Crecen los problemas en los trenes de pasajeros que llegan a Rosario
ROSARIO Santa Fe 7 Dic (La Capital).-El servicio que une la ciudad con Cañada de Gómez cumplió tres semanas sin funcionar y este viernes la conexión a Retiro sufrió inconvenientes que demoraron el trayecto en extremo: tardó 14 horas y media
La estación de Cañada de Gómez.
Los trenes de pasajeros se encuentran en un momento apremiante por falta de inversión y mantenimiento. Los inconvenientes aumentan, pero no se vislumbran soluciones. Primero, fue el servicio de Rosario-Cañada de Gómez que, después de un año lleno de dificultades y suspensiones, dejó de funcionar hace tres semanas y no hay novedades sobre su continuidad. A esto se le sumaron ayer graves inconvenientes en el ferrocarril Rosario-Retiro cuando el viaje duró casi quince horas al averiarse dos locomotoras.
El tren Rosario-Cañada de Gómez comunica a Rosario (dos estaciones) con esa ciudad, además de Funes, Roldán, San Jerónimo Sud, Carcarañá y Correa. Por mes, trasladaba alrededor de ocho mil pasajeros y era un transporte clave para la región. Sin embargo, los problemas con locomotoras y vías se agravaron en el último tiempo por la falta de mantenimiento. Hace tres semanas sufrió daños a causa de un choque y, al no tener formación de reserva, el servicio fue cancelado hasta nuevo aviso.
Desde el 15 de noviembre no circula, lo que se convirtió en la ausencia más larga desde su reinauguración en 2022. Sin embargo, a lo largo de todo 2024, el servicio sufrió reiterados cortes y en parte se debió a la situación de las locomotoras: son pocas y las que están a disposición tienen problemas de manera recurrente. Eso implica días enteros de suspensión, ya que no existe en Rosario un taller que las repare y deben ser enviadas a Buenos Aires. Sumado a esto, la falta de repuestos hace que el problema se extienda más de lo previsto.
El temor por la pérdida de la conexión está presente en usuarios y trabajadores. Entre ellos, la organización Amigos del Riel viene alertando sobre la apremiante situación del servicio y los riesgos de su desaparición.
Pocas locomotoras
La situación de las locomotoras resulta apremiante. Hay pocas y las que están a disposición tienen problemas de manera recurrente. Eso implica días enteros de suspensión del servicio, ya que no existe en Rosario un taller que las repare y deben ser enviadas a Buenos Aires. Sumado a esto, la falta de repuestos hace que el problema se extienda más de lo previsto.
"Es necesario que se destinen recursos económicos y humanos para levantar la situación actual", había expresado el referente de Amigos del Riel, Mariano Antenore, a comienzos de agosto.
Por otro lado, Antenore había asegurado que es una situación general que tiene el Ferrocarril Mitre, sobre todo en problemas relacionados a su flota de locomotoras. "Hay una notable cantidad de desperfectos técnicos y dentro de ese contexto cae el servicio regional", había indicado.
"Hay que tomar las cosas en serio, es un servicio público esencial y se debe mantener. Hay un desinterés manifiesto por parte de las autoridades, por parte de la esfera política. No así del personal, que le pone el pecho e intenta seguir andando como se sea", había reconocido Antenore.
"Nosotros en diciembre nos imaginamos que esto podía pasar", había manifestado Antenore y agregó: "Basta con no comprar repuestos, con no invertir y el servicio se cae solo".
También tambalea Rosario-Retiro
El tren Rosario-Retiro que salió este viernes a las 3 llegó a Buenos Aires alrededor de las 17.30 tras la reposición de dos locomotoras averiadas. Fueron 300 kilómetros en catorce horas y media. Una vez más, el servicio ferroviario protagonizó un triste episodio.
El tiempo de viaje suele ser mayor al estipulado, que comprende seis horas y media. Sucede que subirse a un tren es una experiencia que debe ser tomada con cierta paciencia: el viaje dura bastante más que en auto, pero tiene sus ventajas. Sin embargo, lo que ocurrió este viernes resultó llamativo y batió todos los récords. Los 300 kilómetros que separan Rosario de la capital del país se hicieron en 14 horas y media. La particularidad fue que no se averió una sola locomotora, sino que esta vez fueron dos. Una tercera tuvo que llegar a rescatar a los pasajeros.
La descomposición de la locomotora principal retrasó el viaje y después de esperar la llegada de la auxiliar, el viaje parecía reanudado. Sin embargo, la formación de repuesto también se rompió y los pasajeros tuvieron que esperar una nueva máquina para continuar. El viaje a la capital terminó costando dos locomotoras y casi quince horas de viaje.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario