Piden ampliar el recorrido del futuro tren urbano
SANTA FE 13 Jul(NotiFe).-Esta mañana, desde el Museo Ferroviario Santafesino apoyaron la intención de instalar un tren urbano en nuestra ciudad que la una con la vecina Recreo pero advierten que sería más beneficioso que llegue hasta el casco céntrico en vez de finalizar en el Parque Federal. Según dicen, no se trata de un proyecto faraónico sino, más bien, viable. Esta mañana el máximo representante del Museo Ferroviario santafesino, Andrés Andreis, reflexionó sobre la posibilidad cada vez más cercana de que un tren urbano vuelva a recorrer las calles de nuestra ciudad. Según expresó, no se trata de un “proyecto faraónico”, sino más bien de una alternativa “factible”. Para lograr el objetivo final, recomendó que “se haga un trabajo bien hecho”, esto incluye “proyectar rieles, durmientes, paradas posibles, etc.” por lo que, ante todo, debe ponerse a punto la infraestructura de vías que hay desde Recreo hasta el Parque Federal o el Molino Franchino, ya que la formación cubrirá esos recorridos, de manera inicial. A modo de aporte, Andreis puso en duda que lo más acertado sea ubicar la parada final en el Molino Franchino (boulevard y Pedro Vítori) o en el Parque Federal (Salvador del Carril y Pedro Vítori). Según dijo, el trayecto que va hasta Recreo “no debe tener su parada en ninguno de los dos lugares mencionados” sino, más bien “en el puerto manteniendo las vías que hay, porque un tren que salga del Parque o el Molino, no deja a los pasajeros en el casco céntrico de la ciudad y deben tomar otro vehículo”. No obstante, el especialista en temas ferroviarios comunicó que todos los detalles aún “no están bien estudiados porque falta un proyecto ferro-urbanístico” pero celebró la iniciativa de las autoridades de comenzar con el plan. Si bien reconoció que “los estados municipal y provincial quizás no puedan”, sugirió que se vincule “a las empresas” para conseguir el apoyo económico necesario que ponga la maquinaria en marcha. De este modo también pidió “ponerse serios” y avanzar en la discusión por futuras formaciones que pongan en acción el servicio a Laguna Paiva, Monte Vera, Ángel Gallardo y demás poblados del norte de la ciudad ya que, según dijo, “ya no son los pueblos que eran antes sino que forman parte del Gran Santa Fe” por lo que un servicio de transporte sería rentable. Vale recordar que la semana pasada, después de una reunión mantenida en Capital Federal con funcionarios del área de Planeamiento Urbano, el ministro de Obras Públicas y Vivienda, Hugo Storero, confirmó que se encontraban muy avanzadas las negociaciones para la inauguración de una línea de tren urbano que una la ciudad capital con Recreo. En ese marco había comunicado que desde la Administración de Infraestructura Ferroviaria “dieron su compromiso explícito para otorgar las unidades para generar el punto de contacto”. El integrante del Gabinete de Binner calificó al proyecto como “muy interesante”, teniendo en cuenta que “recuperaría un servicio olvidado como es el tren urbano que hoy vemos sólo en los libros”. Del mismo modo insistió en que se trata de una iniciativa “que vendría muy bien a la ciudad: conectaría el centro con el norte y Recreo, atravesando el nuevo punto administrativo ubicado en el ex Liceo Militar”. En cuanto a los plazos que demorará el plan, Storero señaló que desde la ADIF le propusieron entregar las unidades en poco tiempo, por lo que ahora será cuestión de confirmar la traza y los recorridos para proyectar la instalación del nuevo sistema de transporte de pasajeros.
