jueves, 7 de enero de 2021

Tren Patagónico

Esperanza. El Tren Patagónico vuelve a unir los parajes desolados de Río Negro

    Tren Patagónico Crédito: Prensa Tren Patagónico

VIEDMA 7 Ene(La Nacion).-"Nos alegra mucho volver a unir la provincia", dice con entusiasmo Dario Dukart, jefe comercial del Tren Patagónico, que hoy vuelve a cruzar la provincia de Río Negro desde Viedma hasta San Carlos de Bariloche, después de nueve meses sin hacerlo por las medidas de prevención por el Covid. "Queríamos volver antes, pero no teníamos la autorización de la Nación", confirma. Tendrá un protocolo que prevé el uso de una formación pequeña, con capacidad de llevar hasta 80 pasajeros, y un teléfono satelital para usar en caso que alguno de ellos presente síntomas para que sea derivado al hospital más cercano.

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"No tendrían que haber cerrado el servicio, dejaron sin ayuda a los que más la necesitan", se queja Aníbal Cofré, de 50 años, desde Maquinchao, en el medio de la inmensurable soledad de la estepa patagónica. La importancia social del tren es invaluable, la formación cruza de hito a hito, en 827 kilómetros de tendido de vías, toda la provincia de Río Negro, uniendo pueblos aislados, con población rural con históricas carencias, algunos sin gas, con poca conectividad vial, tecnológica, comercial y sanitaria. El ramal cruza por una geografía inhóspita que une la estepa con la cordillera atravesando bajos, salitres, cañadones y montañas. "Para nosotros es fundamental, siempre fue el símbolo de la esperanza", agrega Cofré.

La última vez que funcionó el tren fue a mediados de marzo de 2020. Desde entonces, la llamada línea sur rionegrina quedó aislada. La ruta 23, que corre paralela a las vías, aún tiene tramos sin asfaltar y culturalmente no es valorada para los 20.000 habitantes que viven en una constelación de pueblos (doce son los más importantes) abrazados a las vías del tren.

El Tren Patagónico hoy vuelve a cruzar la provincia de Río Negro El Tren Patagónico hoy vuelve a cruzar la provincia de Río Negro Crédito: Leandro Vesco

Un factor lo vuelve esencial: los costos. Un pasaje de Viedma a Bariloche tiene un valor de $2.200. En micro, al valor se duplica. Entre las estaciones intermedias, la diferencia se agiganta. "Para nosotros el micro es un lujo, y muy pocos tenemos autos", afirma Luis Castillo, vecino de Clemente Onelli, de 40 habitantes.
Descuentos

Los residentes, jubilados y estudiantes tienen descuentos. A diferencia de otros años (se podían comprar los pasajes en las boleterías de las estaciones, son doce), ahora estarán disponibles desde la página web del Tren Patagónico. "Cada pasajero podrá elegir su asiento y pagar con Mercado Pago", afirma Dukart. Las estaciones intermedias también tendrán venta telefónica.

La formación que inaugura nuevamente el servicio saldrá hoy, aunque no lo hará con la histórica. Se usará una pequeña, el llamado Expreso Río Negro (es un tren de dos vagones conocido como Materfer) que puede transportar menos de la mitad de pasajeros que la original, que corre con hasta 20 vagones. "Nuestro objetivo es regresar cuanto antes con la formación histórica, que cumple un rol social muy importante", asegura Dukart.

Algo para tener en cuenta: no habrá refrigerio de a bordo, y tampoco saldrá con coche comedor, ni porta automóviles.

"Hay mucho entusiasmo y emoción", confiesa Dukart. La salida está pactada desde Viedma (capital de Río Negro) a las 18 hs y culminará su travesía en San Carlos de Bariloche a las 12.25, del sábado 9. El regreso se hace el domingo desde esta última localidad a las 18, finalizando su recorrido en Viedma al mediodía del lunes 10.

Clemente Onelli, una de las paradas del Tren Patagónico Clemente Onelli, una de las paradas del Tren Patagónico Crédito: Leandro Vesco

La regularidad es una ida y una vuelta por semana. Es un viaje épico, uno de los ramales legendarios en el mundo, comparado con el mítico Oriente Express. En años pre pandémicos, el turismo internacional agota los pasajes con muchos meses de antelación.

"Capacitamos a todo el personal de a bordo", afirma Dukart. En los pueblos perdidos de la estepa, además de la alegría por el regreso del tren, existe algo de temor por la circulación del virus. "No tienen que tener miedo, con el protocolo que sale el tren, no hay lugar para el virus", asegura Dukart.


