Línea Sarmiento: crecen las quejas de los usuarios por el empeoramiento del servicio
AMBA 5 Agos (EnElSubte).-La implementación de un nuevo diagrama, que incrementó los tiempos de espera en las horas pico, sumado a problemas derivados de la traumática implementación del ATS, llevaron a un empeoramiento del funcionamiento de la línea Sarmiento. Los servicios diésel y de larga distancia también se vieron perjudicados. Deterioro generalizado de los servicios, mientras la emergencia ferroviaria continúa en instancias administrativas.
La semana pasada comenzó a regir un nuevo diagrama de servicios en la línea Sarmiento.La implementación del nuevo horario, que incrementa los tiempos de espera en las horas pico, sumado a problemas técnicos derivados de la puesta en marcha del frenado automático, generó una oleada de quejas entre los usuarios de la línea.
Por un lado, se incrementaron los tiempos de espera, pasándose de una frecuencia de 8 minutos en hora pico a una de 9 o 10 minutos.
Aunque a primera vista podría considerarse una cuestión marginal, en una línea tan utilizada como el Sarmiento el incremento es notorio, más aun si se considera que durante el verano pasado ya se había producido una reducción en la cantidad de trenes corridos. Según las autoridades, esto se debía a razones de estacionalidad y racionalización del material rodante. Una vez transcurrida la temporada estival, sin embargo, los itinerarios originales no fueron repuestos.
A esto se suma la traumática implementación del sistema de frenado automático ATS (Automatic Train Stop), cuya puesta en marcha fue sonoramente anunciada por Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) semanas atrás.
Sin embargo, tal como informó este medio, el sistema aún se encuentra en fase de pruebas y no está totalmente incorporado a la operación diaria.
Según pudo reconstruir enelSubte, a diario se reportan múltiples fallas en el funcionamiento de las señales, lo que deriva en un funcionamiento inadecuado del ATS.
Fuentes de la línea aseguran que el tramo más crítico es entre Flores y Floresta, donde el ATS presenta la mayor cantidad de fallas, lo que obliga a circular a velocidad de precaución (inferior a los 15 kilómetros por hora) para evitar la activación del sistema y la detención de los trenes.
A raíz de estos inconvenientes muchos servicios regulares de la línea son convertidos sobre la marcha en “rápidos”, que se saltan algunas paradas, lo que provoca que los pasajeros que se dirijan a paradas no contempladas dentro de estos itinerarios deban descender anticipadamente y esperar otra formación o buscar una alternativa de viaje.
Los problemas están lejos de afectar únicamente al ramal eléctrico entre Once y Moreno: el servicio diésel entre Moreno y Mercedes, afectado por la crisis de material tractivo que afecta al conjunto del sistema ferroviario, cuenta con un tren menos por sentido en comparación con su itinerario anterior.
También se ven afectados los servicios de larga distancia de la línea: los servicios hacia Bragado y Pehuajó vieron incrementados ligeramente sus tiempos de viaje.
Más allá de las razones específicas, el deterioro de los servicios del Sarmiento forma parte de una caída generalizada que viene afectando desde hace varios meses al conjunto de las líneas metropolitanas y al sistema ferroviario en general.
La causa madre detrás de ese deterioro es el fuerte recorte en el gasto ferroviario aplicado desde el cambio de gestión ocurrido en diciembre pasado. Si bien el Gobierno pareció aliviar el recorte tras el accidente de la línea San Martín, que derivó en la sanción de la emergencia ferroviaria, esta no ha tenido manifestaciones concretas en la práctica y aún está en instancias meramente administrativas.
La situación se agrava con los frecuentes cambios de autoridades -y la vacancia de otros cargos- que impiden consolidar una política ferroviaria que vaya más allá del ajuste fiscal y del horizonte de la privatización, que parecieran ser los únicos ejes orientadores de la actual administración.
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