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miércoles, 10 de marzo de 2021

Servicio de Pasajeros cerro para siempre ????

Ferrocarriles Argentinos: cuando el servicio de pasajeros nacional cerró para siempre
EFEMERIDES 28 Años

BUENOS AIRES 10 Mar (Marcelo Bonelli).-El recientemente fallecido Carlos Saúl Menem gobernó la Argentina durante poco más de una década. Fue un período durante el cual se hizo común el dicho “Menem lo hizo” a la hora de hacerse referencia a alguna de las muchas medidas adoptadas contra la mayor parte de la población. Una de ellas, de gravísimos efectos, fue la instrumentada el 10 de marzo de 1993 cuando canceló los servicios interurbanos de pasajeros.

Fue el resultado del cierre de la empresa pública Ferrocarriles Argentinos que manejó durante algo más de 45 años el sistema integrado de transporte ferroviario tanto de carga como de pasajeros. Estos últimos incluían los trenes de larga distancia que unían gran parte del país ya sea con cabecera en la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires o entre ciudades del interior del país. También operaba varias líneas en el Área Metropolitana de Buenos Aires todo lo cual hizo que se tratase de uno de los sistemas más extensas del mundo.

La red de 48.000 kilómetros de extensión, en manos de diferentes empresas privadas, fue estatizada el 13 de febrero de 1947 durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón. Uno año después, el primero de marzo de 1948, mediante el Decreto N* 32.574, las viejas compañías extranjeras nacionalizadas fueron restructuradas y junto con los Ferrocarriles del Estado se convirtieron en ocho líneas, cada una identificada con el nombre de alguna figura trascendente de la historia argentina.

A pesar de los cuestionamientos por parte de la oposición política Ferrocarriles Argentinos continuó su normal funcionamiento aún durante los gobiernos que sucedieron al de Perón tras el derrocamiento de éste en 1955 pero las cosas se complicaron a partir de la dictadura cívico-militar iniciada en 1976 autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”. Con ella se inició una etapa durante la cual se comenzaron a cancelar destinos y la falta de mantenimiento de trenes, vías, estaciones y demás partes del sistema hizo que el mismo se fuera deteriorando lo que no fue revertido durante la posterior gestión presidencial de Raúl Ricardo Alfonsín.

Ferrocarriles Argentinos sufrió una aguda situación de cancelaciones de destinos y falta de mantenimiento durante la dictadura militar del Proceso de Reorganización Nacional que derivó en un estado de deterioro del que jamás se recuperaría. Fue privatizada por Carlos Menem entre 1991 y 1993.

Hoy, las rutas de están colapsadas de autos y camiones. Solo en 2009 hubo 7.885 muertos en las rutas argentinas. Y la cifra sigue en aumento. Aún con esa cifra, los trenes de larga distancia siguen transportando solo un 3 por ciento del total de pasajeros a nivel nacional. Una cifra vergonzosa y ridícula.

Las recientes tragedias, camineras y ferroviarias, imponen la recuperación del sistema ferroviario y esto no admite más postergaciones. Debe ser una política de Estado, sin ningún tipo de especulación política.

Un poco de historia reciente

En agosto de 1989, durante la presidencia de Carlos Menem, se promulga la ley 23.696 de Reforma de Estado, que proponía la privatización o concesión de las empresas del estado. Posteriormente el decreto 666/89 daba cumplimiento a la ley anteriormente mencionada, entregando en concesión los ferrocarriles.

En el caso de los trenes de pasajeros, el decreto 1168/92 ordenaba una abrupta disminución del servicio a partir del 31 de julio de 1992, y los trenes sobrevivientes resignaban todo tipo de confort.

El 15 de diciembre de 1992 se firma decreto 2388/92 que prorrogaba el fin de los servicios hasta el día 10 de marzo de 1993.

Ese día corrieron por última vez los servicios de larga distancia de Ferrocarriles Argentinos, que a pesar de cumplir en su momento con un diagrama de emergencia, contaba con un abanico importante de destinos con muchos tramos de vía en condiciones de correr a más de 100 kilómetros por hora.

Lo que queremos es que el tren de larga distancia sea una política de estado prioritaria, ya que la inversión en ferrocarril demanda años de proceso, y no podemos seguir dejando pasar el tiempo a la espera de licitaciones de grandes obras, porque el ferrocarril necesita obras inmediatas, sin perjuicio de las licitaciones de largo plazo. Una renovación de vías debe hacerse en lo inmediato, no en diez años.

Solo en 2009 hubo 7.885 muertos en las rutas argentinas. Y la cifra sigue en aumento. Los accidentes en rutas constituyen el mayor índice de muerte en el país. Y aún con esa cifra, los trenes de larga distancia siguen transportando la triste cifra de un 3 por ciento del total de pasajeros a nivel nacional. Una cifra vergonzosa y ridícula.

Basta de excusas porque no hay motivos para seguir postergando inversiones en la red ferroviaria. No estamos atravesando una crisis económica que implique ahorrar recursos y postergar al ferrocarril, es ahora o nunca. Los argentinos queremos los ferrocarriles en marcha.

Hoy, esa ruta de asfalto es la que está colapsada. Y así llegaron los 7.000 muertos por año y un sinfín de factores que nos hicieron retroceder como país. El 10 de marzo el gobierno de Menem cerró los trenes para la supuesta búsqueda de progreso. Y esto fue posible gracias a la creencia generalizada y errónea de que ya no era posible mantener ferrocarriles.

La política implementada por Menen, y continuado por los sucesivos gobiernos ha mostrado sus consecuencias en las tragedias evitables del 13 de septiembre de 2011 cuando chocaron dos trenes de la Línea Sarmiento con un colectivo de la línea 92 y como resultado 11 personas murieron y más de doscientas resultaron heridas; y la de Once, donde hubo 51 muertos y más de 600 heridos.

La recuperación del sistema ferroviario nacional no admite más postergaciones. Ésta debe ser una política de Estado, sin ningún tipo de burocracia, mezquindad o especulación política.

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