propina de la gente y que jamás, en tantos años, la empresa les preguntó qué necesitaban.Ahora están levantando carteles, tocando en una plaza o con miedo a que los desalojen. Pero se quedaron cerca. Cerca de donde por muchos años dejaron sus fuerzas por unos pesos. Cerca de los lugares que hicieron suyos y para todos: lugares que el privado no mantenía y de los cuales se ocuparon para dar un servicio público.
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