viernes, 5 de junio de 2009

Noticias


Secretario de transporte presenta proyecto ferrourbano

CORDOBA 5 Jun(Telam).-El secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime, presentará mañana aquí los principales aspectos del "proyecto ferrourbano" en la capital cordobés, cuya habilitación será clave para solucionar los problemas de transporte que registra la ciudad. En declaraciones a medios locales, el funcionario precisó que del anunció tomarán parte representantes de FerroCentral y Metrovías, las empresas que explotarán el servicio, y que se darán detalles de los ramales que interconectarán las estaciones de Rodríguez del Busto, Alta Córdoba y Mitre. Este servicio será prestado por modernos vagones que tendrán una frecuencia de 15 minutos en el recorrido desde la estación Rodríguez del Busto, en la zona norte de la ciudad, pasando por la estación del ex ferrocarril Belgrano de barrio Alta Córdoba hasta la del ex ferrocarril Mitre, a pocas cuadras del microcentro. Tras anticipar que el segundo ramal unirá esa estación con las existentes en los barrios Flores y Ferreyra, en la periferia sudeste, Jaime confirmó que los vagones son duplas diesel eléctricas adquiridas por el Gobierno nacional a Portugal e íntegramente remodeladas en nuestro país. Tienen capacidad para 117 pasajeros sentados, poseen puertas automáticas, sistema de climatización frío-calor en coches y cabinas de conducción, pasarela de intercomunicación libre de puertas, asientos ergonómicos, sistema de audio para información al pasajero y puertas de acceso con controlador lógico programable. Finalmente, el funcionario anunció que mañana también será presentado el programa "Mi amigo el tren", instrumentado por Ferrovías con la fin de concientizar a la población a través de los niños, sobre los riesgos a los que se exponen cuando, por distintas razones, no se respetan las normas de seguridad del sistema ferroviario.

Ahora dicen que el 16 de junio se inauguraría el tren que une Tafí Viejo con capital

TUCUMAN 5 Jun(PrimeraFuente).-Sería a través de una teleconferencia brindada desde Olivos por la presidenta Cristina de Kirchner. “Desde allí inauguraría en forma simultánea el tren en Tucumán, Chaco y en Salta”, adelantó ayer el gobernador José Alperovich, quien aclaró que todavía el acto no fue confirmado. El coche-motor ya partió desde Buenos Aires y estaría en cuatro o cinco días en Tucumán. A través de una teleconferencia, la presidenta Cristina de Kirchner inaugurará el próximo 16 de junio, en forma simultánea, el servicio del tren en las provincias de Tucumán, Chaco y Salta. Así lo anticipó el gobernador José Alperovich, quien aclaró que por ahora es una posibilidad que le fue comunicada por teléfono desde la Nación. “El secretario de Transporte (Ricardo Jaime) me informó que el tren ya salió a Tucumán y llegará en tres o cuatro días”, acotó. El tren urbano, que fue adquirido a la firma FEVE, en España, por parte del gobierno nacional, cumplirá el recorrido entre la capital y Tafí Viejo. Se trata de un coche-motor para 120 pasajeros. Esta no será la primera vez que la Presidenta recurra a la tecnología para encabezar un acto en Tucumán. Ya el 28 de octubre del año pasado, lanzó a través de una teleconferencia la reapertura de los talleres ferroviarios de Tafí Viejo. En esa oportunidad, la primera mandataria estuvo acompañada del ministro de Planificación, Julio de Vido, mientras que del otro lado, en el predio de los talleres, estaba Alperovich, junto al secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime. “Es un símbolo emblemático que hoy estemos poniendo en funcionamiento estos talleres en forma moderna a poco menos de dos años del Bicentenario", sostuvo en esa oportunidad la Presidenta, quien a su vez recordó que los talleres fueron construidos en 1902 e inaugurados en 1910, en el año del centenario cuando el país tenía una de las economías más importantes del mundo.


