martes, 5 de enero de 2021

Ferrocarriles

Ferrocarriles: la importancia de su recupero y restauración
Por Roberto Fermín Bertossi

VIEDMA Rio Negro 5 Ene (Rio Negro).-Un objetivo central para el crecimiento y desarrollo federal consiste en una enérgica recuperación y restauración cooperativa del sistema ferroviario al Estado, servicio, utilidad y estimación que tuvo entre nosotros, los argentinos.

Para ello se debe modernizar el equipamiento de locomotoras, máquinas y ramales reestableciendo su estructura con el rescate de vías, estaciones, cableados, equipos comunicacionales, guardabarreras, señalamientos, cartelería; bienes, tierras e instalaciones “fiscales e imprescriptibles” que hacen al originario armazón del sistema.

Estamos hablando de un sistema de transporte esencial de propiedad estatal e interés público, hoy usurpado mediante permisos, concesiones y transferencias irregulares por generaciones de colindantes o diluidos bajo reprochables eufemismos administrativos como fue, por ejemplo, el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (ONABE).

Pensemos también a nuestros ferrocarriles como servicio esencial en tanto elemento y recurso indispensable en términos de logística para un mejor desenvolvimiento multiplicador de la economía agraria regional, dado sus aspectos agilizadores y abaratadores de fletes, como el implícito cuidado, alivio y descongestión de rutas, autopistas, etc.  

Nuestros ferrocarriles ‘fueron’ la impronta de innumerables pueblos y ciudades, urbanizaciones que fue ‘sembrando’ un portentoso desarrollo ferrocarrilero que traía consigo infraestructura, trabajo, desarrollos poblacionales, traslado integral de cargas y pasajeros, nuestras primeras comunicaciones e intercomunicaciones del ‘telégrafo’; en suma, adelanto, progreso  y bienestar vinculando personas y ruralidades con oportunidades, todo lo que debemos recuperar con premura atento la índole y gravitación de tan latente eficacia rural y ferro urbana; indolente y desaprensivamente desactivada por la corrupción, los privilegios, la impunidad pública y privada, principalmente en las tres últimas décadas.

Salvar los actuales “costos hundidos” de los ferrocarriles ya sería recuperar un activo nacional/federal inconmensurable,  más si aglutinamos eficientemente intereses de todos los sectores involucrados (Vg., ambiental, demográfico, agrario, cooperativo, industrial, urbanístico, etc.) en la corresponsabilidad de una sostenida restauración ferroviaria. Será también cumplir con el programa de progreso ínsito en el artículo 75 de nuestra Constitución Nacional, la que –no es un dato menor– conservó en su texto un dato específico de promoción y fomento ferroviario por imperio de la Convención Nacional Constituyente de 1994  “inc. 18):  Proveer ...lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias, la construcción de ferrocarriles…

Respecto de la integridad y totalidad del sistema ferroviario argentino, resulta tan inexplicable como inaceptable el escandaloso abandono del mismo que, entre tantos otros perjuicios, desmanteló estructural e identitariamente innumerables pueblos y ciudades, fundamentalmente a centenares de miles de personas y familias que habitaban y convivían en los mismos, ocupados dignamente en distintos trabajos, gestiones y labores ferroviarias.

Sin duda y sin demora, la Justicia deberá juzgar cada omisión inexcusable de los deberes constitucionales y legales por parte de funcionarios públicos, sobresalientemente en el período 1990/2020 –Auditor general, Ministerio público, Procurador General de la Nación, etc–, sin perjuicio, claro, de las responsabilidades que pudieran caberles a gobernadores, intendentes y jefes comunales que “hicieron la vista gorda” a semejante e imperdonable abandono y despojo patrimonial nacional.

    La Justicia deberá juzgar cada omisión inexcusable de los deberes de funcionarios públicos que “hicieron la vista gorda” a semejante e imperdonable abandono y despojo patrimonial nacional.

