La historia de vida de la abuela de Sevigné que saluda el paso del tren
SEVIGNE Buenos Aires 16 Jul(Entre Lineas).-Olinda León tiene 83 años y con la vuelta del tren que cubre Buenos Aires - Mar del Plata regresó a una vieja costumbre: saludar a la formación que pasa por su pueblo.
Hija de un ferroviario, saluda al tren desde los 20 años como un ritual. Repasador en mano se para al costado de las vías.
Olinda León festejó con su tradicional saludo la vuelta del paso del tren por su Sevigné natal, donde vive hace 83 años. Hija y hermana de ferroviarios, siempre saludó la formación que cubre Buenos Aires con Mar del Plata con un repasador. Luego de dos años de suspensión del servicio, ahora Olinda volvió a pararse al costado de las vías y saludar el paso del ferrocarril, un vínculo que comenzó hace 63 años.
Su nieta, Silvana Grassi, viralizó la foto en las redes y su particular historia llegó a todo el país. “Abu querida, tu corazón enorme siempre presente y compartiendo historias saludando a todos los que pasan por la ruta ¡con el repasador!”, escribió en Facebook y hasta la cuenta del noticiero Telenoche, de Canal 13, lo replicó para que lo disfrutaran sus 450 mil seguidores.
Quien contó la particular historia de Olinda y el repasador fue su hija, Cristina Malgor. “Su padre, mi abuelo, fue trabajador ferroviario, y la costumbre de saludar con el repasador arrancó cuando mamá se casó y se fue a vivir al campo, a pocos kilómetros de Sevigné. Tenía entonces 20 años y era una manera de comunicase con el tren”, contó Cristina.
El ferrocarril fue la columna vertebral de Sevigné, pueblo del partido de Dolores ubicado a mitad de camino en el trayecto Buenos Aires - Mar del Plata, y supo tener su época dorada a mediados de la década del 60 con sus talleres donde se atendía mecánicamente a las locomotoras. En el pequeño poblado todavía existe el viejo Club Ferroviario Sevigné.
“Una vez al año nos juntamos en el club para mantener entre todos la llama viva de nuestra esencia, que es el paso del tren, es nuestra vida misma... Para mí no hay mejor lugar en el mundo que Sevigné porque al igual que mi vieja yo también nací en la colonia. Somos todos una gran familia”, dijo la hija de una abuela de 83 años que emocionó a todos con su repasador al viento, al costado de las vías que cobraron vida.
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