La muerte viaja en tren
BUENOS AIRES 29 Jun(Cronica).-Es una lástima que Nico Sonnante, Gustavo Pereira Colman, Cecilia Maldonado y dos hinchas de River no se hayan muerto todos juntos, al mismo tiempo. Pamela Relis apenas perdió un pierna. Estos nombres pertenecen a algunas de las víctimas del abandono que sufre el tren Belgrano Norte desde hace años.
Pero, al parecer, las muertes aisladas no ameritan la renovación de coches, vías, y mucho menos la implantación de personal de seguridad, como sí tuvieron las "afortunadas" líneas Mitre y Sarmiento post tragedias.
Las falencias estructurales de este tren que cubre (a veces de forma parcial) el tramo Retiro-Villa Rosa están muy lejos de pertenecer al Siglo XXI. Sonnante es el caso más reciente, tenía 17 años, integraba el equipo nacional de boxeo y encontró la muerte en Florida, al cerrarse detrás suyo la puerta obsoleta del inseguro vagón en cuyo escalón viajaba él, no porque era un aventurero sino porque la formación venía "hasta las manos".
No fue un robo como se especuló en un principio, aunque podría haberlo sido, como le pasó a Maldonado. Ella era gendarme, tenía 28 años y una hija de 4. Perdió la vida al ser atacada por ladrones, que la habrían empujado llegando a la estación Carapachay, un lugar con tristes antecedentes: en 2014 un jubilado fue asesinado a golpes cuando salía del baño; y en marzo de 2015 Pamela forcejeó con dos hombres que querían sacarle el celular, cayó a las vías y perdió una pierna.
A Gustavo lo encararon tres ladrones para sustraerle el teléfono en el que guardaba fotos importantes para él, tanto que se animó a resistirse y eso le costó la vida. Luego de cada uno de estos hechos, un par de oficiales de policía fueron apostados en el lugar durante un par de días, hasta que se calmó todo.
La realidad es que el Belgrano Norte, gerenciado por Ferrovías -cuya conducción gremial está vinculada con el kirchnerismo- ¿no pudo? ¿no quiso? aprovechar la época de bonanza K para, al menos, modernizarse. Coches diésel, ruidosos, contaminantes, formaciones ensambladas con vagones viejos de distintos modelos y épocas, sin aire acondicionado ni calefacción, sin policías en las estaciones durante las temibles noches del conurbano.
Minutos antes de las 22, las boleterías cierran, por lo que todos viajan gratis en los últimos 6 o 7 viajes que restan de la jornada, que les sirven sólo a los que viajan hasta Boulogne, porque son contados -e imprevisibles- los horarios en que se trasladan más al norte del Gran Buenos Aires.
El ministro que pudo haber hecho algo hoy se olvidó de los pobres de ese cordón de la provincia por la cual ahora quiere ser senador. El titular actual de esa cartera, ¿hará algo?
BUENOS AIRES 29 Jun(Cronica).-Es una lástima que Nico Sonnante, Gustavo Pereira Colman, Cecilia Maldonado y dos hinchas de River no se hayan muerto todos juntos, al mismo tiempo. Pamela Relis apenas perdió un pierna. Estos nombres pertenecen a algunas de las víctimas del abandono que sufre el tren Belgrano Norte desde hace años.
Pero, al parecer, las muertes aisladas no ameritan la renovación de coches, vías, y mucho menos la implantación de personal de seguridad, como sí tuvieron las "afortunadas" líneas Mitre y Sarmiento post tragedias.
Las falencias estructurales de este tren que cubre (a veces de forma parcial) el tramo Retiro-Villa Rosa están muy lejos de pertenecer al Siglo XXI. Sonnante es el caso más reciente, tenía 17 años, integraba el equipo nacional de boxeo y encontró la muerte en Florida, al cerrarse detrás suyo la puerta obsoleta del inseguro vagón en cuyo escalón viajaba él, no porque era un aventurero sino porque la formación venía "hasta las manos".
No fue un robo como se especuló en un principio, aunque podría haberlo sido, como le pasó a Maldonado. Ella era gendarme, tenía 28 años y una hija de 4. Perdió la vida al ser atacada por ladrones, que la habrían empujado llegando a la estación Carapachay, un lugar con tristes antecedentes: en 2014 un jubilado fue asesinado a golpes cuando salía del baño; y en marzo de 2015 Pamela forcejeó con dos hombres que querían sacarle el celular, cayó a las vías y perdió una pierna.
A Gustavo lo encararon tres ladrones para sustraerle el teléfono en el que guardaba fotos importantes para él, tanto que se animó a resistirse y eso le costó la vida. Luego de cada uno de estos hechos, un par de oficiales de policía fueron apostados en el lugar durante un par de días, hasta que se calmó todo.
La realidad es que el Belgrano Norte, gerenciado por Ferrovías -cuya conducción gremial está vinculada con el kirchnerismo- ¿no pudo? ¿no quiso? aprovechar la época de bonanza K para, al menos, modernizarse. Coches diésel, ruidosos, contaminantes, formaciones ensambladas con vagones viejos de distintos modelos y épocas, sin aire acondicionado ni calefacción, sin policías en las estaciones durante las temibles noches del conurbano.
Minutos antes de las 22, las boleterías cierran, por lo que todos viajan gratis en los últimos 6 o 7 viajes que restan de la jornada, que les sirven sólo a los que viajan hasta Boulogne, porque son contados -e imprevisibles- los horarios en que se trasladan más al norte del Gran Buenos Aires.
El ministro que pudo haber hecho algo hoy se olvidó de los pobres de ese cordón de la provincia por la cual ahora quiere ser senador. El titular actual de esa cartera, ¿hará algo?
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