Las dos catástrofes más grandes en el sector urbano

RAFAELA 5 Jun(LaOpinionRafaela).-El sol, ya muy cerca del horizonte, se espeja sobre las vías bruñidas por el constante ir y venir de los innumerables trenes. Uno de ellos es el número 15 -más conocido como "El Tucumano"- perteneciente al ahora Ferrocarril Mitre y hasta no hace mucho Central Argentino. Viene devorando los kilómetros arrastrando 12 vagones, algunos de ellos repletos de pasajeros que en su gran mayoría tienen un destino: Tucumán. El reloj dice que apenas unos minutos pasaron de la hora 19 y la formación acaba de dejar atrás la estación de Aurelia cumpliendo, hasta allí, con los tiempos previstos. El fogonero Jorge Gallini deja de pensar que hoy es sábado 29 de diciembre de 1951 y que la fiesta familiar de fin de año en Gálvez, su pueblo, está tan próxima. Es que algo sucede, algo que le preocupa mucho y que no puede apartar de su mente. ¿Qué lo inquieta en este momento? El buje sobre el que gira una de las ruedas de la máquina. Por eso es que abre la portezuela delantera de la cabina cubriéndose con una mano del viento y el vapor que desplaza la velocidad y, avanzando unos pasos por la pasarela lateral de la locomotora, espía. Allá abajo, una mancha cereza brillante en el extremo del eje indica el recalentamiento de la pieza. El tren no debe perder tiempo y como lo hizo varias veces la anterior tripulación -y ahora ellos- toma la manguera que habían preparado para la emergencia y arroja agua fría sobre la pieza dañada hasta que desaparece el indicio de alta temperatura. Vuelve a la cabina, controla el indicador de nivel y le informa a su compañero, el maquinista Luis Rivarosa, también de Gálvez, que el gasto de agua ha sido mayor al habitual y se hace necesario hacer una parada extra para cargar los tanques del vital elemento productor de vapor. Las señales de vía libre les dicen que están llegando a Rafaela. El descenso de pasajeros, el ascenso de otros, la carga y descarga de correo y encomiendas, les dará un tiempo de algo más de media hora que piensan emplear para llegar con la máquina a la estación de Nueva Lehmann, reabastecerse de agua y volver. Son las 19:30 y se detiene al fin la formación en la estación rafaelina. Al instante le comunican la novedad al guarda del tren y al jefe de la estación. Recién cuando estos les autorizan la maniobra, desenganchan la máquina y parten hacia la vecina estación distante unos diez kilómetros al noroeste de Rafaela. Los pasajeros, que ven alejarse la máquina, estiman que por un buen rato no continuarán el viaje y con esa idea se llenan los andenes de gente. Unos estiran sus piernas caminando, otros cruzan la avenida Italia para proveerse de bebidas refrescantes o de las otras, comida o alguna revista. Algunos permanecen al aguardo en sus asientos, otros, los de la zona, suben y toman posesión de su lugar dispuestos a emprender el viaje programado. Van pasando los minutos y al fin, a lo lejos, la luz de la locomotora anuncia su próximo retorno. Son muchos los que comienzan a subir, otros con más tranquilidad, esperan que se produzca el enganche y hay un resto que aún está acodado a los mostradores, del otro lado de la avenida, tratando de llevar puesta la bebida y la comida para evitar la molestia de envases y paquetes. El maquinista Rivarosa controla su reloj; son casi las 20:30, es decir que lleva media hora de retraso. Es entonces que procede a cerrar lentamente la válvula reguladora de vapor que hasta ese momento hacía mover la máquina en veloz retroceso tratando de recuperar los minutos perdidos. Ya se ven a lo lejos las luces de la estación Rafaela y tras una señal al fogonero Gallini comienza a accionar los frenos. Primero fue algo que le hizo pensar "no puede ser". Pero después la realidad le produce la sensación de un golpe en la boca de su estómago, ¡el freno no responde! Es inútil toda acción que su experiencia le dicta, mira con cara de espanto a su compañero y este comprende la situación; un monstruo de hierro de varias toneladas se va a estrellar a 60 o más kilómetros por hora contra su propia formación. La reacción es conjunta; uno se aferra a la cuerda del silbato y el aullido intermitente corta el silencio del crepúsculo; el otro grita y grita agitando sus brazos con medio cuerpo fuera de la cabina. La última acción, la que mandan los reglamentos en tales casos, es ejecutada; cortar el paso de combustible al quemador y cerrar la puerta del cenicero. En los andenes la gente parece no darse cuenta aún de lo que pasa y continúa indiferente a los largos pitazos que emite la máquina. Quizás cuando cruza velozmente el paso a nivel de calle Brasil sí caen en cuenta de que algo anda mal, pero ya es tarde. Pocos segundos después el ténder portador de combustible de la máquina entra en violento contacto con el primer vagón de segunda clase en medio de un estruendo que se escucha en toda la ciudad. La máquina se incrusta hasta la mitad de ese vagón y este a su vez penetra hasta la mitad del siguiente, destinado al correo. Toda la formación sufre el impacto con un tremendo y brusco movimiento de retroceso de varios metros que no deja casi a nadie de quienes se hallaban sobre el tren sin alguna lesión. Confusión, corridas, gritos y lamentos se suceden a continuación. Unos tratan de ayudar, otros también tratan pero sólo estorban, y muchos han quedado como helados en el andén. Telefónicamente se da aviso a la Jefatura de Policía, a la Asistencia Pública, al Hospital y en contados minutos los doctores Guibert, Ercole, Roselli, Bonavista y Cismondi, llegan al lugar del accidente para brindar inmediatamente los primeros auxilios. La ambulancia Packard de la Asistencia Pública realiza innumerables viajes hacia los sanatorios del centro de la ciudad. El más grave, Bernardo Coraj, comerciante de Palacios de 34 años, fallece en el Sanatorio Moreno. De los rafaelinos que recién habían abordado el tren resultan heridas de consideración Micaela Ibarra (17 años) con golpes en cabeza y piernas en estado reservado, Alicia Gonzales (14 años) ambas piernas fracturadas, Pilar Marín (19 años), Amalia Marín (48 años), Sergio Carlos Marín (9 años) y además Carlos Alberto Chilling (13 años) de Sunchales, como así también seis pasajeros de Tucumán, dos de Buenos Aires y cuatro de Santiago, a los que se suman muchos otros con heridas menores, golpes y luxaciones varias que son atendidos en la misma estación. Toma intervención la Policía Federal bajo la dirección del Sr. Juez Federal con asiento en Santa Fe. Y con este no tan feliz acontecimiento concluye el año 1951. Nueve días después, es decir el lunes 7 de enero de 1952, a la tardecita, la asmática locomotora de trocha angosta viene de San Francisco arrastrando una pequeña formación mixta de vagones de carga más uno de pasajeros -con muy pocos viajeros- este último cumpliendo la misión de vagón de cola. Avanza por la curva después de dejar atrás la Estación Córdoba del Ferrocarril Gral. Belgrano y haber cruzado cansinamente el paso a nivel de calle Beltramino cuando, un poco más allá, la señal le indica claramente al maquinista que no tiene la vía libre. Por entre los yuyales ve a su izquierda el humo de un tren carguero del Ferrocarril Mitre saliendo de la estación y que es quien tiene prioridad de paso. Porque a menos de trescientos metros está el cruce del Tiro Federal donde su vía corta la de trocha ancha y donde, desde una cabina, el señalero de turno le está indicando la situación. La formación del Mitre ya ha tomado velocidad y hace sonar su silbato intermitentemente. El maquinista del Belgrano, quizás por cansancio, quizás por apuro, toma la decisión de hacer caso omiso de la señal porque estima que acelerando un poco más aún puede cruzar antes que el carguero. El señalero agita una vez más la bandera roja y se da cuenta de la inminencia del choque; su decisión en este caso es la de huir rápidamente del sector y eso le salva la vida. La formación del Belgrano cruza la vía de trocha ancha, la máquina, uno, dos, tres vagones y recibe el impacto de la locomotora mayor justamente en su mitad. Con gran estruendo la enorme máquina del Mitre salta de las vías y vuelca a un costado de ellas dejando atrás, destrozados, vagones propios y ajenos. La cabina del guardabarrera es demolida totalmente ante la vista horrorizada del hasta hace unos segundos habitante de la misma mientras el vagón de pasajeros del Belgrano se detiene allí cerca, a los sacudones, pero intacto sobre las vías. Había sucedido una de esas desgracias con suerte; muchos daños materiales pero ninguna víctima. Relatamos así los dos mayores accidentes ferroviarios ocurridos en el radio urbano de Rafaela y que se sucedieron separados por muy pocos días. Luego vendría la lenta y total desactivación del ramal del Belgrano y la disminución del uso de los servicios del Mitre. Las vías que espejaban el sol tomaron con el tiempo el color marrón del óxido y del olvido. Hoy el cruce de trocha angosta yace escondido entre yuyales, sepultadas en parte sus vías y en espera de un tiempo de esplendor que quizás nunca volverá.

