Tarifazo delirante. Cómo sigue el amparo contra el tarifazo del subte y el insólito método de cómo pagar menos
CABA 11 Jun (La Izquierda Diario).-El gobierno logró que la Cámara le habilite el tarifazo en el subte. Pero calma, la causa sigue adelante y ampliamos los argumentos demostrando que el aumento no solo está lejos de ser “justo y razonable” sino que está lleno de negociados poco claros. Y el insólito “detalle” de cómo pagar menos el pasaje: pagando primero un boleto de colectivo y después el subte termina siendo más barato que subirse directo al subte.
Cómo sigue el amparo contra el tarifazo del subte y el insólito método de cómo pagar menos
Patricio del Corro
El pasado martes 4 de junio, el pasaje del subte debía volver a valer $125 ya que el gobierno de Jorge Macri se había negado a presentar un nuevo cuadro tarifario que adecuara sus tarifas a parámetros “justos y razonables”, tal como lo había planteado en su fallo judicial, la jueza Elena Liberatori. En una maniobra pocas veces vista, Sbase (la Sociedad del Estado dueña del subte) y el Gobierno porteño apelaron a la Cámara para dejar en suspenso la medida cautelar que retrotraía el aumento, todo antes del fallo definitivo de primera instancia. Contra la opinión del fiscal y en una decisión dividida, los jueces Gabriela Seijas y Horacio Corti habilitaron el aumento, contra el voto del juez Hugo Zuleta. Todo fue muy veloz.
Así cientos de miles de usuarios que se habían enterado del amparo se sorprendieron al llegar a los molinetes y recibir el sablazo de los $ 650 por viaje. Pero con Myriam Bregman, Alejandrina Barry, Claudio Dellecarbonara, junto a los abogados y economistas del CeProDH insistimos con nuestra presentación. Las próximas semanas la justicia deberá definir. Los argumentos sobran y son más que visibles.
¿Cuáles son?
El aumento no es ni “justo, ni razonable”, que aunque sea un criterio amplio es el que establece la ley y aquí no aplica. Una tarifa incrementada de $ 125 a $ 574, dos semanas después a $ 650 y para Agosto a $ 757. Un incremento en tres tramos que acumulan un 505,6%. En agosto de 2023 el pasaje costaba $74, por lo que el aumento interanual sería más del 1.000 %. Nada, absolutamente nada, tuvo ese aumento.
El aumento es tan burdo que se puede pagar menos con este pequeño “truco”: si uno se sube al colectivo, le pide al chofer el mínimo ($ 270), luego baja del colectivo y toma el subte va a recibir el 50% de descuento en la tarifa por ser el segundo viaje. Entonces terminará pagando $270 del colectivo (que no usó) y $325 del subte, con un total de $ 595, $55 pesos menos que si se paga el subte como primer viaje. Lo “razonable” de esto lo debería explicar Macri.
Peor aún, desde IProfesional publicaron una nota con la comparativa en costo de nafta. “Partimos de la base de que un desplazamiento ida y vuelta a un destino tiene un costo de $ 1.148, mientras que 1 litro de nafta súper tiene un costo aproximado de $ 910 (...) De esta forma, desde el punto de vista monetario, cualquier viaje de hasta 6 kilómetros sería conveniente realizarlo en auto en lugar del subte”. Planificación del transporte ¿quién te conoce?
El desfase entre el pasaje de colectivo y el del subte lleva a un círculo vicioso en el aumento de la tarifa (entre otros problemas)
El Gobierno de la Ciudad viene desde hace años usando el argumento de la paridad de la tarifa entre ambos medios de transporte para justificar los aumentos. En general esto es muy debatible ya que el subte es un medio de transporte más económico, menos contaminante y que agiliza el caos de tránsito en las grandes ciudades, evitando siniestros viales, etc. Por eso en general se incentiva su uso en donde existe el subte como opción. En 2022 Mauro Alabuenas, quien fuera presidente de SBASE, decía en las audiencias públicas: “el equilibrio entre todas las tarifas de un mismo sistema de influencia como es el sistema AMBA”. Ahora cuando quieren llevar el pasaje del subte a más del doble del de colectivos el gobierno dice que eso se acomodará a “largo plazo”.
Esto es un problema porque también implica que cientos de miles de persona tendremos que perder más tiempo en viaje en colectivos más llenos para poder ahorrarnos unos necesarios pesos. Pero claro, ellos no viajan ni en subte ni en colectivo.
