En La Pampa

Recuerdos de cuando los trenes corrían

General San Martín La Pampa 16 Feb (La Arena).- La ceremonia inaugural de la restauración del Museo Histórico de General San Martín, tuvo como protagonistas esenciales a varios ex trabajadores ferroviarios, quienes recorrieron, emocionados el lugar. Antes del acto oficial, Horacio Fernández, Carlos Jacob y Norberto Ponti dialogaron con LA ARENA y contaron vivencias de aquellos años. "Mejor que eso no había, era divino. Era todo sano. Se juntaba mucha gente acá", recordó Fernández, quién después sería intendente en dos ocasiones (1983-1987 y 1995-1999).

Horacio asegura que la amistad entre trabajadores era muy importante. "Un día de 1960 fui a Jacinto Arauz. Estaba Carlos (Jacob) en esa estación y me dijo: tus bagayos dejalos acá, y vos te venís a dormir a casa. Y me atendió como a un señor". Y agregó que "con Oquiniena (ya fallecido) éramos telegrafistas y nos Carlos ayudaba. Cuando cumplí los 21 años pedí la vacante de auxiliar, porque nadie quería venir acá y me la dieron enseguida. El primer día fuimos al bajo a cargar los trenes, a lo de Ferro. Casi volteamos un vagón, el primer día nomás, después ya me acostumbré".

Mientras tanto, Jacob "no era gran telegrafista, pero los acompañaba muy bien. En esa época lo único que existía era telégrafo y cartas. El tren levantaba la correspondencia y traía los diarios desde Bahía Blanca" cuenta.

Mientras tanto, Ponti llegó a San Martín en 1979. "Ellos eran de tráfico y yo, de Mecánica. Además, ellos eran del Roca y yo del Sarmiento", comenta. Y recuerda que al llegar "solo había algunas chatas, ya no había embarcadero, quedaba muy poco". Entre sus recuerdos tiene presente que vivió mucho tiempo en un vagón de madera: "una noche, alrededor de las 0,30 me golpean la puerta del vagón, para avisarme que debía irme con una formación de una máquina y 16 vagones. Llevaban cañones y tanques, y en Abramo nos quedamos desde las 5 de la mañana a las 9 de la noche". Y finalmente recordó que "en época de gobierno militar nos dieron un cinto de cuero ancho, con una cartera llena de papelitos que debíamos pegar a los vagones. Me dieron 186 para repartir, la guita que han puesto. Entonces, el 95% del país tenía trenes, hoy apenas queda un 5%, el resto no tiene más. Yo estuve mucho tiempo haciendo el trayecto de Once a Toay; trabajé en todas", concluyó.