La difícil disyuntiva de trenes y colectivos
BUENOS AIRES 13 Jul(Clarin).-La salida de Ricardo Jaime dejó intacto los cuestionados subsidios que rigen para el transporte de pasajeros. Más allá de las promesas de revisión que ha hecho el nuevo titular de Transporte, Juan Pablo Schiavi; la actual situación política y económica plantea serias dudas sobre la viabilidad de cambios de fondo en esta millonaria cuestión. Sin contar los aportes crecientes que van para Aerolíneas, el Gobierno destina actualmente unos $ 20 millones diarios para mantener el funcionamiento de los colectivos, trenes y subtes. Medidos en forma mensual, los desembolsos del Estado se reparten de la siguiente manera: Las líneas de ómnibus de la región metropolitana y de las principales ciudades del interior se llevan $ 300 millones. Las concesionarias ferroviarias -TBA (del grupo Cirigliano), Metrovías (del grupo Roggio) y Ferrovías (que pertenece al grupo Emepa)-reciben $ 150 millones. El cuadro se completa con $ 150 millones que se utilizan para mantener el gasoil a precio diferencial para los colectivos, trenes y las lanchas colectivas del Delta. Los márgenes de acción que tiene Schiavi para desarmar la madeja de subsidios son muy estrechos y, lejos de asomar una poda, lo que más se perfila en el horizonte es una nueva suba de los aportes estatales a las firmas transportistas. Por las cartas que ha mostrado hasta ahora, la gran apuesta de Schiavi pasa por aplicar un nuevo esquema de subsidios diferenciados según los destinos y los niveles económicos de los usuarios. Para lograr ese objetivo, necesita que funcione a pleno el Sistema Unico de Boleto Electrónico (SUBE) en todos los medios del área metropolitana. Pero, por las demoras que arrastra la licitación y el tiempo que se necesita para implementar el programa, eso no será posible hasta dentro de un año. Descartado un aumento de tarifas por el propio ministro de Planificación, Julio De Vido; a Schiavi no le quedaría otra salida que ampliar los subsidios para hacer frente a las nuevas demandas que el sector tiene en las gateras. Por un lado, tras el acuerdo salarial que cerró el gremio de Hugo Moyano -donde el Estado jugó un papel clave al auxiliar económicamente a las empresas -, ahora se vienen las paritarias de los choferes de colectivos y de los ferroviarios. Para no ser menos que los camioneros; los dirigentes de UTA, Unión Ferroviaria y La Fraternidad ya les anticiparon a las empresas que quieren un aumento del 17%. Sin perder tiempo, las transportistas le elevaron el mensaje al Gobierno, advirtiendo, que sin retoques de tarifas, la única vía que queda para afrontar las subas salariales son más subsidios. Y por otro lado, las empresas de ómnibus de larga distancia también se aprestan a pedir un salvavidas económico. Alertaron que por la gripe A transportan un 40% menos de pasajeros y que la gran mayoría de las compañías no pudieron completar los pagos de los aguinaldos y los sueldos de junio.
Todo el encanto patagónico desde la ventanilla del tren
LA PLATA 12 Jul(ElDia).-Espectacular viaje desde Viedma a Bariloche en una formación ferroviaria que recorre excelentes paisajes y que cuenta con cine, restaurante y un vagón para transportar vehículos. Pasajes a costos más bajos. Quienes tengan planeado pasar sus vacaciones de invierno en Bariloche, tienen la alternativa de realizar la mitad del viaje (826 kilómetros) a bordo del Tren Patagónico que todos los viernes por la tarde parte de la capital rionegrina llegando a destino al mediodía de la jornada siguiente. De regreso, el tren sale de Bariloche los domingos a las 18 y llega a Viedma el lunes al mediodía. Se trata de una opción que además de posibilitar descansar a quien habitualmente conduce el vehículo familiar, permite conocer increíbles paisajes patagónicos y disfrutar de todas las comodidades que ofrece el tren. Como la formación incluye un vagón para transporte de vehículos, el viaje en el Tren Patagónico se puede hacer sólo de ida o vuelta, y también, desde luego, en los dos tramos. Ya hace más de 15 años que no corre el tradicional servicio del tren denominado Los Arrayanes, del desaparecido ferrocarril nacional General Roca entre Plaza Constitución y Bariloche, pero la mitad del recorrido, entre Viedma y la famosa capital de los lagos se sigue haciendo con el Tren Patagónico. Esta empresa del estado provincial rionegrino asumió, en 1994, la responsabilidad de mantener en funcionamiento ese servicio, para comodidad de los turistas y por las necesarias comunicaciones hacia una decena de poblaciones ubicadas a la vera del ramal.
EL RECORRIDO
Los paisajes de los 826 kilómetros del recorrido del Tren Patagónico pueden ser contemplados en su totalidad realizando el viaje de ida y vuelta debido a que en cada tramo la noche se pasa en sectores geográficos distintos. Lo que no se pudo ver a la ida, se puede ver en el regreso. Los nombres mismos de las estaciones existentes a lo largo del recorrido son reveladoras de aspectos de la historia regional, como por ejemplo los apeaderos cercanos a Viedma, hoy fuera de uso, llamados Liborio Bernal, Vicealmirante O`Connor y General Vintter, en homenaje a jefes de la expedición militar de 1878. Cinco Chañares, Mancha Blanca, Pajalta y Sierra Colorada son estaciones cuyas denominaciones responden a descripciones del paisaje; la Aguada Cecilio es por Cecilio Crespo que encontró una vertiente natural para que bebieran las ovejas de sus arreos. También hay nombres que aluden a la existencia de aguadas, como Valcheta, que quiere decir en Aoinekenk (tehuelche), "lugar que se colma de agua", por la abundancia del arroyo que baja de la meseta en la época del deshielo. Más hacia el oeste, siguen las estaciones de Nahuel Niyeo, del araucano "lugar donde hubo pumas", Los Menucos "sitios de tierra húmeda y blanda", y Maquinchao, del Aonikenk, "lugar de invernada". Cuando se transita de día por estas zonas es posible ver manadas de guanacos, además de ñandués, choiques, zorros y alguna que otra mara.
