Subte récord: viajan hasta 1.300.000 pasajeros por día y hay trenes llenos en horas no pico
CAPITAL FEDERAL 17 Dic(Clarin).-El 31 % lo usa de 8 a 10 y de 18 a 20 pero la demanda crece también en otras franjas. Es por la extensión de la red y el colapso del tránsito en las calles.
Vagones repletos, fuera del horario pico. Por la tarde, en la estación Pueyrredón de la D los pasajeros viajan apretados aún antes de las 18. Foto: Diego Waldmann
Quince segundos separan la apertura de puertas con su cierre. Son las 16:25 en la estación Pueyrredón de la línea D. Ocho personas intentan subir a un vagón que ya tiene pasajeros viajando contra la puerta. Entran dando pasos minúsculos. De costado, casi en puntas de pie, simulando ocupar menos espacio del que ocupan. La chicharra de clausura del tren empieza su conteo y una mujer interrumpe el cierre con el brazo. Dos hombres la miran desde el andén. Prefieren quedarse antes que luchar para que el vagón también admita sus cuerpos. Faltan 90 minutos para el inicio de la hora pico y la frecuencia es de tres minutos, pero las formaciones que van hacia Congreso de Tucumán ya transportan masas que, estación a estación, crecen a fuerza de empujones.
Hoy el subte tiene números récord. Cada día hábil, 1.260.000 personas se suben a las seis líneas porteñas. Tanto en agosto, como en septiembre y octubre, hubo más de 30 millones de usuarios mensuales. En noviembre, la cifra fue apenas inferior (29.756.645). Pero para Metrovías son marcas jamás alcanzadas en sus 24 años como concesionaria del servicio. El subte va lleno y la demanda aumenta: en diciembre hubo hasta 1.300.000 pasajeros diarios. Ese crecimiento también se traduce en trenes cargados, incluso fuera de la hora pico.
Vagones repletos, fuera del horario pico. Por la tarde, en la estación Pueyrredón de la D los pasajeros viajan apretados aún antes de las 18. Foto: Diego Waldmann
De lunes a viernes, la Ciudad de Buenos Aires se llena y vacía a través de las bocas del subte. En las franjas de 8 a 10 y de 18 a 20, según datos de la empresa, viaja el 31% de los usuarios, unas 400.000 personas. “Si bien la mayor demanda sigue concentrada en la mañana y en el regreso vespertino, en cada franja intermedia se traslada entre el 11 y el 12%. Son hasta 160.000 personas que se suman cada dos horas, desde las diez de la mañana y hasta las cuatro de la tarde”, explican desde Metrovías a Clarín. “Hoy -agregan- las horas pico y no pico no difieren tanto en su caudal de usuarios”.
La experiencia de subirse al mediodía a la línea A, esperanzarse con encontrar un asiento libre y, en su lugar, viajar todo el trayecto parado; o apostar por una descongestión después de la estación Federico Lacroze en la B y perder, son cada vez más cotidianas. La sensación es la de un subte con un número sostenido de pasajeros en todo momento. ¿De dónde salen? ¿En qué horarios trabajan? ¿Cambió la lógica en la que las multitudes se mueven?
Desde el Laboratorio de Políticas Públicas, el portal Subte.data estudió la evolución de la demanda en la red y comparó el primer semestre de 2016 con el de 2017. El informe expone un crecimiento de usuarios desde el mediodía. También, advierte que la hora pico vespertina empieza a las 16. “Nuestros estudios muestran que el pico se adelantó y extendió. A partir de las 16 hay una suba en la demanda, que se profundiza a las 17 y se extiende hasta las 19, cuando empieza a caer”, dice Rafael Gentili, ex legislador porteño y responsable de Subte.data. “Son tres horas (16 a 19) en lugar de las dos, que establece Metrovías (18 a 20). Es necesario revisar la vigencia del cronograma oficial y llevar la frecuencia de trenes cada tres minutos a este nuevo esquema”.
Por el momento, Metrovías no reconoce la necesidad. Para la concesionaria las novedades no están en los horarios, sino en el comportamiento de la marea de pasajeros. Ahí, en el último tiempo, reconocen un cambio. “La D y la B tienen contraflujo. Esto significa que hay un uso del servicio con buen caudal de pasajeros, hacia el centro y hacia la periferia, al mismo tiempo”, dicen. A ese fenómeno también lo observan, aunque en menor medida, en las líneas A y E. Lo relacionan con la extensión de algunas líneas, la descentralización de la Ciudad y la dispersión geográfica de las actividades.
Línea B. La mayor densidad de pasajeros no sólo se nota en los horarios pico. Una multitud espera subirse a un tren que llega cargado. Foto: Diego Waldmann
La empresa dice que, por la condición de contraflujo más la incorporación de formaciones, el aumento de pasajeros no implica subtes más cargados. Pero esa es una verdad parcial. Cierta en el total, pero no al mirar línea por línea. Al comparar la flota en servicio, entre agosto de 2016 y el mismo mes de 2017, resalta que hubo líneas que sí sumaron trenes -A, B y H- y otras -C, D y E- que no, por lo que funcionan con la misma oferta que el año anterior.
El subte tiene cada vez más relevancia para moverse por la Ciudad ante el colapso en la superficie. La semana pasada, primero por los cortes por la cumbre de la OMC y después frente a las manifestaciones y bloqueos oficiales del Congreso por el tratamiento de la reforma previsional, fue la vía de escape de millones. Los andenes se abarrotaron y la situación cotidiana de entrar o salir del vagón, con cientos de pasajeros alrededor, a los empujones, sin poder ver siquiera el piso, se volvió todavía más desesperante. Todos querían desplazarse bajo tierra.
Apuro y espera. En la A, con frecuencias de tres minutos entre un tren y otro, no se logran evitar las aglomeraciones en los andenes. Foto: Diego Waldmann
El especialista en transporte Rafael Skiadaressis identifica una mayor predilección de los usuarios hacia el subte. Pero aclara: "El récord actual está atado al crecimiento de la A, que mejoró sus frecuencias, y de la H, que incorporó estaciones". Y se refiere especialmente al nodo Santa Fe de combinación con otras líneas. Mes a mes, el experto sigue a través de bases de datos y gráficos la cantidad de trenes despachados, los pasajeros que ingresan por los molinetes y las interrupciones. De acuerdo a su análisis, hoy la red transporta más pasajeros en total. Pero, en particular, las líneas D, B, C y E tienen menos pasajeros que en 2011, el último gran pico. Lo que evidencia la necesidad de mejorar el servicio.
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