Pueblos que laten: el reclamo por el regreso del tren que lleva 20 años y una necesidad social
LA PLATA 4 Jul (El Dia).-Pasan los años y las vías del tren que supieron ser el canal perfecto para unir a los pueblos de la periferia de La Plata con el centro de la capital bonaerense suma días de abandono. Un grupo de soñadores utópicos lleva 20 años en reclamo por el regreso del Tren a Pipinas, con esfuerzo, impulso y el sueño de revivir las estaciones ferroviarias.
Vecinos de distintas localidades cercanas a La Plata y amantes de los trenes, entre ellos “Estudiantes por el Tren” y “Cuadrilla Carlos Ferreyra”, trabajan codo a codo, invierten su tiempo y ponen su cuerpo para mantener en buen estado las vías del tren que pasaban por allí.Gracias a una zorrita ferroviaria -una máquina que oficia de pequeño tren para mantenimiento-, que fue utilizada por el ferrocarril cuando aún unía a los pueblos, avanzaron cerca de 2,2 km en limpieza. Esta herramienta permite contar con los caminos despejados de pasto, aptos para su circulación y saber en qué parte hay que reforzar las tareas de mantenimiento.
Esta zorrita pertenece a Eduardo Pringesi, que participa de cada jornada, y fue restaurada para poder operar de la manera más óptima, en pos de cumplir una misión y un anhelo ciudadano.
En las primeras jornadas llegaron desde calle 659 hasta el Arroyo El Pescado. A medida que los días transcurrían, fueron despejando el camino, haciendo relevamiento del estado de las vías, de los rieles que estaban levantados y desmalezaron la zona.
Eduardo Pringesi recordó: “En el 2000 empezamos a cuidarlo, desde Arana hasta la estación de Vieytes. Teníamos una traza limpia de 42 km, hubo pruebas pilotos y había mucha circulación pero después lo abandonaron”. Este 2022, el proyecto volvió a tener vida.
“Hicimos un relevamiento superficial, pensando en vehículos livianos porque hay zonas que necesitan trabajo un poco más profundo”, agregó. Según sus conocimientos y su experiencia, este ramal que supo ir desde Tolosa al empalme Magdalena, podría ser “una vía de bajo costo” para los habitantes o estudiantes que llegan a formarse en la Universidad Nacional de La Plata. El relevamiento indicó, entre otras cosas, que hay faltantes de vías entre la estación de Elizalde y Arana.
Facundo Sánchez, integrante de la asociación por la vuelta del tren a Pipinas e ingeniero, destacó que esta es “una lucha y un reclamo” por el regreso de un servicio que mejorará la vida de mucha gente. “Hay un ramal que necesita ser habilitado para facilitar la vida de la gente de La Plata, Magdalena o Punta Indio y que pueda conectarse de manera económica”, afirmó.
Lo que más necesitan en estos días es ayuda para combatir la maleza, limpiar las vías y los durmientes, cortar el paso con un tractor y la mano de todas aquellas personas que se quieran involucrar. Por otro lado, la Universidad Nacional de La Plata aporta con un proyecto de extensión por medio de sus ingenieros.
La página para ponerse en contacto con ellos, tanto en Facebook como en Instagram, es “Tren a Pipinas”. “Creo que el ramal es viable y evitaría un flujo económico en las vías de accesos”, remarcó Facundo. En estos días, las zonas de acceso entre localidades son por calle 7 y calle 137 pero, a medida que la población crece, van quedando chicos. A través del canal de YouTube “Pablo Marti Krenz”, los usuarios pueden seguir el avance de los trabajos.
Patrimonio histórico
Andrés Corazza es un joven de 19 años apasionado por los trenes desde que tiene memoria. Oriundo de Villa Gesell, no dudó en sumarse al proyecto de Pipinas cuando tuvo la oportunidad. Él es uno de los jóvenes que más sabe y difunde la importancia de la vuelta del ferrocarril como un estilo de vida, un medio de comunicación y de transporte notablemente más económico para la población.
Este ramal, creado por Ferrocarril Oeste se extiende -en un primer sector- desde Tolosa al actual empalme Magdalena. Fue inaugurado en 1885 y tiene la particularidad de haber estado en manos de múltiples empresas ferroviarias a lo largo de su vida.
Una de las empresas que intervino, Ferrocarril B.A.P.E (Buenos Aires al Puerto de Ensenada) llegó a extender su tramo hasta Verónica y Atalaya. Sin embargo, la empresa se fundió y pasó a manos de Ferrocarril Sur, que lo extiende hasta Pipinas. “Circularon hasta 1976 los de pasajeros, hasta 1977 los de carga y el último servicio oficial fue en 1982, un servicio especial por la Guerra de Malvinas”, contó el estudiante de ingeniería, oriundo de Villa Gesell.
Proyecto universitario de extensión
Facundo Sánchez, de Corriente de Ingenieros, habló sobre los proyectos de extensión en los que participa y lleva a cabo la Universidad Nacional de La Plata, en conjunto con ingenieros y especialistas. Él es el coordinador del proyecto aprobado para diseñar y construir una zorrita liviana “que nos va a permitir recorrer las vías, haciendo un mantenimiento”, donde participan docentes y estudiantes de la Facultad de Ingeniería. Al momento, están en la etapa de desarrollo de diseño.
El programa tiene destinado un presupuesto “irrisorio” que alcanzará para poder comprar pocos elementos en pos de su construcción, de 105.000 pesos. Puesto que será insuficiente -Facundo especuló que se necesitarán entre 300 y 500 mil pesos-, solicitarán un “apoyo económico de parte de la fundación de la Facultad de Ingeniería”.
El mismo contempla el diseño, la creación y la puesta en marcha de un coche motor (zorra ferroviaria) entre las estaciones de Pipinas y Verónica. Fue planteado desde la facultad en acuerdo con el municipio de Punta Indio. Buscan sumar el “apoyo y dirección” por parte del Gobierno de la Provincia, por medio del ministro de Transporte Jorge D’Onofrio.
Por otro lado, la casa de estudios superiores lleva a cabo el proyecto para poner en marcha una porción del ramal que recorrería las estaciones de Pipinas, Monte Veloz y Verónica para facilitar el traslado de trabajadores y habitantes de ese territorio. “La propuesta es utilizar un vehículo ferroviario para ponerlo en marcha”, agregó.
Para ello, recibieron la idea desde Trenes Argentinos para crear una “unidad ejecutora” que les permitirá tomar “posesión de la operación y custodia del ramal”, aunque no han tenido información, nuevas reuniones o propuestas para llevarlo a cabo aún.
Las vías, en un ramal de 115 kilómetros de longitud, solo tienen un uno por ciento de intrusión -ubicado en la estación Rufino de Elizalde, a la altura de calle 30 desde 78 a 90- y, en comparación con otras vías en la misma situación, es un porcentaje mínimo: “Se extiende día a día. En 2004 no había intrusión, hoy tenemos 1200 metros de vías intrusadas”. A partir de lo técnico y el mantenimiento, está en igualdad de condiciones que el actual tren universitario. Desde la facultad impulsan la idea de “hacer un tren eléctrico y autónomo, que no es lo mismo que el Tren Roca electrificado”, destacó Facundo Sánchez.
El tren como transporte público
Roberto Zungri es un referente en cuanto a la lucha por el regreso del tren. Es médico veterinario pero también fue docente rural jubilado y director del Centro de Educación Agrícola y tiene una visión excepcional sobre las razones por las que la suspensión del servicio ferroviario es un recorte a los derechos de la ciudadanía.
“El tren sigue siendo hoy un transporte seguro, económico y de bajo costo ambiental”, comenzó. Para dar muestras, puso como ejemplo que una persona que vive en Vieytes o Magdalena tiene recursos limitados para moverse desde allí hasta La Plata: “Es una situación de inequidad tremenda”.
“Además de ser económico, garantiza la calidad de vida, derechos para todos e integridad de la familia”, remarcó. Por su carrera docente, vio a muchos estudiantes que no pudieron terminar o comenzar sus estudios secundarios debido a la falta de recursos y a los altos costos de los pasajes entre las localidades, que se puede comparar con un pasaje desde Constitución a Mar del Plata.
Incluso, para la vida social de los pueblos de la periferia platense significa una facilidad fundamental: “El tren era una forma de pasear”. “Necesitamos ser escuchados. Esta lucha fue sostenida en el tiempo y con el esfuerzo de todos los habitantes”, afirmó.
“Es conectividad y crecimiento. Hay que dejar de ver esto como una utopía irrealizable. Algún día esta democracia va a tener que saldar la deuda con la gente”, cerró Roberto. Si de plasmarlo en la realidad se trata, hay que considerar que la ocupación de los ramales -por distintas causas- es mínima: “La cancelación del servicio fue un golpe tremendo para las familias de Pipinas, que muchas de ellas tuvieron que irse a buscar un medio de vida que ya no tenían”.
Si se plantea la pregunta sobre por qué sería viable ahora y no hace cuarenta años, cuando se cerró, el ingeniero desarrolló: “Siempre fue viable y necesario. El ramal lo cierra la dictadura militar en base al análisis del costo visto desde una postura particular del ramal y no como situación global”.
A su vez, agregó que en la actualidad, los únicos ramales rentables son los de carga, como el Belgrano Norte: “ni siquiera los ramales turísticos son rentables a nivel económico pero sí lo son en rentabilidad social y económica global”. La diferencia, sentó postura, es que hoy hay gente dispuesta a poner el hombro para luchar por ello.
Se agradece por el material audiovisual a Martín Krenz, a “Memorias del Provincial” (Gastón Aspek), “El Provincial” (Daniel Guzman), Centro Cultural Meridiano V y “Archivos del Provincial”.
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