INGENIERO JACOBACCI
Ingeniero Jacobacci, la población más importante del trayecto, honra el nombre del itálico Guido Jacobacci, jefe de la construcción del ramal; después están las estaciones de Comallo ("arcilla colorada") y Pilcaniyeu ("lugar donde hay patos"). Finalmente, tras el recorrido por espectaculares desfiladeros de piedra, a la derecha de las vías se corre el telón y aparece el magnífico rey de los lagos patagónicos, el Nahuel Huapi, arribándose a la estación de San Carlos de Bariloche, finalizando así este viaje excepcional por las entrañas de la Patagonia norte.
DESCUENTOS EN PASAJES
Para estas vacaciones de invierno el Tren Patagónico ha dispuesto descuentos del 20 por ciento en todos los pasajes y, para quienes lleven su rodado en el vagón especial de la formación, se suma otra quita adicional de un diez por ciento más para cada uno de los integrantes del grupo familiar.
Para efectuar consultas y reservas se puede ingresar a la página web www.trenpatagonico-sa.com.ar, o comunicarse telefónicamente al (02920) 42-2130.
Museo del Tren
SALTA 12 Jul(ElTribuno).-En la estación de trenes del Ferrocarril Belgrano, en Ameghino y Balcarce, está emplazado este espacio.Este emprendimiento sigue creciendo, pero la Asociación Amigos del Tren no recibe ningún tipo de ayuda. A pesar de la decadencia sufrida por los ferrocarriles argentinos, a contramano de lo que sucede en el resto del mundo, en donde se invierte cada día más en el sector, es reconfortante ver que todavía quedan trabajadores que vivieron la etapa de esplendor de este medio de transporte que generara el pujante progreso de nuestro país, económica y socialmente. Ellos hablan con orgullo de cómo se trabajaba en aquellos tiempos, de cómo se hacía carrera en la empresa. "Aquí se comenzaba de peón; uno iba ascendiendo a fuerza de estudio y práctica. Rendíamos en Salta, pero el último examen era en Buenos Aires", recordó don Alejandro Barboza que ingresó al Ferrocarril Belgrano en 1958 y llegó a maquinista de las locomotoras a vapor y a conductor de las Diesel. Don Barboza se arrimó hace unos años al Museo del Tren que fue impulsado por José Stauffer, conductor de locomotora desde 1973 hasta la fecha y que lleva adelante esta iniciativa desde mediados de los ‘90. "En realidad empecé exponiendo fotos en 1996 en las peatonales y dando charlas en los diferentes colegios donde les interesara el tema", expresó José Stauffer. "Esto todavía no es un museo formal; la gente lo llama así porque le tomó cariño y lo siente como propio", continuó. A partir de 2000 las muestras las comenzó a realizar en dependencias de la Empresa Belgrano Cargas SA y se pueden visitar todos los días de la semana. La Asociación Amigos del Tren fue creada en 2002 por los apasionados de las vías y que, por suerte, cada día son más. "Mucha gente se conecta por internet y así se vienen sumando muchos jóvenes", comentó con satisfacción. Recuperando historias. "Muchos visitantes de la Balcarce se arriman a conocer el museo y allí comienzan a rememorar cosas que no tenían presentes hasta el momento. De esa manera recuperan historias familiares a las que les van dando un valor especial a partir de esa visita. Algunos empiezan a hacer memoria y recuerdan que tenían un abuelo o un tío que trabajaba en el ferrocarril, entonces buscan fotos, información, objetos que después acercan al museo. Así se puede observar que hay varios stands armados con los aportes de diferentes familias que entregaron elementos muy interesantes a partir, en algunos casos, de anécdotas familiares". La Balcarce de antaño. José Stauffer, a quien le agrada que lo llamen "el guardián de la estación", contó que la calle Balcarce, tan conocida hoy por salteños y turistas, también tuvo una vida agitada alrededor de 1900 como consecuencia de la llegada de los trenes y la construcción de la estación. "Los pasajeros venían de todas partes y se hospedaban en los hoteles de la zona, que en aquella época abundaban". También contó que los hoteles eran utilizados por los trabajadores de las minas, que venían a Salta a descansar. "El mundo de Salta giraba alrededor de la estación", dijo Stauffer. Había bares, fruterías, negocios grandes y pequeños, vendedores ambulantes y las famosas tiendas San Jorge; también, el inmortal Bar Madrid, que sigue en pie y que se colmaba de familias que concurrían a mar su café con leche, submarinos y alguno que otro traguito". La oscuridad y el olvido llegaron a la zona de la Balcarce de manera paulatina a partir de 1976, cuando los ferrocarriles entraron en decadencia y se incrementaron el levantamiento de vías y la clausura de ramales. En esta época dejaron de circular muchos trenes de pasajeros, especialmente los que venían al noroeste, en un contexto de inversiones casi nulas, lo que generó un grave deterioro de la infraestructura, que tuvo su punto álgido en 1989 cuando se decidió su privatización. Sin embargo, hace ya unos años, se inició el resurgimiento del barrio por el entusiasmo de sus vecinos que comenzaron a ver en estas calles la posibilidad de transformarlo en un espacio cultural. Allí está inserto el Museo, que convive con el jolgorio de hoy.
