A 112 años de la inauguración del subte: cómo nació la línea A, el primer metro de América Latina
CABA 1 Dic (Perfil).-El 1 de diciembre de 1913 Buenos Aires dio un salto histórico con la apertura de la línea A, el primer subterráneo de América Latina. Más de un siglo después, su traza original, sus vagones emblemáticos y su rol en la vida urbana siguen marcando la identidad de la ciudad.
Inauguración del Subte AQué pasó el 1° de diciembre de 1913: inauguración de la Línea A del subte | Gentileza
La postal de la Avenida de Mayo de principios del siglo XX parece lejana, pero fue allí, entre carros, tranvías y un centro porteño en expansión acelerada, donde la Argentina vivió uno de los hitos más importantes de su historia urbana y tecnológica: la inauguración del subterráneo de Buenos Aires.
Buenos Aires: el subte es clave para una ciudad sostenible
Aquel lunes 1° de diciembre de 1913, la flamante línea A, entonces llamada “Primer Subterráneo”, comenzó a unir Plaza de Mayo con Plaza Miserere en apenas minutos, mediante un sistema eléctrico subterráneo que revolucionó el transporte público. La compañía a cargo, Anglo-Argentine Tramways Company (AATC), materializó una obra que posicionó a la ciudad como pionera en la región.
Inauguración del Subte ALa línea A cumple 112 años desde su inauguración el 1° de diciembre de 1913
A comienzos del siglo XX, Buenos Aires estaba entre las ciudades de mayor crecimiento del mundo. Con la inmigración en auge, la urbe enfrentaba desafíos de circulación y congestionamiento. Las autoridades buscaban soluciones que acompañaran su expansión.
La competencia entre el transporte de superficie y los primeros proyectos de movilidad subterránea derivó en la decisión política y empresarial de construir una línea de metro, inspirada en los sistemas de París y Londres, pero adaptada a las necesidades locales.
Cómo fue el primer viaje subterráneo
El recorrido inicial incluyó siete estaciones ubicadas entre Plaza de Mayo y Plaza Miserere. La lista comprendía Plaza de Mayo, Perú, Piedras, Lima, Sáenz Peña, Congreso y Pasco. En 1914 se sumó la extensión hasta Once, que completó el trazado histórico que todavía permanece en funcionamiento.
Un recorrido histórico por los subtes de la ciudad de Buenos Aires
Las formaciones belgas de madera se convirtieron en uno de los elementos distintivos del servicio. Contaban con asientos transversales e iluminación cálida y permanecieron en uso durante casi cien años, hasta su reemplazo por unidades modernas. Para miles de usuarios de la época, viajar bajo tierra representó una novedad absoluta que combinaba curiosidad y entusiasmo.
Inauguración del Subte APasajeros en la línea A, un corredor que se mantiene activo desde 1913
La línea A reorganizó la movilidad, renovó el centro y conectó de manera más eficiente zonas comerciales, administrativas y residenciales. También consolidó a Buenos Aires como capital moderna en el plano internacional.
Su apertura marcó un punto de inflexión en el vínculo de los habitantes con los tiempos de la ciudad: desplazamientos más rápidos, un cronograma más previsible y un nuevo tipo de experiencia urbana basada en la eficiencia.
Un patrimonio vivo que sigue en transformación
Hoy, 1 de diciembre de 2025, la línea A continúa operando como parte esencial de la red porteña. Aunque sus históricos coches La Brugeoise fueron retirados del servicio regular en 2013, sobreviven como piezas patrimoniales, conservadas y utilizadas en ocasiones especiales.
Inauguración del Subte AEstación Lima en sus primeros años de funcionamiento
El trazado original mantiene su valor arquitectónico con estaciones de estilo europeo, detalles art nouveau y estructuras que recuerdan el espíritu de la Buenos Aires del Centenario. En paralelo, la Ciudad ha impulsado modernizaciones tecnológicas, sistemas de señalización renovados, accesibilidad ampliada y mejoras en seguridad y frecuencia.
112 años después: un legado que aún define a Buenos Aires
La inauguración de la línea A no solo abrió el primer subte de América Latina. También marcó una nueva manera de moverse, de trabajar y de vivir Buenos Aires. Ese día nació una ciudad distinta, más veloz, más conectada y más ambiciosa.
Desde entonces, cada túnel trazado y cada estación inaugurada continuó aquel primer impulso que transformó lo cotidiano. El subte permitió imaginar expansiones, pensar rutas distintas y proyectar una Buenos Aires moderna que buscaba un lugar entre las grandes capitales del mundo.




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