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lunes, 8 de agosto de 2016

Primeras Noticias

Señalero ferroviario del Urquiza exige su reinstalación
 
BUENOS AIRES 8 Agos(La Izquierda Diario).-Reproducimos el testimonio de Gustavo Gorosito, señalero ferroviario de la línea Urquiza, quien exige la reinstalación a su puesto de trabajo.Unidad para defender cada puesto de trabajo. Paremos los despidos en los Ferrocarriles, análisis y controles médicos en hospitales públicos.Desde la asunción del Ministro Florencio Randazzo, que su proyecto político es lavarle la cara a los ferrocarriles para no cambiar nada, después de la masacre de Once, donde murieron 53 pasajeros potenció su acuerdo con la presidenta Cristina Fernández, ahora con Macri, para culpabilizar a los trabajadores por el mal servicio, como si conductores, guardas, señaleros, boleteros, auxiliares, mecánicos, fuéramos los culpables de que los usuarios viajaran como ganado o no llegaran a destino.
Así, en la mayoría de los ferrocarriles, implementó el decreto 404, por el cual, el servicio médico de las empresas concesionarias privadas comenzó a criminalizar a los trabajadores con análisis falsos, acusándonos de borrachos, drogadictos y enfermos con el proyecto de abrir carpetas médicas y despedir encubiertamente trabajadores de muchos años de experiencia, idóneos en sus funciones. Primero comenzaron con el sector ‘Trafico’, bajaron conductores especializados, guardas y señaleros, idóneos en sus funciones con el consiguiente deterioro del servicio, que los usuarios mismos planteaban que funcionaba dentro de la ‘normalidad’.La burocracia sindical en su conjunto, La Fraternidad, La Unión Ferroviaria y Asociación Señaleros Ferroviarios Argentinos, se negó permanentemente a defender a cada trabajador ‘bajado’ de sus funciones, siendo cómplice de la política del gobierno de turno y las empresas privadas, deteriorando el servicio cada día más, ni una sola asamblea para defender cada puesto de trabajo, con la podrida escusa de ‘estamos negociando’.Así, en mi caso particular, desde el 28/10/2013, momento en el cual se apersonan en mi cabina de señales el inspector de señaleros, un compañero, y un médico, realizándome un hisopado de saliva (trucho) cuyo resultado fue ‘dudoso’, me bajan inmediatamente de mi puesto de trabajo enviándome al servicio médico, al otro día del hecho fui enviado a la empresa Medicard SA para control de orina, cuyo resultado fue negativo. La empresa me ‘suspende precautoriamente’ (por las dudas ¿?) y comienza la persecución, desde la fecha conteste cada carta documento que me envió la empresa y cada análisis enviado, tengo estudios de hospitales públicos, la UBA, Obra social, Servicios privados que pague de mi bolsillo, que demuestran que estoy absolutamente sano. La misma empresa Medicar SA, me da el apto físico técnico completo para señalero como todos los años el día 23/03/2014, cuyos resultados dan " para tomar servicios.Por una ‘dudosa’ resolución que desconozco a la actualidad, mi puesto al día de hoy es ‘Auxiliar de estación’, como diría el dicho popular: ‘somos todos honestos pero el poncho no aparece’. Estoy habilitado para señalero principal, altamente especializado para trabajar en cualquier cabina de señales, pero estoy desprofesionalizado en una estación picando boletos. Para acabar con todo esto, exijo , la abolición de la ley 404 de Randazzo que criminaliza a los trabajadores ferroviarios aun vigentes ante el cambio de gobierno; abajo el convenio trucho firmado a espaldas de los trabajadores, que permite la flexibilización y tercerización de los trabajadores ferroviarios; ¡basta de trabajo en negro, todos a planta permanente!. También, que todos los compañeros vuelvan a sus funciones originales sin restricciones, la reinstalación en sus puestos de trabajo de conductores, señaleros y guardas. Sólo con organización y lucha, podemos parar éste y otros ataques. No a criminalizar la protesta social y libertad sindical en todos los gremios ferroviarios.
Gustavo Gorosito - Señalero Línea Urquiza