SALTA 12 Jul(ElTribuno).-En la estación de trenes del Ferrocarril Belgrano, en Ameghino y Balcarce, está emplazado este espacio.Este emprendimiento sigue creciendo, pero la Asociación Amigos del Tren no recibe ningún tipo de ayuda. A pesar de la decadencia sufrida por los ferrocarriles argentinos, a contramano de lo que sucede en el resto del mundo, en donde se invierte cada día más en el sector, es reconfortante ver que todavía quedan trabajadores que vivieron la etapa de esplendor de este medio de transporte que generara el pujante progreso de nuestro país, económica y socialmente. Ellos hablan con orgullo de cómo se trabajaba en aquellos tiempos, de cómo se hacía carrera en la empresa. "Aquí se comenzaba de peón; uno iba ascendiendo a fuerza de estudio y práctica. Rendíamos en Salta, pero el último examen era en Buenos Aires", recordó don Alejandro Barboza que ingresó al Ferrocarril Belgrano en 1958 y llegó a maquinista de las locomotoras a vapor y a conductor de las Diesel. Don Barboza se arrimó hace unos años al Museo del Tren que fue impulsado por José Stauffer, conductor de locomotora desde 1973 hasta la fecha y que lleva adelante esta iniciativa desde mediados de los ‘90. "En realidad empecé exponiendo fotos en 1996 en las peatonales y dando charlas en los diferentes colegios donde les interesara el tema", expresó José Stauffer. "Esto todavía no es un museo formal; la gente lo llama así porque le tomó cariño y lo siente como propio", continuó. A partir de 2000 las muestras las comenzó a realizar en dependencias de la Empresa Belgrano Cargas SA y se pueden visitar todos los días de la semana. La Asociación Amigos del Tren fue creada en 2002 por los apasionados de las vías y que, por suerte, cada día son más. "Mucha gente se conecta por internet y así se vienen sumando muchos jóvenes", comentó con satisfacción. Recuperando historias. "Muchos visitantes de la Balcarce se arriman a conocer el museo y allí comienzan a rememorar cosas que no tenían presentes hasta el momento. De esa manera recuperan historias familiares a las que les van dando un valor especial a partir de esa visita. Algunos empiezan a hacer memoria y recuerdan que tenían un abuelo o un tío que trabajaba en el ferrocarril, entonces buscan fotos, información, objetos que después acercan al museo. Así se puede observar que hay varios stands armados con los aportes de diferentes familias que entregaron elementos muy interesantes a partir, en algunos casos, de anécdotas familiares". La Balcarce de antaño. José Stauffer, a quien le agrada que lo llamen "el guardián de la estación", contó que la calle Balcarce, tan conocida hoy por salteños y turistas, también tuvo una vida agitada alrededor de 1900 como consecuencia de la llegada de los trenes y la construcción de la estación. "Los pasajeros venían de todas partes y se hospedaban en los hoteles de la zona, que en aquella época abundaban". También contó que los hoteles eran utilizados por los trabajadores de las minas, que venían a Salta a descansar. "El mundo de Salta giraba alrededor de la estación", dijo Stauffer. Había bares, fruterías, negocios grandes y pequeños, vendedores ambulantes y las famosas tiendas San Jorge; también, el inmortal Bar Madrid, que sigue en pie y que se colmaba de familias que concurrían a mar su café con leche, submarinos y alguno que otro traguito". La oscuridad y el olvido llegaron a la zona de la Balcarce de manera paulatina a partir de 1976, cuando los ferrocarriles entraron en decadencia y se incrementaron el levantamiento de vías y la clausura de ramales. En esta época dejaron de circular muchos trenes de pasajeros, especialmente los que venían al noroeste, en un contexto de inversiones casi nulas, lo que generó un grave deterioro de la infraestructura, que tuvo su punto álgido en 1989 cuando se decidió su privatización. Sin embargo, hace ya unos años, se inició el resurgimiento del barrio por el entusiasmo de sus vecinos que comenzaron a ver en estas calles la posibilidad de transformarlo en un espacio cultural. Allí está inserto el Museo, que convive con el jolgorio de hoy.
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