Al rescate de la historia: el reflotamiento de los ferrys ya está en marcha
POSADAS Misiones 3 Feb(Misiones on line).-El plan para el salvamento de los barcos Exequiel Ramos Mejía y Roque Sáenz Peña, semi hundidos en el Río Paraná en el nuevo puerto de Nemesio Parma de Posadas se puso en ejecución y se está cumpliendo con los resultados esperados. Uno de las embarcaciones ya está a flote, mientras que aguardan la autorización para poder arrancar con el rescate de la otra.
El buzo profesional Valdemar Gómez Pereira es el responsable de los trabajos y, en diálogo con Misiones OnLine, explicó que se estuvieron haciendo obturaciones de agua y recorridos internos para determinar el estado del casco. “Se demoró un poco con las tareas porque llevó tiempo poner en regla todos los papeles. Finalmente hoy ya tenemos una embarcación a flote, y estamos esperando la autorización de la Prefectura Naval para iniciar las actividades en el otro”.Gómez Pereira destacó el esfuerzo del gobierno provincial para que se pudiera concretar esta tarea que va tomando forma.
Aunque todavía falta, el profesional señaló como muy acertada la decisión de haberlos fondeado en el lugar donde se encuentran porque “si se hubiesen hundido donde estaban antes el trabajo hubiera sido mucho más difícil y costoso”, indicó.Además el buzo contó que algunas piezas de bronce fueron robadas y quedaron ingresos de agua que con el tiempo fueron los que produjeron los hundimientos. “Lo más indicado sería sacarlos a seco y hacer una reparación completa, pero para eso Prefectura tiene que autorizar el traslado, ya que no es tan sencillo y hay muchas normas que cumplir”, advirtió. Por su parte, Analía Colazo, hija de Sixto Ramón Colazo, último jefe de la zona fluvial Posadas -cuando todavía no existía el puente Roque González de Santa Cruz- y vicepresidente de la Asociación de Ferroaficionados, recorrió el lugar donde descansan las embarcaciones embargada por la nostalgia.
POSADAS Misiones 3 Feb(Misiones on line).-El plan para el salvamento de los barcos Exequiel Ramos Mejía y Roque Sáenz Peña, semi hundidos en el Río Paraná en el nuevo puerto de Nemesio Parma de Posadas se puso en ejecución y se está cumpliendo con los resultados esperados. Uno de las embarcaciones ya está a flote, mientras que aguardan la autorización para poder arrancar con el rescate de la otra.
El buzo profesional Valdemar Gómez Pereira es el responsable de los trabajos y, en diálogo con Misiones OnLine, explicó que se estuvieron haciendo obturaciones de agua y recorridos internos para determinar el estado del casco. “Se demoró un poco con las tareas porque llevó tiempo poner en regla todos los papeles. Finalmente hoy ya tenemos una embarcación a flote, y estamos esperando la autorización de la Prefectura Naval para iniciar las actividades en el otro”.Gómez Pereira destacó el esfuerzo del gobierno provincial para que se pudiera concretar esta tarea que va tomando forma.
Aunque todavía falta, el profesional señaló como muy acertada la decisión de haberlos fondeado en el lugar donde se encuentran porque “si se hubiesen hundido donde estaban antes el trabajo hubiera sido mucho más difícil y costoso”, indicó.Además el buzo contó que algunas piezas de bronce fueron robadas y quedaron ingresos de agua que con el tiempo fueron los que produjeron los hundimientos. “Lo más indicado sería sacarlos a seco y hacer una reparación completa, pero para eso Prefectura tiene que autorizar el traslado, ya que no es tan sencillo y hay muchas normas que cumplir”, advirtió. Por su parte, Analía Colazo, hija de Sixto Ramón Colazo, último jefe de la zona fluvial Posadas -cuando todavía no existía el puente Roque González de Santa Cruz- y vicepresidente de la Asociación de Ferroaficionados, recorrió el lugar donde descansan las embarcaciones embargada por la nostalgia.
“Mi historia es mayormente ferroviaria. Me une a los ferrys un amor de haber navegado en ellos desde que tenía cuatro años, hoy tengo 48, así que fueron unos cuantos” cuenta. Dice que su padre le inculcó el amor por la historia de estos barcos y recuerda que son los únicos en su tipo en el mundo. “Es un placer tenerlos acá en Posadas, lástima que los dejaron caer tanto y que esperaron tanto tiempo para ponerlos a resguardo”, se lamenta.Lo cierto es que el Exequiel Ramos Mejía y el Roque Sáenz Peña fueron construidos en Escocia en 1911 y llegaron a Posadas el 18 de octubre de 1913. Fueron especialmente construidos para ser utilizados en aguas poco profundas, por lo que constituyen piezas únicas en el mundo. La función de los ferrys fue cruzar trenes de pasajeros y de cargas de Posadas a Encarnación, pero también fueron utilizados en la guerra del Chaco, en Paraguay, donde sirvieron para socorrer a los heridos.