Medidas sanitarias

Dentro de las medidas adoptadas están la quita de los cortinados. Los apoya cabezas (de tela) serán reemplazados en cada nuevo servicio. La ventilación será natural cuando se llegue a las estaciones, y con aire acondicionado en viaje. En los andenes habrá alfombras sanitizantes y sólo podrán estar aquellos que tengan pasaje en mano. El tren será higienizado cada vez que suban y bajen pasajeros. A cada uno de ellos (al igual que al personal ferroviario) se le tomará la temperatura al ingresar. "Deberán firmar una declaración jurada que asegura que no tengan síntomas y contar con la aplicación Cuidar", afirma Dukart.

"Hemos pensado en todo", completa Dukart. Si a algún pasajero le sube la temperatura, la formación viaje con un teléfono satelital que activa una secuencia del protocolo que habilita a dejar a ese pasajero en la próxima estación, donde lo esperará una ambulancia para llevarlo al hospital más cercano. Si alguien presenta síntomas sospechosos existe un sector del tren donde podrá estar aislado y en la próxima estación un médico evaluará si puede seguir o no el viaje.

Paisaje de la estepa por donde pasa el Tren Patagónico Paisaje de la estepa por donde pasa el Tren Patagónico Crédito: Leandro Vesco

Uniendo la estepa y el mar con la cordillera, las estaciones por donde deja oír su bocina nostálgica y esperanzadora son San Antonio Oeste (Balneario Las Grutas), Valcheta, Ramos Mexía, Sierra Colorada, Los Menucos, Maquinchao, Ing. Jacobacci, Clemente Onelli, Comallo, Pilcaniyeu y San Carlos de Bariloche. "Iremos evaluando cómo evoluciona la venta de pasajes para regresar cuanto antes con la formación histórica", asegura Dukart.

Vacío de transporte

El Tren Patagónico cubre un vacío que ningún medio de transporte llena: el traslado de paquetes que a veces es la única manera que tienen los pobladores de la línea sur de ayudarse o de trabajar. Medicina, encomiendas, frutas, materiales de construcción, repuestos de auto, mercadería, insumos comerciales, sanitarios, y leña, son algunos elementos que carga el vagón encomienda, que todavía no tiene fecha de salida.

"Para nosotros es esencial, porque enviarlas por micro o camión es muy costoso", asegura Castillo desde la pequeña humanidad de Clemente Onelli. En una geografía tan dilatada, con tan pocos medios de comunicación, y fuentes de trabajo informales, los costos de envío o traslado, dominan las relaciones comerciales y familiares.

Los 827 kilómetros de vías fueron tendidas entre 1910 y 1934. La formación clásica sale con dos coches pullman que transportan hasta 52 pasajeros sentados, dos de clase turista o primera que lleva 110 cada uno, un coche comedor que tiene la capacidad de servir hasta 40 platos en dos turnos, dos coches dormitorios, el vagón encomienda, uno con una bandeja donde se trasladan coches y la locomotora. Si marcha completo, lleva hasta 350 pasajeros. Por fin de semana viajan hasta 700 pasajeros. Su velocidad crucero es de 40 km/h, aunque en algunos tramos deba bajar hasta la mitad.

Acostumbrados a llevar mucho equipaje, a los pasajeros ahora sólo se les permitirá una valija de mano, similares a las que se usan en aviones. "Ojalá llegue con lugar en los pueblos que están en la mitad de la línea sur", se esperanza Oscar Retamal desde Onelli.

"Estamos muy contentos, los vecinos están ansiosos, lo esperábamos mucho antes", afirma Marcelo Ramallo, periodista de Ingeniero Jacobacci, en medio de la estepa. "El habitante de la zona sur siempre tiene una cajita para llevar", afirma. El regreso del tren tiene un sabor amargo. "Acá se esperaba la formación histórica", agrega. "Durante la cuarentena, generó mucha angustia su ausencia", completa.

"El tren llega en un momento difícil, tenemos miedo, por la suba de contagios", sostiene Cofré desde Maquinchao. El pueblo de 5000 habitantes tiene 60 casos activos. "Pero lo necesitamos", reconoce. "La economía regional está muerta", confiesa. El tren es un factor de desarrollo indiscutible. "Mucha gente depende de este tren, celebramos su vuelta", resume el sentir popular Elsa Rojas, desde la soledad de Clemente Onelli.

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