En el día del Ferrocarril, docente de la EHyS, nos cuenta cómo es su trabajo
AMBA 30 Agos (unsam).-Cada 30 de agosto, Argentina rinde homenaje al nacimiento de la red ferroviaria. Esa fecha conmemora el viaje inaugural de una locomotora, un hito que abrió las puertas a una nueva época en el transporte nacional. Si bien el primer viaje se realizó un día antes, recién al día siguiente se dio apertura a todas las redes ferroviarias en el país.
Federico Meijide, docente de la EHySy trabajador ferroviario, cuenta sus vivencias en el Día del Ferrocarril
“Mi interés por los trenes comenzó desde muy chico, durante las visitas familiares al Parque Avellaneda los fines de semana. En ese parque había un pequeño tren que recorría todo el lugar, y fue amor a primera vista. Me fascinaba recorrer las vías, observar los depósitos de alistamiento y descubrir los distintos elementos que hacen posible el funcionamiento de los trenes. Esos momentos fueron el punto de partida de una pasión que sigue viva hasta hoy”, señala Federico. Y explica que no proviene de una familia ferroviaria y que, en realidad, no hubo un referente específico que lo acercara a ese mundo.
“Fue una curiosidad personal la que me llevó a interesarme por los trenes. Sin embargo, años más tarde descubrí que mi tatarabuelo había trabajado en la construcción del ramal F14 del Ferrocarril Belgrano como operario de vía. Finalmente, él se asentó en Reconquista, Santa Fe, de donde era mi abuela. Así que, aunque no lo supe desde el principio, algo de sangre ferroviaria siempre estuvo presente”, explica.
En el año 2011, descubrí que existía una carrera relacionada con el ferrocarril, lo que me llevó a la UNSAM. En aquel momento, el Instituto Ferroviario Scalabrini Ortiz ofrecía dos tecnicaturas: una en gestión ferroviaria y otra en tecnología. Cuando visité el campus, que está construido sobre terrenos ferroviarios y que ha respetado ese legado histórico, supe de inmediato que había encontrado el lugar adecuado para mí.
Durante 10 años ininterrumpidos fui alumno en la UNSAM. Comencé cursando las dos tecnicaturas, luego continué con la licenciatura en Gestión y Tecnología Ferroviaria, y actualmente me encuentro finalizando la tesis de la Maestría en Política y Planificación del Transporte. Además, desde 2022 participo como Jefe de Trabajos Prácticos en la materia “Administración de Servicios de Cargas”. Una gran parte de mi vida está ligada a la institución, y espero que continúe siendo así.
¿Qué subrayarías de lo que aprendiste en la universidad?
La universidad me brindó mucho más que un título; me abrió las puertas a un mundo nuevo de conocimientos, donde también encontré amigos y compañeros de trabajo que se convirtieron en parte importante de mi vida profesional y personal. Además, el hecho de que sea una institución pública le da un valor adicional, ya que pude acceder a una educación de calidad sin barreras económicas, lo cual es algo que valoro profundamente.
“Fue una curiosidad personal la que me llevó a interesarme por los trenes. Sin embargo, años más tarde descubrí que mi tatarabuelo había trabajado en la construcción del ramal F14 del Ferrocarril Belgrano como operario de vía. Finalmente, él se asentó en Reconquista, Santa Fe, de donde era mi abuela. Así que, aunque no lo supe desde el principio, algo de sangre ferroviaria siempre estuvo presente”, explica.
No provengo de una familia ferroviaria y, en realidad, no hubo un referente específico que me acercara al mundo de los trenes. Fue una curiosidad personal la que me llevó a interesarme por ellos. Sin embargo, años más tarde descubrí que mi tatarabuelo había trabajado en la construcción del ramal F14 del Ferrocarril Belgrano como operario de vía. Finalmente, él se asentó en Reconquista, Santa Fe, de donde era mi abuela. Así que, aunque no lo supe desde el principio, algo de sangre ferroviaria siempre estuvo presente.
En el año 2011, Meijide descubrió que existía una carrera relacionada con el ferrocarril, y ese hallazgo fue muy importante en su vida. En aquel momento, el Instituto Ferroviario Scalabrini Ortiz ofrecía dos tecnicaturas: una en gestión ferroviaria y otra en tecnología. “Cuando visité el campus, que está construido sobre terrenos ferroviarios y que ha respetado ese legado histórico, supe de inmediato que había encontrado el lugar adecuado para mí.
