Perito Moreno, una histórica estación donde el tren pasa de largo
BARILOCHE Rio Negro 24 Sept(Rio Negro).- Está a solo 30 km de Bariloche. Décadas atrás, durante el esplendor de los ferrocarriles, era una escala obligada para pobladores y turistas. Luego abandonada, fue concesionada en el 2015 y su reactivación depende de que vuelva el tren a vapor.
No para. El Tren Patagónico une Bariloche con Viedma los domingos. Pasa a velocidad crucero. (Foto: Alfredo Leiva)
La madera desgastada por el paso del tiempo cruje esporádicamente. Sólo el silbido del viento indomable, que se pasea por toda la meseta patagónica, y los gritos de algún tero nervioso quiebran el silencio que rodea el lugar. Mientras decenas de álamos luchan contras las ráfagas que soplan desde el oeste por mantenerse erguidos, allí permanece en pie la estación Perito Moreno. Inmutable. Como sacada de un retazo de la historia, el pequeño complejo, que años atrás fue parada obligada de decenas de formaciones que recorrían la región, desde hace tiempo no recibe visitantes. Nadie desciende ni se embarca. El tren, que asoma detrás de un cerro de punta redondeada, pasa sin detenerse y se pierde en la sinuosa vía que rodea la pequeña laguna Los Juncos, que no tiene una gota de agua.
La estación Perito Moreno construida con piedras, techo de zinc y pisos de madera, fue testigo de la época de esplendor de los ferrocarriles en esta parte de la Patagonia. El tren era el medio más barato para unir pueblos y comunidades de la Línea Sur rionegrina. Está ubicada a unos 30 kilómetros de Bariloche.
Benito Millapi creció al lado de la estación Perito Moreno. Sus padres se instalaron por 1949 en un predio que les cedió para vivir Ferrocarriles Argentinos. Allí, nacieron casi todos sus hermanos. “Hubo un tiempo en que había varias familias acá y después de que se fue cerrando el ferrocarril se levantó todo en 1972”, contó. Millapi había nacido en agosto de 1961. “Por acá, el tren pasaba por lo menos dos veces al día y paraba diez minutos”, rememoró, mientras observa con cierta nostalgia el predio. “Nosotros con mis hermanos íbamos a la escuela que hay detrás del cerro La Fragua”, señaló, mientras entregaba forraje a sus ovejas. Su padre Gregorio Millapi murió en 1969. Su madre, en 1975. Recordó que en los mejores años del tren se formaban filas en la estación de turistas y pobladores de los parajes cercanos.
Toda una vida
Sergio Sánchez relató que el tren era el medio que los hombres y mujeres de campo utilizaban para venir a Bariloche a hacer las compras del mes. “Era el medio más económico”, sostuvo. Sánchez trabajó 34 años para ferrocarriles argentinos. Entró el 1 de enero de 1961, con 24 años. Conoció el mejor momento y el ocaso del tren, a principios de la década de los noventa durante la presidencia de Carlos Menem. Un retiro obligatorio lo dejó sin trabajo el 1 de junio de 1991.
Recordó que décadas atrás el movimiento era muy intenso. Los trenes de cargas y de pasajeros fluían sin pausa desde y hacia Bariloche. “Fueron años de mucho trabajo”, afirmó. Fue la época de la formación conocida como El Arrayán, que era la joya más preciada. “Tenía hasta cine”, contó Sánchez. Los años de los trenes especiales, con turistas brasileños que llegaban a Bariloche.
Sánchez pasó muchas veces por la estación Perito Moreno. “La gente bajaba a tomar el tren desde la zona de Pichileufu”, señaló. “Siempre se paraba ahí”, indicó. “Había un jefe de estación permanente porque había una cruzada de trenes y había que tener sí o sí personal cuando venían los trenes”, comentó. Dijo que por esos años el servicio lo utilizaban muchos turistas.
“Era un lugar hermoso, en la laguna había flamencos, cisnes y hasta nutrias”, describió Sánchez. Hoy, la laguna es un área natural protegida. Su esposa Fermina Villagrán hasta le planteó por esos años que pidiera ir a trabajar a esa estación. Eran jóvenes y no tenían casa propia.
Experiencia fallida
Millapi afirmó que hubo un tiempo que la estación estuvo abandonada. Hubo varios intentos de robo de materiales del complejo, que fueron abortados porque su familia vive en los alrededores.
