viernes, 11 de enero de 2019

Servicio Ferroviario

Cuáles son las causas que inciden en los tiempos de viaje

Dos caras. Los usuarios elogian la comodidad de los coches, pero critican la duración del viaje.

ROSARIO Santa Fe 11 Ene (La Capital).- Los especialistas apuntan a la falta de coordinación entre el operador del servicio, Trenes Argentinos, y el concesionario de las vías.

Nada más amable que caminar por los pasillos, sentarse a tomar algo en el coche comedor o tener siempre a mano agua caliente para el mate. Sin embargo, cuatro años después de haberse puesto en marcha el servicio de trenes entre Rosario y Buenos Aires, los tiempos de viaje siguen siendo su punto flojo: seis horas y media, cuando a finales de los ochenta el trayecto se cumplía en menos de cuatro. La explicación de las demoras no tiene que ver con el estado de las vías, sino con la falta de coordinación entre los operadores y de señalización de los trayectos.

“Lo mejor que tiene el viaje es la comodidad”, destaca Carlos Fernández Priotti, integrante de la Asociación Amigos del Riel, una ONG creada hace 45 años para la defensa y difusión del servicio ferroviario y de tracción eléctrica.

Para los miembros de la entidad, el servicio Rosario-Retiro resulta casi emblemático. “Es el más importante del interior del país y tiene cada vez más demanda”, explican.

Fernández Priotti considera que el crecimiento de la demanda se da porque los pasajeros valoran la comodidad implícita del viaje en tren, el espacio que hay en las unidades, la posibilidad de ir al bar y, también la calidad y el aseo de los sanitarios, “a la altura de los tiempos que corren”, dice.

Y si bien a los coches les faltan detalles de confort, sobre todo en las butacas, “como contrapartida, tienen muy buena insonorización y climatización, se puede viajar calentito en invierno y fresco en verano, y las ventanillas están bien protegidas de los inevitables piedrazos”, subraya.

La nota más desfavorable sigue siendo lo prolongado del viaje. Fernández Priotti advierte que actualmente llegar a Buenos Aires desde la Estación Rosario Norte demanda unas seis horas y media. “Un tiempo que dista bastante de lo que se podría hacer hace unos 30 años en el mismo servicio, cuando el viaje duraba 3.50 horas. Menos, que el ómnibus”.

El mayor obstáculo para agilizar los tiempos de viaje, advierte, no es el estado de las vías. Las obras de renovación iniciadas el año pasado ya están completas en un 80 por ciento del trayecto, “por lo cual esos tramos se podrían recorrer a 160 kilómetros por hora”, explica.

Lo que sucede, afirma, es que existe una falta de coordinación entre el operador del servicio, la empresa Trenes Argentinos, y el concesionario de las vías, que es Nuevo Central Argentino. En consecuencia, el tren en ningún momento supera los cien kilómetros por hora y, en muchas partes, va mucho más despacio.

“Es un problema de coordinación que debería resolverse más pronto que tarde”, remarca y destaca que como obras prioritarias a poner en marcha está la señalización de las vías.

Para Fernández Priotti, “es otro tema que tiene que resolverse, porque como actualmente las vías no tienen señalización, los servicios se despachan por radio, lo que no resulta la mejor manera para armar un servicio ferroviario en un corredor importante”, afirma.

El sistema de señalización fue desmantelado tras el cierre de los servicios en la década del 90 y no fue sustituido. Actualmente, muchas de las demoras que se presentan se relacionan con ese sistema de operación por radio. Una modalidad que, destaca el estudioso del transporte, “no es la forma de operación normal de un tren, en estos tiempos que corren”.

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