lunes, 12 de agosto de 2024

Memorias de Santa Fe

Tesoro invaluable: tres fotos poco conocidas del puente ferroviario sobre la Setúbal

SANTA FE 12 Agos (El Litoral).-Hoy solo quedan los pilotes y un sinfín de proyectos inconclusos. La laguna santafesina es testigo del paso del tiempo.

No parece Santa Fe. En primera persona el registro del puente de hierro, los durmientes y la vía sobre la laguna Setúbal. Crédito: Santa Fe Antiguo

No es el cuento de la buena pipa. Es un lugar de la ciudad de Santa Fe que en sus espaldas tiene mucha historia, algunas hartas conocidas otras no tanto.

Alguna vez fue puente y cruzó las aguas de la laguna Setúbal. Hoy sólo vive en el recuerdo de valiosas imágenes guardadas en archivos periodísticos o personales. Se trata de la afamada estructura ferroviaria que conectó la capital santafesina con el desaparecido puerto de Colastiné y San José del Rincón.

Tal y como se contó en varias oportunidades, este puente fue el tercero de tres conexiones del FF.CC que surcaron el espejo de agua con la misión de conectar ambas costas. El primero se construyó en el siglo XIX y fue derrumbado en la inundación de 1905. El segundo cayó producto de la presión de embalsados en otra creciente, en el ‘25.

La imponente estructura cruzaba la Setúbal. La imagen fue tomada en lo que hoy es la costanera Este y se pueden ver varios elementos de interés: el tren sobre el puente y de fondo la antigua costanera santafesina. Crédito: Santa Fe Antiguo

Con esas experiencias, las autoridades del ferrocarril emprendieron la construcción del más famoso de los tres. En el extremo norte de lo que entonces era la costanera santafesina, hoy se ubica el faro, comenzaron la obra para conectar con la otra costa de la Setúbal.

Los trabajos comenzaron en el ‘29 y finalizaron en 1934. Al año siguiente se realizaron las pruebas de carga y finalmente quedó habilitado para el cruce del tren. “Se hizo todo a base de cemento sobre fundaciones de aire comprimido, en cajones realizados a tal efecto. Cada uno de los cuatro tramos, portaba una estructura de hierro de 101 metros”, recordó Andrés Andreis, quien fuese director del Museo Ferroviario local en un artículo que publicó El Litoral.

Por su parte, el reconocido arquitecto Cesar Carli en su libro "Los Constructores de la ciudad" indicó que de la construcción del puente participó el Ing. Manuel Alejandro Argüelles, autor de otras obras que cambiaron la fisonomía de la Costanera santafesina durante las primeras décadas del siglo XX: la pavimentación de la Av. Siete Jefes y la bellísima residencia del Dr. Juliá, una maciza construcción con una extraña decoración de columnas salomónicas, ubicada a 100 metros del Puente Colgante.

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Nueve décadas después, El Litoral accedió a tres imágenes poco conocidas del puente. Una muestra a los obreros en plena construcción de uno de los pilotes y las otras dos la estructura de hierro finalizada.

De acuerdo a la información que compartió Marcelo Allassia de Santa Fe Antiguo, quien guarda las fotografías y las cedió para esta publicación, la imagen del puente de frente salió en el diario La Prensa el 1 de enero de 1936; mientras que el registro de los obreros forma parte del libro “Archivo Fotográfico del Ferrocarril de Santa Fe 1891-1948”; y el restante retrato, que fue sacado desde lo que hoy se conoce como costanera Este hacia la ciudad fue compartida por Rubén Fiorito.

Obreros trabajando en el armado del puente. Crédito: Santa Fe Antiguo

Poco uso y venta

Las crónicas de la época y los repasos históricos que hicieron Andreis y otros amantes del FF.CC dieron cuenta que pese a la grandilocuencia de la obra, el puente no fue utilizado como se esperaba.

La inauguración del nuevo puerto en Santa Fe le quitó importancia a la conexión con la Costa (Colastiné y Rincón) y esta vía quedó en un segundo o tercer plano. Para el ‘43, recordó Andreis, la Compañía francesa del F.C. Santa Fe realizó una operación de venta con los Ferrocarriles del Estado, cediendo los cuatro tramos de hierro del puente para ser utilizados por la empresa Ferrocarril Trasandino.

“Un año después, las estructuras metálicas habían sido trasladadas a Mendoza”, publicó el ex director del Museo Ferroviario. Así las cosas, el viejo puente fue montado al pie de la Cordillera de Los Andes, a unos mil kilómetros de la laguna Setúbal.

El puente que supo estar en el agua descansa abandonado al pie de la cordillera de Los Andes. Foto: Gentileza Juan Kiektik

Historia conocida

Después del desarme, en las aguas santafesinas quedaron inmortalizados los pilotes. Esas estructuras que soportaron el peso del hierro quedaron a su suerte por varias décadas. Lo primero que se pensó con ellos fue una discoteca.

El 25 de diciembre de 1968 se puso en funcionamiento la Confitería Ike’s, emplazada en el primer pilar. Años más tarde cambió su nombre por Puerto de Palos, identificación que mantuvo desde fines de 1970 hasta 1995.

Como se recordará, en el verano del ‘80 un novedoso proyecto turístico puso los ojos sobre Santa Fe. Una aerosilla fue construida aprovechando la estructura de lo que alguna vez fue un puente.

Poca agua en la Setúbal, un puente que ya no está y los pilotes eternos

“43 pares de asientos colgantes que viajaban 640 metros de distancia sobre la avenida 7 Jefes, pasaban sobre la confitería Puerto de Palos atravesaban la Setúbal sobre los antiguos pilotes ferroviarios y terminaban su viaje en la Costanera Este. Allí funcionaba un complejo turístico y gastronómico, Piedras Blancas”, describió este medio en una nota en 2022.

La iniciativa duró apenas dos años. La inundación del ‘82 destruyó el complejo y obligó a desmantelar lo que quedó de estructura. "La verdad es que en ese momento la ciudad no era tan turística y no daba para sostener su funcionamiento", reconoció uno de sus dueños con los años.

Empleados. Las primeras pruebas de resistencia de la aerosilla, previo a la inauguración.

Nada por aquí, nada por allá

Desde la desaparición de la aerosilla, desfilaron por escritorios oficiales un sinfín de proyectos para definir qué hacer con los eternos pilotes. Ninguno prosperó. Algunos tuvieron un ribete institucional como lo ocurrido en 2018 cuando se abrió un debate público impulsado por el gobierno municipal.

Más cerca en el tiempo, bajo el proyecto de remodelación del Paseo de la Laguna, se pensó dotar de vida a los pilotes y posar sobre sus espaldas un puente ciclopeatonal. Los vaivenes políticos y económicos volvieron a sopesar sobre las ideas. Nada se hizo.

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