30 de agosto de 1857 - 2013 / 156 años de nuestros Ferrocarriles Argentinos
Hace 156 años comenzaba a gestarse en nuestro país, la creación del Ferrocarril como medio de transportes, y así fue creciendo a lo largo de estos años. El Ferrocarril en el mundo se impuso como un excepcional medio para movilizar e incrementar las riquezas de esta tierra, y para consolidarnos como Nación libre. Hacia ese ferrocarril que revolucionaba al mundo volvieron los ojos nuestros gobernantes y, así, arribamos al día en que el silbato de “La Porteña” anunció que a partir de ese día el riel comenzó a domar nuestras distancias y a integrarnos como país. Es que la población toda de Buenos Aires, en los días previos, sólo comentaba la llegada del paquebote “Borlans”, que traía locomotoras, coches y rieles para nuestro primer ferrocarril. El mismo atraco en el muelle porteño en navidad de 1856. Como las locomotoras, que don Norberto de la Riestra comprara en Londres, llegó también el Ingeniero Juan Allan y su hermano Thomas, también ingeniero, quienes tendrían a su cargo el armado, puesta a punto, mantenimiento, alistamiento y conducción de las locomotoras. La locomotora llegó de Londres y fue bautizada como "La Porteña" y venía con una gemela que fue llamada "La Argentina". También llegaron los coches que completarían el tren. Era una pequeña locomotora, que había sido construida en 1854 en Inglaterra y que a su vez era veterana de la guerra de Crimea. Unas semanas más tardes desfiló por las calles de la ciudad en un enorme carro, tirado por 30 caballos. El ingeniero Guillermo Brogge, fue el encargado de la instalación de los rieles, varios capataces y 160 obreros especializados en instalaciones ferroviarias, todos ingleses. El primer ensayo fue el 28 de enero de 1857, entre la estación del Parque (actual Plaza Lavalle) y San José de Flores. Las pruebas fueron exitosas y se decidió que la fecha inaugural sería el sábado 29 de agosto. Ese día, sobre la única vía, salió de la estación del Parque a la una de la tarde. El tiempo acompañaba los festejos de los vecinos que vivian la partida, en medio de flores y banderas donadas por familias de abolengo. Corría a 24 km. por hora. A las 13 hs. partio de la estacion Central (Teatro Colon) en un viaje que demoraría hasta la Estacion Floresta media hora, cuando en esa época las carretas lo hacían en 6 horas.
La formación iba en busca de La Floresta, una zona de quintas de veraneo en las afueras de la ciudad, distante diez kilómetros. Salió así por la actual calle Libertad, y tras dos curvas y contra curvas, encaró por el trazado de la calle Lavalle. Al llegar al Boulevard Callao, el riel hacía una curva (que es el trazado del ex pasaje Rauch) para desembocar a la avenida Corrientes y correr hasta Centro América (hoy avenida Pueyrredón). Tras girar a la izquierda, llegaba a La Piedad (calle Bartolomé Mitre) donde se levantaba la primera estación: Once de Setiembre. Allí La Porteña fue recibida con fuegos artificiales y la banda musical del Regimiento Patricios. A partir de esa estación, el recorrido era la avenida Rivadavia, y así fueron quedando atrás las humildes estaciones de Almagro y Caballito. Más tarde, su paso fue saludado por intermitentes campanadas desde la histórica iglesia de Flores, y cuando habían transcurrido 35 minutos de viaje, ya estaba a la vista la estación de La Floresta. Entre los pasajeros se destacaban Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Valentín Alsina, Dalmacio Vélez Sarsfield y Pastor Obligado. Enfundados en sus trajes de gala, iban también los socios de la empresa Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste: Felipe Llavallol, Francisco Balbín, Benicio Larroudé, Mariano Miró, Daniel Gowland, Manuel Guerrico, Norberto de la Riestra, Adolfo Van Praet, Esteban Rams y Vicente Basavilbaso. El maquinista Juan Allan y el veterano foguista italiano Alfonso Corazzi no perdieron el tiempo para bajar en aquel breve espacio que tenía la estación, entonces ubicada a la altura de la actual calle Caracas. Desde el 30 de Agosto hasta el 31 de Diciembre de 1857 se transportaron 56190 pax y 2257 toneladas de carga; en uno de esos viajes Juan conoció a la bonita Adelaida Paodi, con quien se casó y Dios les dio 2 hijos. A partir de ese momento, el ferrocarril fue la principal herramienta de unión y de progreso de la joven Argentina. Los gobernantes de turno comprendieron esa función y la apoyaron firmemente. Por eso su crecimiento fue rápido, tanto, que en poco tiempo superaba los 40.000 kilómetros de vía, alcanzando la 8ª posición mundial. Por eso Mitre decía “Cuando oigan el silbato de la locomotora saluden en el ferrocarril al precursor de tiempos mejores y a la garantía más eficaz del engrandecimiento argentino”. Esa, en síntesis, es la historia del nacimiento del ferrocarril argentino. Una historia en la que el INGENIERO tuvo un muy importante papel. Algo que nos enorgullece y que nos induce a requerir el intervenir en el renacimiento del Tren. Vaya pues nuestro homenaje a varios de ellos a sus familiares que en en algunos casos viven como los familiares de Corazzi, a don Otto Krause que también tuvo un papel preponderante en el aprendizaje en nuestra ciudad, Felicidades a todos ellos que lo hicieron posible y que no debemos olvidarnos jamas.-
1 comentario:
Exelente reseña!!!!
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