En la sala de máquinas de la parte inferior están los motores de 500 caballos de fuerza de potencia, fabricados en Inglaterra, y los motores auxiliares movidos a vapor. A su lado descansa la caldera.Por su estructura y tipo de maquinaria que llevan son piezas únicas, emblemáticas de la segunda revolución industrial y parte fundamental del patrimonio histórico y cultural de la ciudad.Analía revela que los barcos representan muchas cosas: “pasé muchos años navegando en ellos. Me vienen a la memoria los nombres de Arzamendia, Fernández… la familia ferroviaria; pero además la historia que tienen como museo, cuando estuvieron exhibidos en la costanera; y a su vez la parte rica que mucha gente desconoce, como cuando se ayudó en la guerra del chaco en Paraguay o en Formosa cuando cayó el puente de Colastiné.Las acciones para proteger el patrimonio que representan los dos barcos comenzaron en 1990, con la aprobación de una resolución en el Concejo Deliberante para iniciar los trámites para preservar las naves. En 2012 la Administración de Infraestructuras Ferroviarias y el Gobierno misionero firmaron un convenio por el que el Estado Provincial se hizo responsable de su mantenimiento y preservación, pero sin embargo se conocieron hechos delictivos de robos y hurto que afectaron a las embarcaciones.En junio de 2013 se anunció que por razones de seguridad serían trasladadas al nuevo puerto de Posadas, ubicado en Nemesio Parma, lugar donde se encuentran hasta ahora.“Estoy satisfecha de haber peleado mucho, pero esto no termina acá… falta la parte primordial, que es el compromiso político de que esto siga su consecuencia más lógica, que sigan sosteniéndose, porque no sirve de nada que los reflotemos si dentro de 3 o 4 meses lo volvemos a ver hundidos”, afirmó Colazo.En el recorrido por la zona donde se encuentran fondeados los barcos se hizo presente el diputado Germán Bordón, quien también manifestó su satisfacción por lo que está pasando con los ferrys. “De ahora en más viene una tarea para cuidarlos y ponerlos en valor y aprovecharlos desde el punto de vista turístico e histórico”, remarcó.
En la sala de máquinas de la parte inferior están los motores de 500 caballos de fuerza de potencia, fabricados en Inglaterra, y los motores auxiliares movidos a vapor. A su lado descansa la caldera.Por su estructura y tipo de maquinaria que llevan son piezas únicas, emblemáticas de la segunda revolución industrial y parte fundamental del patrimonio histórico y cultural de la ciudad.Analía revela que los barcos representan muchas cosas: “pasé muchos años navegando en ellos. Me vienen a la memoria los nombres de Arzamendia, Fernández… la familia ferroviaria; pero además la historia que tienen como museo, cuando estuvieron exhibidos en la costanera; y a su vez la parte rica que mucha gente desconoce, como cuando se ayudó en la guerra del chaco en Paraguay o en Formosa cuando cayó el puente de Colastiné.Las acciones para proteger el patrimonio que representan los dos barcos comenzaron en 1990, con la aprobación de una resolución en el Concejo Deliberante para iniciar los trámites para preservar las naves. En 2012 la Administración de Infraestructuras Ferroviarias y el Gobierno misionero firmaron un convenio por el que el Estado Provincial se hizo responsable de su mantenimiento y preservación, pero sin embargo se conocieron hechos delictivos de robos y hurto que afectaron a las embarcaciones.En junio de 2013 se anunció que por razones de seguridad serían trasladadas al nuevo puerto de Posadas, ubicado en Nemesio Parma, lugar donde se encuentran hasta ahora.“Estoy satisfecha de haber peleado mucho, pero esto no termina acá… falta la parte primordial, que es el compromiso político de que esto siga su consecuencia más lógica, que sigan sosteniéndose, porque no sirve de nada que los reflotemos si dentro de 3 o 4 meses lo volvemos a ver hundidos”, afirmó Colazo.En el recorrido por la zona donde se encuentran fondeados los barcos se hizo presente el diputado Germán Bordón, quien también manifestó su satisfacción por lo que está pasando con los ferrys. “De ahora en más viene una tarea para cuidarlos y ponerlos en valor y aprovecharlos desde el punto de vista turístico e histórico”, remarcó.
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