Hoy, el lugar está concesionado por la empresa provincial Tren Patagónico SA a la firma Lurkelen SRL. La concesionaria se hizo cargo en diciembre de 2015, hizo mejoras y revitalizó la estación con la expectativa de recibir turistas y desarrollar otras actividades. Pero el proyecto dependía de que se reactivara el tren a vapor desde Bariloche para el arribo de los visitantes, contaron fuentes que tienen vínculo directo con los responsables de la firma.
El histórico tren a vapor funcionó a partir de 2001 y estuvo activo algunos años, pero no se pudo sostener el tiempo porque surgieron varios problemas con la empresa a cargo de su operación. Las fuentes indicaron que la concesión por dos años finaliza en febrero de 2018 y si el tren a vapor no aparece, uno de los socios tiene casi decidido que dejará la sociedad.
A principios de 2014, Tren Patagónico SA anunció el restablecimiento del servicio entre Bariloche y Jacobacci, con tres frecuencias semanales de ida y vuelta. Se incluyó la estación Perito Moreno como uno de los puntos del recorrido y hasta se fijó en 60 pesos el costo del pasaje desde Jacobacci. Hoy, la estación ni figura en la grilla del cuadro tarifario que la empresa publica en su página web.
La fundación
1933 El año en que fue creada.
Está a unos 30 km de Bariloche y en vehículo se accede por la Ruta Nacional 23.
Un punto clave en el conflicto con Chile
Hubo un momento que la estación Perito Moreno tuvo un movimiento frenético. Fue a finales de 1978 cuando Argentina y Chile estuvieron a un paso de iniciar un conflicto bélico.
“Recuerdo que en 1978 todo esto estaba lleno de camiones y tanques del Ejército y muchos soldados instalados acá”, rememora Benito Millapi y muestra con su dedo índice los emplazamientos de los militares. “Era un movimiento todo el día. No paraba”, rememoró. Nadie había visto en ese lugar de la meseta tanques de guerra ni armamento ni desplazamientos militares.
Sergio Sánchez relató que fueron días de mucho movimiento. “Los trenes con armas entraban todo el tiempo. Vinieron trenes que traían tanques”, sostuvo. Dijo que como el Ejército trasladó equipamiento bélico hasta la estación Perito Moreno porque en Bariloche no había más lugar. “Un día estaba trabajando en un vagón y atrás nuestro había un soldado joven con un fusil, creo que un FAL, haciendo guardia y recuerdo que le decía: apunta siempre para arriba no se te va a escapar un tiro”, contó Sánchez. Por fortuna, ganó la paz.
Sin fecha para el tren a vapor
El presidente de Tren Patagónico SA, Jorge Maljasian, dijo que la estación Perito Moreno por su valor histórico es importante para la empresa. Pero admitió que no han podido hasta el momento avanzar con las gestiones con la asociación Ferroclub Argentino para lograr la autorización para usar la locomotora a vapor y los vagones del tren histórico para reactivar el servicio entre Bariloche y la estación Perito Moreno, que funcionó durante algunos años hasta 2012.
Maljasian dijo que la locomotora está en Ingeniero Jacobacci y los vagones en Bariloche. Pero no se pueden usar. “Estamos gestionando de ver la posibilidad de que nos den la máquina”, sostuvo. Destacó que permitirá desarrollar un atractivo turístico para Bariloche y mantener viva la histórica estación.
Explicó que el predio está concesionado a una empresa mediante un comodato sin costo para el privado. Explicó que no hubo licitación pública. Comentó que el privado hizo una propuesta para explotar el lugar por intermedio de la exministra de Turismo, Silvina Arrieta, que renunció al cargo días atrás. “Se le impusieron una serie de pautas que cumplió”, aseguró Maljasian. Dijo que posiblemente le renovarán un año más el comodato.
Aunque fuentes vinculadas con la empresa Lurkelen adelantaron que sin el tren a vapor que traslade turistas es difícil que sigan. Comentaron que cuando iniciaron con el proyecto la idea era desarrollar cabalgatas, trekking, avistaje de aves en la laguna Los Juncos y ofrecer servicios a los turistas. Pero no lo pudieron hacer porque en casi dos años ni hubo visitantes. Ni siquiera pudieron explotar el restaurante para unas 150 personas que reconstruyeron en el predio.
En los viejos buenos tiempos pasaba la formación conocida como El Arrayán, que era la joya más preciada. Ese tren tenía hasta cine.
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