Por eso mismo, nos anticipamos y advertimos sobre recientes anuncios oficiales de acuerdos crediticios con empresas chinas en el marco de un imaginario “Plan de Modernización del Transporte Ferroviario en la Argentina", desembolsos financieros que, supuestamente, beneficiarían en materia ferroviaria a 15 provincias. Indubitablemente, esta vez, no deberemos admitir que tales anuncios estentóreos sean otro jalón en la vieja historia de ilusiones, fracasos, corrupciones y tragedias como la de Once, etc.; mucho menos un relato fantástico con filminas de lo que podría ser un acontecimiento puntual más que significativo en términos de reactivación federal ferroviaria, de productividad y competitividad de nuestras economías regionales, de puestos de trabajo, de arraigo y desarrollo humano rural.

En efecto, el gobierno nacional acaba de informar sobre cuatro convenios con empresas chinas de créditos para la renovación de ramales de trenes de pasajeros y carga, entre los que están el San Martín y el Belgrano, ambos con traza en territorio cordobés.

Estos convenios fueron suscriptos por el actual ministro de Transporte, Mario Meoni y la ejecución de las nuevas obras está prevista para el año próximo, sin fecha precisa.

Uno de los cuatro convenios fue rubricado con la empresa estatal China Railway Construction Corporation Limited (CRCC) para potenciar la línea San Martín Cargas, con la intervención de 1.813 kilómetros de vías. Esto generaría alrededor de 16.830 puestos de trabajo, según el anuncio oficial.

Según pudo saberse, el proyecto contemplará la rehabilitación de corredores ferroviarios, como así también la adquisición de bienes, servicios e infraestructura de señalamiento ferroviario, en vías troncales y secundarias. Esas obras se ejecutarán en Buenos Aires, Santa Fe, San Luis, Mendoza y Córdoba. Complementariamente, se trabajará en ramales secundarios con servicios ferroviarios que alcanzaran a Villa María, Río Cuarto, Villa Dolores, Achiras, Huinca Renancó, etc.

Una vez que las obras estuvieren finalizadas, en 2025 o 2026, se pasaría a transportar de 1,4 a 3 millones de toneladas de mercaderías y materias primas al año, con una proyección de 8 millones en 2030. Esto es porque se incorporarán trenes más largos, lo que reducirá los costos de transporte en un 55%.

El anuncio global que recientemente hizo el gobierno contempla acuerdos con créditos comprometidos por 4.695 millones de dólares para intervenir 3.384 kilómetros de vías del sistema ferroviario de carga en poquito más de una docena de provincias.

Hasta aquí solo se suscribió con la empresa China Machinery Engineering Corporation (CMEC) un convenio por 816,7 millones de dólares, distribuidos el 65% en obras ferroviarias y el 35% en equipamiento de formaciones y locomotoras.

Con ello se intervendrían casi 1.000 kilómetros de vías en la línea, que generarán 6.200 puestos de trabajo, beneficiando a las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba, Chaco, Santa Fe, Buenos Aires y Catamarca, según dijo el ministerio de Transporte.

No obstante, si bien confiamos y hacemos votos para que se materialicen todos los anuncios en materia ferroviaria, nunca olvidemos el apotegma de Juan Bautista Alberdi: “¡No tendremos crédito externo si no tenemos crédito interno!”

Finalmente, sin perjuicio de que esta vez se materialicen (sin desvirtuarse vernáculamente) tanto los recuperos, la restauración como al menos, alguno de los anuncios sobre  créditos y propósitos relacionados, urge la inmediata intervención cautelar del sistema ferroviario y la correspondiente auditoria federal con el propósito de deslindar responsabilidades administrativas y legales.

Por último,  es hora de lograr los “recuperos patrimoniales ferroviarios” no solo conforme a derecho sino en términos de aportes más que significativos y contundentes a nuestro exhausto Tesoro nacional actual, sin perjuicio de identificar la actuación y responsabilidad histórica de la industria del caucho como las del ‘monopolio’ sindical actual en materia de transporte de cargas, haciendo prevalecer “sin más agachadas” la Constitución, la ley, el interés general y el desarrollo humano; digo, concretamente, la República.

* Docente e investigador. Experto en cooperativismo.


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