Hay un antecedente casi análogo. En enero de 2012 el gobierno de la Ciudad se hizo cargo del manejo del subte. Pocos días después el otro Macri dispuso un aumento de tarifas del 130 % de $ 1,10 a 2,50 pesos cuando el colectivo valía $ 1,10. ¿Qué ocurrió? Durante 2012 se produjo una caída en la cantidad de pasajeros de casi el 25%, la mayor disminución en 20 años. Tardó años en recuperar la cantidad de pasajeros. El problema es que cada vez que se proponen un nuevo aumento el gobierno debe calcular la llamada “Tarifa Técnica” que son todos los gastos de funcionamiento del subte, dividido la cantidad de pasajeros en un año. Si la cantidad de pasajeros disminuye un 25% la próxima tarifa técnica será un 25% más cara que si no hubiera habido tal pérdida ¿y adivinen quién van a querer que lo pague?
Le estamos pagando la universidad (y mucho más) a los hijos de Roggio
Por si todo esto fuera poco, el gobierno y el Grupo Roggio siguen sumando como “gastos” a pagar “con la nuestra” cosas increíbles. Si años anteriores cargaban los tickets de sus cenas en Restaurantes de lujo ahora suman honorarios de abogados y estudios jurídicos millonarios, gastos por una supuesta línea telefónica “para el COVID” que cuándo se pregunta qué sentido tenía la empresa responde que no atendía casos de COVID, contrataciones de psicólogos como consultores legislativos, la formación y cursos de sus gerentes, contrataciones de periodistas y millonarias campañas publicitarias de un servicio que es monopólico y hasta una “gerencia de talento” (en serio). Todo esto sin contar grandes irregularidades como que Emova (del Grupo Roggio) decida llevar a arreglar los trenes a talleres del mismo Grupo Roggio en Córdoba cuando los podría arreglar en los talleres del subte. La misma empresa se autocontrata, decide cuánto cuesta el servicio y nos pasa la factura a nosotros.
Incluso habría que preguntarse mejor sobre la extraña situación de un subte que es propiedad del Estado, que los gobiernos decidieron privatizar dándole el manejo a una empresa que a su vez subcontrata la venta de los espacios publicitarios en esa vía de transporte para que el mismo gobierno que decidió privatizarlo gaste millones alquilando esos mismos espacios. Alguien mal pensado diría que hay varios haciéndose millonarios con la nuestra.
También suman los gastos de “desasbestización” donde el gobierno y la empresa Emova consideran que somos los usuarios lo que debemos pagar hasta por duplicado por un plan de acción para quitar el asbesto que avanza a paso de tortuga aunque ya causó la muerte de 3 trabajadores. Recordemos que en 2011 Mauricio Macri compró a Madrid 36 trenes modelo “CAF 5000” a un suculento precio, cuando se sabía que tenían asbesto y este material ya estaba prohibido. Obviamente esas compras también la pagaron “con la nuestra” y la gestión de Macri nunca rindió cuentas por el desfalco de estos trenes que no pueden usarse.
Para no tener que justificar y aclarar los criterios todo este tipo de manejos donde los gastos siempre benefician a un empresario amigo y lo pagamos los usuarios del subte y quienes vivimos o trabajamos en la Ciudad, el gobierno mantiene sin reglamentar desde hace más de una década la ley 4472 que regula la actividad del subte.
Discutir terminar con el curro de las privatizadas y qué gestión queremos
Sepamos que para este año la empresa Emova se incluye como gastos de operatoria su propia ganancia por un monto de $ 5.216.320.000 (que corresponde a un 3% de utilidad del Concesionario). Esta cifra representa un 310% de aumento interanual con respecto a la ganancia de 2023. La paritaria patronal está mucho más bendecida que las paritarias de docentes o de enfermeras. A esa ganancia “limpia” sumemos los negocios paralelos, de los cuales solo relatamos una parte.
¿Por qué tenemos que pagar más de $14 millones de pesos por día a un Grupo como Roggio que admitió haber pagado coimas para quedarse con la concesión del subte y que brinda un pésimo servicio? ¿Por qué se le permiten todos los negociados ligados a las contrataciones de sus propias subsidiarias cuando luego dicen que “no hay plata” para un simple boleto educativo o para subsidiar el medio de transporte más eficiente en las grandes ciudades? Porque el esquema que todos los gobiernos desde Menem a los Kirchner y desde Macri a Larreta para volver a Macri han decidido que lo que prime sean el esquema de ganancias privadas sobre el de un servicio público.
Viendo las consecuencias de un gobierno a nivel nacional que busca llevar al extremo esta lógica y sus resultados, sería hora de preguntarnos por qué los servicios públicos no pueden ser controlados o gestionados por quienes queremos un buen servicio de transporte, las y los trabajadores que lo ponen en funcionamiento todos los días y las y los pasajeros que lo usamos.
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