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sábado, 5 de octubre de 2024

Taller Meoni en agonia

La lenta agonía del Taller Meoni

JUNIN 4 Oct (Semanario).-La empresa que conformara el fallecido ex ministro fue disuelta por el actual gobierno. Por estos lares resisten unos 70 empleados que quedarán en manos de otra estatal conducida por un hombre al que poco le importan los ferrocarriles

Hace unos días el Gobierno Nacional dispuso la disolución de Trenes Argentinos Capital Humano (DECAHF), una empresa estatal ferroviaria que se conformó durante la llegada de Mario Meoni al Ministerio de Transporte en el anterior gobierno. La estatal, que no operaba trenes, sino personal, convirtió a la ex cooperativa de trabajo ferroviario COOTAJ un ente estatal que fue denominado Taller Ferroviario Mario Meoni tras el fallecimiento del líder radical.

Con la llegada de Javier Milei los nuevos funcionarios que pusieron al frente de DECAHF ofrecieron el retiro voluntario a algunos trabajadores y promovieron el cese de contratos; además de algunos despidos particularmente en AMBA. Por ahora entre las distintas empresas que tenían los trenes argentinos se eliminaron casi 1400 puestos de trabajo a nivel nacional.

En Junín hasta el momento fueron aproximadamente 25 empleados que se restaron a una planta que llegaba al centenar y entre ellos hubo varios que optaron por el retiro voluntario.

Una empresa que tenía similares características a DECAHF en este caso Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado (FASE), absorberá a los casi 400 empleados que todavía quedan a nivel nacional, aunque para el gobierno sigan “sobrando”. Del taller juninense son 70 entre personal de talleres y administración.

En julio de este año, FASE designó a su nuevo Presidente, el Dr. Luis Federico Canedi, quien también se encontraba al frente de la empresa DECAFH, ahora cerrada.

Canedi, es Abogado y Procurador recibido en la Universidad Nacional de Tucumán y cuenta con una Maestría en Derecho Tributario de la Universidad Torcuato di Tella, realizada en el 2011 y ha tenido la honestidad de reconocer que “de ferrocarriles” no tiene “ni idea” y hasta ahora sólo ha ensayado algunas iniciativas nada relacionadas con un taller como el de nuestra ciudad, sino por el contrario con la idea de privatizar áreas ajenas a la actividad viaria y esperar que desde “arriba” le indiquen que baje la persiana. Tal como dijimos en un artículo titulado: “El tren pasó” en nuestra edición del pasado 5 de abril: “El sueño de la recuperación ferroviaria se quedó en ‘las gateras’ con funcionarios que, arribados a su cargo, hicieron la plancha y siguieron cobrando opíparos ingresos del Estado”.

Tanto Javier Gabrielli como Maximiliano Berestein, siguen ocupando los cargos para los cuales los dispuso Meoni. El uno como gerente del taller, el otro encargado de las relaciones institucionales.

Sin embargo no se oyen voces que permitan avizorar un futuro para la organización, ni para los cursos de capacitación de la escuela que allí conformaron y depende de otra empresa el Centro de Capacitación Ferroviaria (Cenacaf). Seguramente los mismos funcionarios sobrenadan también hoy día en el mar de la incertidumbre. Sin embargo, de uno y otro lado (Taller y gobierno nacional) se manifiesta particularmente una actitud paralizante, como en la búsqueda de querer buscar respuestas distintas a lo ya ¿inevitable?

La agonía es lenta, pero es agonía.

Como decíamos en abril: “¿Acaso alguna vez se estimó la posibilidad de articular ferrocarriles de bajo costo para unir cortas distancias? Tal vez nunca se consideró que hubiera empresas de transporte privadas interesadas en brindar un servicio con el aporte económico de municipios y un costo determinado del boleto.

El "León" les rugió en la cara y ellos como "gatitos mimosos" no supieron levantar la voz (la verdadera casta política de Junín

Ensimismados en su cargo, los funcionarios no explicaron cuál era el plan y porqué resultaba necesario en la vida cotidiana de la gente. De qué manera el ferrocarril, era un transporte que aportaba a la seguridad, a la educación y al fortalecimiento del interior.

Quienes podían acercar a alguna empresa que se interesara en traer trabajo al taller ya no están y nadie está “poniendo guirnaldas” llamando la atención de compañías privadas para hacerse cargo de los ferrocarriles.

Otra oportunidad perdida, cuando casi ya no las hay en Junín y para peor, todavía falta hacerse cargo de revertir la pobreza de más de la mitad de la población del país.

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