Incertidumbre y Descontento: El Futuro del Tren Rosario - Cañada de Gómez en Riesgo por Falta de Locomotoras
ROSARIO Santa Fe 13 Agos(Novedades del Sur).-La falta de locomotoras y la escasez de repuestos han puesto en jaque el servicio del tren de cercanía entre Rosario y Cañada de Gómez. Los usuarios enfrentan frecuentes retrasos y suspensiones, mientras el gobierno nacional parece desentenderse de la situación.
El servicio del tren de cercanía que conecta Rosario con Cañada de Gómez atraviesa un momento crítico debido a la falta de locomotoras y repuestos, lo que ha provocado serias interrupciones en el servicio. Desde el inicio de agosto, la ausencia de máquinas operativas ha generado demoras y, en ocasiones, la suspensión total del servicio, afectando gravemente a los miles de usuarios que dependen de este medio de transporte para sus desplazamientos diarios.La situación se agravó recientemente cuando la máquina de repuesto llegó con un retraso considerable, y el servicio se reactivó con una demora de más de una hora. El problema de las locomotoras no es nuevo, pero la falta de interés y apoyo por parte del gobierno nacional ha exacerbado la crisis. La ausencia de un taller adecuado en Rosario para la reparación de las máquinas obliga a enviarlas a Buenos Aires, lo que incrementa los tiempos de inactividad y deteriora aún más el servicio.
Desde febrero, la situación se ha deteriorado notablemente, con problemas que van desde el cierre de boleterías y la imposibilidad de adquirir boletos, hasta la escasez de repuestos para las locomotoras en funcionamiento. Estos problemas han generado una creciente incertidumbre entre los usuarios, quienes ven cómo su medio de transporte esencial se deteriora.
El tren, que reanudó su funcionamiento hace apenas dos años tras 45 años de interrupción, conecta cinco localidades: Funes, Roldán, San Jerónimo Sud, Carcarañá, Correa y Cañada de Gómez. Desde su reinicio, ha transportado a más de 20 mil pasajeros, con un notable incremento en la demanda durante el último año.
La falta de inversión en la infraestructura y en el mantenimiento de las locomotoras ha llevado a una crisis que afecta no solo a los usuarios diarios, sino también a la eficiencia general del servicio. El descontento entre los pasajeros es palpable, ya que enfrentan un transporte público que debería ser eficiente y económico, pero que ahora se ve comprometido por problemas estructurales y administrativos.
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