Viaductos en el Norte: una mejora para el tránsito que incomoda a muchos vecinos

 
BUENOS AIRES 8 Agos(La Nacion).-Ya se inauguraron 32 en Tigre, San Fernando, San Isidro y Vicente López; hay quejas porque quitan espacio para estacionar y algunos no tienen rampas.Los 15 minutos que aguardaban Orlando Benítez y su mujer para cruzar las vías del ramal Tigre del tren Mitre por la calle Florencio Varela en Beccar, San Isidro, ya no parecen tan terribles. Hace poco más de un mes, el municipio inauguró allí un paso bajo nivel. Pero trajo más problemas que soluciones: con un sentido de circulación único y escaleras empinadas para los peatones, las quejas de los vecinos no tardaron en llegar."Mi mujer tiene dificultades para caminar, antes por lo menos era todo llano y podía pasar; ahora con las escaleras se complica. Para una persona mayor, también", explicó Benítez, de 55 años, que vive a media cuadra de la obra, en la que el municipio invirtió $ 25.000.000.Benítez refirió que, para salir con el auto, debe gastar tres cosas: "Tiempo, combustible y paciencia. Tengo que desviarme para poder pasar las vías". Margarita Wreschner, de 62 años, coincidió con su vecino. "Nos complicó la vida. Tendrían que haber hecho una rampa. Con el changuito de las compras cruzo por donde pasan los autos y es un peligro", explicó.Para agilizar la circulación de los vehículos, disminuir la cantidad de accidentes y facilitar el cruce de los peatones, una de las estrategias de los intendentes de la zona norte del Gran Buenos Aires ha sido impulsar viaductos bajo las vías de los ferrocarriles. Si bien el impacto fue altamente favorable para el tránsito, en algunos casos generaron nuevos problemas. Poco espacio para estacionar, falta de inclusión de los discapacitados y comerciantes que temen por su economía en puntos donde se realizarán futuras obras son algunos de los reclamos.Los vecinos del cruce de la calle Sarratea con la línea Belgrano Norte en Boulogne, San Isidro, se oponen tajantemente a la construcción de un paso bajo nivel en la cuadra. "Si lo concretan, este lugar muere", señaló Antonio Alejandro Batallian, en referencia al quiosco que abrió hace 10 años a unos pocos metros de las vías. "Es un avance, pero a nosotros no nos conviene. Acá trabajás con mucha gente que está de paso, tenemos paradas de colectivos en la puerta y con la obra las sacarían. Además, en esta barrera no tardás nada en cruzar", agregó. LA NACION constató que cuando pasa el tren el dispositivo se mantiene bajo menos de un minuto."Deberían ensanchar la calle, como hicieron del otro lado. Esta barrera cada dos por tres se traba y se crea un caos vehicular terrible", sugirió Fabián Aguirre, de 43 años, encargado de una remisería de la cuadra. Desde la puerta del local, se divisa un enorme cartel que anuncia el ensanchamiento desde hace más de un año. Nunca se hizo.Para el vecino Adrián Dasilva, de 42 años, la construcción del túnel será positiva. "La barrera se traba seguido y además siempre hay choques porque hay mucha circulación de autos y colectivos", dijo. La inversión municipal estimada para la obra de Boulogne es de $ 80.000.000. Además, se proyectan con fondos de la provincia otros dos viaductos en España y vías del Mitre-Tigre (Beccar) y en La Calandria y vías del Belgrano Norte (Villa Adelina).Hoy, San Isidro ya cuenta con nueve túneles. Si se suman los habilitados en Tigre, San Fernando y Vicente López, contabilizan un total de 23 en uso, dos en ejecución, uno en ampliación y seis proyectados.En este último distrito, los pasos bajo nivel de las calles Melo y Güemes, en el ramal Mitre-Tigre, se inauguraron en 2011. "El túnel de Melo es bárbaro. Antes había que esperar 15 o 20 minutos hasta que pasara el tren", relató Gloria Trachter, psicóloga, de 64 años. Según Raquel Llabres, farmacéutica de la calle Azcuénaga, paralela al ferrocarril, la obra mejoró la seguridad de la zona, pero el poco espacio para estacionar estancó un poco la economía de su comercio.
Contrastes

"Lo bueno es que ahora hay más luz. La esperanza era mejorar económicamente, pero estamos igual", contó Irene Silva, de 40 años y dueña de una casa de ropa situada frente al túnel de doble circulación de la avenida Avellaneda, bajo el mismo ramal ferroviario, en San Fernando, realizado íntegramente con fondos del municipio e inaugurado en septiembre de 2015. A unas pocas cuadras de allí, el bajo nivel de la calle Simón de Iriondo provoca dos reclamos: la falta de senda peatonal no bien se cruza el túnel y el poco espacio que quedó para estacionar. "Es una tortura. Con los vecinos juntamos firmas por esos dos motivos. Favoreció a quienes manejamos; hay luz, la cuadra cambió, pero en lo demás nos perjudicó", comentó Pamela López Greco, que vive a escasos metros de las vías desde hace 10 años.

"Los dos próximos túneles serán los de Quirno Costa y Martín Rodríguez, en el Mitre-Tigre", explicaron fuentes del municipio.
En el partido de Tigre, la calle Chacabuco se ilumina básicamente con unos faroles que resplandecen cerca de las vías del tren Mitre. El resto de la cuadra permanece prácticamente en penumbras. Allí se construye un nuevo bajo nivel. "La obra es una mugre total. Hace 25 años que vivo acá y cuando se estrene el túnel no voy a poder estacionar más en la puerta de mi casa. Los fines de semana va a ser un lío", argumentó Susana Giménez, una vecina de 65 años.En el túnel de la estación Carupá, del mismo distrito, inaugurado en 2007 por Néstor Kirchner, no funcionan los ascensores eléctricos para que puedan utilizar el viaducto las personas discapacitadas. "No hay rampa, sólo escalones", se quejó Alfredo Gallinia, verdulero de la zona.

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