sábado, 24 de junio de 2017

Tren a las Nubes

Un lento camino al cielo

BAHIA BLANCA 24 Jun(LNP).-Los turistas extranjeros (nosotros también) se quedan maravillados con el Tren a las Nubes, esta verdadera obra de arte de la ingeniería.

Cuesta, a veces, imaginar cómo el ingeniero Richard Maury resolvió todas las ecuaciones que permitieron que, hace décadas, comenzara a hacer rodar el famoso Tren a las Nubes.

Y uno sospecha que, sin la ayuda de Internet o de GPS, habrán sido los mismos protagonistas de la naturaleza quienes más lo habrán guiado en su verdadera proeza.

Porque tuvo que armar ecuaciones para construir 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 rulos y 2 zigzag para los 219 kilómetros que entrelazan Salta con San Antonio de los Cobres.

¿Habrá observado el vuelo de las aves o el lento andar del ganado para establecer cómo luego debía trepar las alturas una pesada oruga de hierro?

Es, la del Tren a las Nubes, una de las excursiones que más llama la atención tanto a los argentinos como a los turistas extranjeros que llegan para conocer el noroeste.

Todos los pasajeros son advertidos de los males de la altura. A algunos les toca el problema; a otros no.

Allá arriba, la vegetación se torna desértica, muy achaparrada y las vicuñas observan con, cierta indiferencia, cómo avanza la formación.

Cuando el tren arriba al altiplano, el horizonte comienza a llenarse de nubes que pueden tocarse con la mano.

Seguramente el viaducto La Polvorilla, a 4.200 metros sobre el nivel del mar, nos muestra la imagen tantas veces vista en las promociones. San Antonio de los Cobres marca el final. Unos vuelven en combi. Otros repiten la aventura. Imperdible...

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