Barletta recibió la preocupación de los vecinos por la apertura de calles

SANTA FE 4 Jun(NotiFe).-Los responsables del Museo Ferroviario mantuvieron un diálogo con el intendente, para conocer los alcances de la apertura de calles que se concreta en la ciudad y afecta algunas vías del tren que, lamentablemente, hoy no están en uso por la desaparición del servicio. En la jornada de ayer el intendente de Santa Fe, Ing. Mario Domingo Barletta, mantuvo una charla con algunos de los integrantes del Museo del Ferrocarril que preside Andrés Andreis. El comprometido ciudadano santafesino -que encabeza desde hace varios años la lucha para que los trenes vuelvan a circular por nuestra capital- le expresó al jefe del Ejecutivo local su preocupación por la remoción de las vías que el Municipio encaró para mejorar la transitabilidad por el ejido urbano. Según expresó esta mañana uno de los sujetos que embanderó la lucha a favor del ferrocarril, “al mundo de los que esperamos el regreso definitivo ha de preocuparnos la apertura de calles” ya que esto significa que algunos tramos de vías sean levantados. No obstante aseguró que mandatario “me dijo que los lugares en donde está diagramado el proyecto de insertar un tren urbano metropolitano no van a sufrir y de allí no se sacaran vías”. Además, según el compromiso que el intendente le realizó a Andreis, “inmediatamente, las vías que se retiren serán restituidas de ser necesario”, es decir, si finalmente alguna vez en esta ciudad tenemos la fortuna de contar con ese medio de transporte nuevamente. Finalmente, el referente del Museo Ferroviario se mostró confiado “porque en varias conversaciones que tuvimos con el intendente se mostró muy interesado en el tema, tal es así que nos dijo que no quiere abandonar la gestión sin que un tren cruce el ejido urbano”. Incluso, rememoró que esta gestión comenzó a realizar acciones sobre los terrenos del FF.CC. con la recuperación de la estación Manuel Belgrano que la Administradora de Infraestructura Ferroviaria dejó completamente librada al paso del tiempo y la delincuencia. “Cuando vimos que finalmente un intendente se puso a reparar el Belgrano, lo vimos bien porque con gran visión de futuro esperamos que vuelva el tren” finalizó.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario