Milei quiere entregarle los ferrocarriles a un probado “vividor” del Estado
AMBA 4 Nov (Prensa Obrera).-Gabriel Romero, de negocios turbios y coimas con el Estado, es uno de los candidatos a quedarse con Sofse.
Gabriel Romero.
El gobierno nacional viene anunciando la intención de privatizar los ferrocarriles, procediendo al vaciamiento y entrega de la empresa estatal Sofse al capital privado. Quien figura como uno de los principales interesados y en negociaciones con el oficialismo es el empresario Gabriel Romero, controlador del Grupo Emepa con gestión en el Belgrano Norte y sindicado como “arrepentido” en la megacausa de corrupción y sobornos de “los cuadernos”. Milei se asocia a los parásitos y capitalistas fraudulentos para profundizar el vaciamiento ferroviario.
Romero confesó el pago de coimas por 600.000 dólares para hacerse de la concesión de la explotación de la Hidrovía bajo el gobierno de Cristina Kirchner y el pago regular del 15% de los subsidios del Estado a la “caja chica” del ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Es decir que estamos ante un hombre de la casta y los negocios turbios con el Estado.
Romero, además, tiene aceitados vínculos con el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires, con la empresa de publicidad PC Vía Pública, a cargo de la concesión de parte del mobiliario urbano del gobierno hace ya más de 20 años.
Este sería el principal prospecto de Javier Milei para avanzar con la privatización de Sofse, aunque los términos del empresario serían más que leoninos: la concesión de los terrenos ferroviarios por 99 años y el despido previo de 6.000 trabajadores de la empresa (LPO, 3/11)
Actualmente Sofse tiene a su cargo seis líneas del ferrocarril, incluyendo todos los servicios de pasajeros, y alrededor de 23.000 empleados. Desde el sector privado enfocan la atención en los negocios inmobiliarios alrededor de los terrenos ferroviarios, a sabiendas de las dificultades que plantea la gestión del servicio, con un 31,7% de evasión de pago y las dificultades para proceder a nuevos tarifazos.
Romero, como otros, fue parte de las gestiones de Ugofe y Ugoms, que terminaron en un rotundo fracaso luego de un vaciamiento sistemático del servicio que llevó a la Masacre de Once, con 51 víctimas fatales y cuya defensa de esos negocios espurios entre el Estado, la burocracia sindical y los empresarios terminó con la vida de Mariano Ferreyra.
La estatización de los ferrocarrles, justamente, operó como un rescate a los capitalistas vaciadores y parasitarios, quienes pudieron retirarse indemnes en sus negocios. Algunos de estos, como el vaciador Sergio Taselli, incluso defendidos por el actual ministro de Justicia Mariano Cuneo Libarona.
El plan de privatización de los ferrocarriles implica proceder a despidos masivos y a un achicamiento del servicio ferroviario, al tiempo que se preparan nuevos aumentos sobre un precio del boleto que ya escapa a las posibilidades económicas de los trabajadores y que haría aún más inviable el transporte de millones de pasajeros. Sin que esto sea una garantía de reinversión y mejora del servicio.
La mayor inversión en el sector fue desembolsada por el Estado nacional y no por los capitalistas que usufructuaron el servicio durante años. Ahora Milei proponer repetir el ciclo, donde los privados liquidan el servicio ferroviarios y nuevamente son los trabajadores los que tienen que soportar la carga de revertir una desinversión sistémica.
Rechacemos este plan de privatización y liquidación del ferrocarril y los despidos y “retiros voluntarios” en Sofse, en defensa del transporte público y un servicio bajo control de los trabajadores, para garantizar la movilidad y el transporte de millones de usuarios.
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