Durante 10 años fui alumno en la UNSAM. Comencé cursando las dos tecnicaturas, luego continué con la licenciatura en Gestión y Tecnología Ferroviaria, y actualmente me encuentro finalizando la tesis de la Maestría en Política y Planificación del Transporte. Además, desde 2022 participo como Jefe de Trabajos Prácticos en la materia “Administración de Servicios de Cargas”. Una gran parte de mi vida está ligada a la institución, y espero que continúe siendo así.
¿Qué subrayarías de lo que aprendiste en la universidad?
La universidad me brindó mucho más que un título; me abrió las puertas a un mundo nuevo de conocimientos, donde también encontré amigos y compañeros de trabajo que se convirtieron en parte importante de mi vida profesional y personal. Además, el hecho de que sea una institución pública le da un valor adicional, ya que pude acceder a una educación de calidad sin barreras económicas, lo cual es algo que valoro profundamente. En lo profesional, siempre existe el anhelo de estar en lugares de decisión para aplicar los conocimientos adquiridos, aunque últimamente esos espacios suelen estar reservados para la política. No pierdo la esperanza de que algún día esos puestos sean ocupados por cuadros técnicos, ya que para eso nos formamos.
¿Qué es lo que te llevó a estudiar en la UNSAM? Allá por el año 2011, a través de un conocido, descubrí que existía una carrera relacionada con el ferrocarril, lo cual me llevó a conocer la UNSAM. En aquel momento, el Instituto Ferroviario Scalabrini Ortiz ofrecía dos tecnicaturas: una en gestión ferroviaria y otra en tecnología. Cuando visité el campus, que está construido sobre terrenos ferroviarios y que ha respetado ese legado histórico, supe de inmediato que había encontrado el lugar adecuado para mí.
¿Cuánto hace que trabajas en tu lugar de trabajo? ¿Qué es lo que haces?
Ingresé al ferrocarril en el año 2012, poco después del trágico accidente de Once. En ese momento, ya había completado mi primer año en la carrera de Gestión Ferroviaria, y la UNSAM había establecido un convenio con el ferrocarril para el ingreso a través de pasantías. Así fue como comencé mi carrera en la empresa ADIFSE, donde mi primer trabajo consistió en realizar relevamientos de bienes inmuebles para actualizar el inventario de activos del ferrocarril. Después de un año como pasante, fui convocado por la empresa SOFSE, donde ingresé al área de transporte. Allí conocí al equipo con el que trabajo hasta el día de hoy. En 2016, fui comisionado a la Secretaría de Planificación para participar en varios proyectos, como la Red de Expresos Regionales (RER) y la electrificación de la Línea San Martín, entre otros. En 2019, con el cambio de gestión, me trasladé a la empresa DECAHF (Desarrollo de Capital Humano Ferroviario) para continuar trabajando en proyectos ferroviarios y también gestionar los talleres de Junín Ministro Mario Meoni, donde sigo hasta la fecha.
¿Qué te brindó la carrera? ¿Cómo imaginas que va a ser en los próximos años?
Durante 10 años ininterrumpidos fui alumno en la UNSAM. Comencé cursando las dos tecnicaturas, luego continué con la licenciatura en Gestión y Tecnología Ferroviaria, y actualmente me encuentro finalizando la tesis de la Maestría en Política y Planificación del Transporte. Además, desde 2022 participo como Jefe de Trabajos Prácticos en la materia “Administración de Servicios de Cargas”. Una gran parte de mi vida está ligada a la institución, y espero que continúe siendo así.
Mi deseo a futuro es poder participar en estudios de movilidad o transporte que se realicen desde la nueva escuela, compartiendo conocimientos con los compañeros de Arquitectura y Ambiental. También espero presentar mi tesis de maestría, y por qué no, animarme a un doctorado más adelante.
En lo profesional, siempre existe el anhelo de estar en lugares de decisión para aplicar los conocimientos adquiridos, aunque últimamente esos espacios suelen estar reservados para la política. No pierdo la esperanza de que algún día esos puestos sean ocupados por cuadros técnicos, ya que para eso nos forma