jueves, 19 de octubre de 2023

La Locomotora sin conductor

Haedo, el lugar donde reside la "locomotora fantasma"

BUENOS AIRES 19 Oct (Vivi el Oeste).-"La María", una General Motors modelo GA8 5.557 que en 2007 cruzó dos provincias sin que nadie la maneje, duerme todos los días en Haedo y aún sigue operando.

Haedo, el lugar donde reside la locomotora fantasma

En la localidad de Haedo, al este del partido de Morón, se encuentra uno de los depósitos de locomotoras más importantes de la provincia de Buenos Aires, donde decenas de unidades descansan todas las noches a la espera de una nueva jornada de intenso trabajo al día siguiente, tanto en el transporte de carga como de pasajeros.

Sin embargo, hay una de ellas que trae consigo uno de los episodios más bizarros y extraños de la historia ferroviaria nacional: "La María", una General Motors del modelo GA8 y patentada como 5.557 que en 2007 circuló 235 kilómetros y cruzó dos provincias sin que nadie la maneje. Sí, igual que en la película "Imparable" que protagonizaron Denzel Washington y Matt Damon (que también se inspiró en una hecho real).

Aquella situación tuvo lugar el 26 de diciembre del citado año a las 9:40 de la mañana en la ciudad de Palmira, Mendoza, cuando el controlador de las maniobras le preguntó al conductor a dónde iba, pero este le respondió "a ningún lado" y que estaba "desayunando en el comedor".

Así fue como se percataron de que la máquina se dirigió solita por la vía principal de un ramal que por ese entonces explotaba la empresa América Latina Logística (ALL) a una velocidad promedio de 35 kilómetros por hora.

La GA8 5.557 en el depósito de Haedo. Jorge Omar Arroyo.

Luego de alrededor de dos horas y de que atraviese el límite con San Luis, otra locomotora más grande pudo detenerla en la zona del paraje Los Cazadores, cerca de la ciudad de Bazley, sin tener que lamentar ninguna pérdida material ni daño humano. Dieciséis años después, la traviesa GA8 5.557 es utilizada para el remolque de trenes de pasajeros inactivos por las líneas Sarmiento y San Martín y el traslado de maquinarias de mantenimiento entre los talleres bonaerenses, en tanto que por las noches es guardada en la playa ferroviaria haedense a la espera de que se le asigne una nueva tarea. Siempre con un maquinista a bordo, por supuesto.

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